Adorado y recordado por sus monumentales obras de ficción realista y universal, pocos como Benito Pérez Galdós fueron capaces de plasmar sus propios deseos, contradicciones, obsesiones y sentido del humor en su legado literario.
"Esta función nos presenta el viaje que realiza Galdós en ese último minuto de su existencia en el que la vida desfila ante sus ojos (ciegos), recobrando la luz de su mirada en el encuentro y despedida de las mujeres que marcaron su vida y su obra", Jesús Noguero
"En la obra aparecen algunas de las mujeres importantes para él. No están todas las que fueron, pero sí las que le inspiraron en muchas de sus obras: Emilia Pardo Bazán, Concha Ruth, Lorenza, su prima Sisita... y personajes de ficcion, como Fortunata, Marianela, Tristana y Doña Perfecta", Carmen Conesa.
"Toda obra es una forma de autobiografía", decía Oscar Wilde. Con los años, cada vez me interesa más la persona que hay detrás de los versos o las pinceladas, y no falla: la afirmación de Wilde me resulta cada vez más verdadera.
Bucear en la vida de Benito Pérez Galdós me ha revelado que las monumentales obras de ficción realista y universal que nos dejó como herencia son también una plasmación de sus deseos, contradicciones, obsesiones y sentido del humor. A veces, su correspondencia casi literal con su biografía es asombrosa. Así, sus novelas se convierten en una conversación íntima entre el lector y Benito. Entre Benito y yo.
Como Concha Ruth, Teodosia, Emilia, Lorenza y tantas otras, también he caído rendida al encanto de su verbo, a su guasa (¡Benito me hace reír a carcajadas!), a sus observaciones de fina ironía (que tanto me revelan de los otros y de mí misma), a su enorme humanidad de desclasado socialista. Benito es, sin duda, sorprendente, genera confianza, ama la vida. Benito no quiere mentirse a sí mismo ni a nadie. Benito cree que puede haber un mundo mejor. ¿Quién no se enamoraría de él?
En el montaje queremos quitarle el blanco y negro que, por la fotografía de la época, marca nuestro imaginario de Galdós y su época, y transmitir lo que realmente fue: un periodo vibrante, lleno de esperanza y rabia, de rupturas y promesas, pero sobre todo, de amor libre, sin complejos y real. Si es que alguna vez alguien supo lo que es la realidad. Deberíamos preguntarle a Benito.
Pilar G. Almansa