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Publicado el 21 de Septiembre de 2021 a las 10:30 horas

El Teatro Fernán Gómez rinde homenaje al actor que le da nombre con "El viaje a ninguna parte"

El Teatro Fernán Gómez rinde homenaje al actor que le da nombre con

En 1921 nacía en Lima, donde su madre, la actriz Carola Fernán Gómez, estaba de gira, Fernando Fernán Gómez, uno de nuestros actores más prestigiosos, novelista, dramaturgo, guionista, director y miembro de la Real Academia Española. Este año se celebra el centenario de su nacimiento y su casa, el teatro que lleva su nombre en Madrid, arranca la temporada con "El viaje a ninguna parte", una obra en la que quien la vea, sin duda, reconocerá su mirada, su sentido del humor y su socarronería. Ignacio del Moral firma la adaptación teatral y Ramón Barea con quien hemos charlado en esta entrevista– la dirección de este maravilloso homenaje al oficio. 

En el Teatro Fernán Gómez del 23 de septiembre al 3 de octubre.

“AY, GALVÁN, GALVÁN, hijo y nieto de Galvanes, de cómicos, de vagabundos. No reniegues de tus ancentros”...

Carlitos es hijo de Carlos Galván y nieto de Don Arturo, primer actor y director de una compañía ambulante que va representando su repertorio por pueblos de la Mancha. Pero él no quiere ser cómico...

“La llegada de Carlitos provoca, sin que él lo pretenda, una serie de desequilibrios y crisis en la compañía. Desde su inocencia y sin ser consciente de ello, introduce la semilla de la descomposición”, nos cuenta Ignacio del Moral, autor de esta versión con la que el Teatro Fernán Gómez abre su temporada y celebra el centenario del nacimiento del gran hombre de teatro que le da nombre.

Una obra maestra

Amores y desamores, deseos, frustraciones, trabajo, problemas económicos, problemas familiares, hambre, hambre de triunfo... “El viaje a ninguna parte”, novela escrita por un cómico, hijo de cómicos, criado entre cómicos, que sabe de lo que escribe, nos habla de este oficio, vocacional donde los haya, pequeño micromundo de vida y resistencia. Es un homenaje a la profesión que perdura y se reinventa de siglo en siglo.

“Esto es una mala racha. El teatro vivirá siempre”, dice Don Arturo. A pesar del cine, la radio, de la televisión, de Internet…

“La obra es una reflexión, en tono agridulce, sobre los cambios que trae consigo el paso del tiempo y la evolución de la sociedad. Unos cambios que, inevitablemente hacen que algunas personas o grupos se queden en la cuneta, sin que a menudo lleguen, lleguemos, a darnos cuenta de por qué”, afirma del Moral.

Este ha mantenido toda la esencia de la novela –“Desistí de ver de nuevo la película para evitar ‘heredar’ imágenes”, afirma–, pero ha conseguido dar aún más fuerza emocional a la magistral pieza de Fernán Gómez terminando la obra con la disolución de la compañía y omitiendo todo lo que sucede después, la vida de Carlos Galván y Rosita en Madrid y su intentos de hacer carrera en el cine.

Ramón Barea, que también dirige, Patxo Telleria, Mikel Losada, Itziar Lazkano, Irene Bau, Aiora Sedano, Diego Pérez y Adrián García de los Ojos son los encargados de poner voz, cuerpo y, sobre todo, alma a este grupo entrañable de titiriteros en “una obra sensacional, llena de humor, ternura y melancolía, con personajes vivos, cada uno con sus luces y sombras, a quienes es imposible no querer”.

“La compañía Iniesta Galván representará “Claveles para Margarita” sin Margarita. Y si la cosa se pone fea, sin claveles. ¡Andando!”.

Pocas frases como esta de Don Arturo existen capaces de condensar el ejercicio de obstinación, voluntad, amor, resistencia, compromiso y más amor que supone ser cómico, titiritero, actor –llámenle como quieran– hoy, ayer y mañana. ¡Viva el teatro!


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