Publicado el 17 de Septiembre de 2014 a las 13:23 horas
"Donde hay agravios no hay celos": La CNTC estrena temporada
Aplausos y más aplausos. Eso es lo que se escuchó en Almagro tras el último estreno de la CNTC. Helena Pimenta ya demostró que Calderón no tenía muchos secretos para ellos cuando montaron “La vida es sueño” y estas dos últimas temporadas han confirmado que eso de la comedia también se les da de lujo. La directora les ha dejado volar y los actores brillan en un trabajo arriesgado, de pura entrega y muy coral. A partir de hoy podemos verlos por fin en Madrid.
“PERO EN SABIENDO mi agravio
de mis celos me olvidé.
Que si en dudas y recelos de aquel repetido ardor
hay celos donde hay amor,
donde hay agravios no hay celos”.
Vaya por delante que, a pesar de las pesarosas palabras de Don Juan de Alvarado, ésta es una trepidante comedia urbana –”una de las mejores escritas en el Siglo de Oro”, dice Helena Pimenta, directora del montaje y de la CNTC–. Pero bien es cierto que, llena de engaños, pendencias, confusiones, desafíos y traiciones a toda velocidad, el comienzo no es demasiado grato, al menos no para ese Don Juan que ve cómo un desconocido se descuelga del balcón de su prometida, Doña Inés de Rojas. Y esa, ¡pobre!, no es la única de sus cuitas...
Una comedia moderna
“La risa es nuestra aliada en este viaje por un Madrid decadente donde un sentido del honor exacerbado impide que germinen la razón y los sentimientos”, cuenta Pimenta. Honor, agravios, celos, personajes que, aún haciéndonos reír a carcajadas, luchan por encontrar una segunda oportunidad mientras el autor “nos muestra que no hay oportunidades para el amor real cuando las energías se orientan hacia la venganza”, dice Fernando Sansegundo, que firma la versión, y añade: “Hoy que tanto hablamos y tan poco decimos, nos podremos reconocer en unos personajes que evitan llegar al fondo de lo que querrían decir, de lo que les allanaría el camino de la vida”.
... y olvidada
David Lorente, Jesús Noguero, Óscar Zafra, Rafa Castejón, Marta Poveda, Clara Sanchis, Fernando Sansegundo, Natalia Millán y Mónica Buiza bordan un texto que, casi olvidado, fue uno de los más representados en su época y referencia, por ingenio y técnica, para autores como Scarron, Davenant e, incluso, Molière.
La crítica ha dicho...
“El montaje de Helena Pimenta guarda una acusada continuidad estilística respecto a ‘La vida es sueño’ y ‘La verdad sospechosa’ por su empaque escenográfico, por la calidad atmosférica y la temperatura de la luz (...) y por la calidad de esa energía común en la que todos sus intérpretes parecen acordarse”, El País.
“Lúcida y divertida versión de un clásico opacado en la memoria (…) La trama prende rápidamente en el espectador (...) sin renunciar al sentido y los encantos de un verso que en algunos diálogos dimana ingenioso y potente”, La Gaceta.
“Con pasión e inteligencia ha moldeado Helena Pimenta un espectáculo luminoso y soleado, divertido y dulce, vibrante y equilibrado”, Una butaca con vistas. “La ovación final fue prolongada y con razón (...) el elenco de actores consiguió darle vida de manera magistral”, El crisol de Ciudad Real.
