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Publicado el 06 de Abril de 2017 a las 09:57 horas

Gerardo Vera, Juan Echanove y la CNTC estrenan "Sueños" de Quevedo

Gerardo Vera, Juan Echanove y la CNTC estrenan

“Estoy desbordado y trastornado, el espectáculo me ha poseído y el mundo de Quevedo me despierta a las tres de la mañana”. La Compañía Nacional de Teatro Clásico, La Llave Maestra y Traspasos Kultur coproducen esta locura que un día soñó Gerardo Vera, director y coautor de este texto junto a José Luis Collado, y que ahora, por fin y después de un duro año de trabajo en el que a punto estuvieron de tirar la toalla, cobra vida en los cuerpos y las voces de unos actores inmensos a cuya cabeza está un, de nuevo, impresionante Juan Echanove encarnando al mismísimo don Francisco de Quevedo

“ENFRENTARSE A QUEVEDO y, sobre todo, zambullirse en ese caudaloso discurso brillante y doloroso sobre la decadencia de un imperio es una insensatez de la que sólo eres consciente cuando ya estás con el agua al cuello”, afirma un Gerardo Vera que, confiesa, varias veces estuvieron a punto de tirar la toalla.

Y es que convertir un texto de Quevedo –recordemos que no era dramaturgo– en una obra teatral es una empresa harto complicada. “Optamos por lanzarnos de cabeza al sacrilegio, a la perversión, a la mezcla iconoclasta y desprejuiciada de tiempos, planos de realidad, personajes...”, apunta José Luis Collado.

Una versión magistral

Y de ese tándem maravilloso Vera-Collado que ya firmó la brillante adaptación de “Los hermanos Karamázov” estrenada con estos mismos actores en el CDN en 2015, surgen ahora estos ‘sueños’. Un espectáculo de creación, hecho día a día, sobre una dramaturgia que se ha estado modificando hasta el último momento. “Como pudimos y con mucha fiebre decidimos estudiar un armazón dramático para sujetar ese gran poema filosófico-moral del Barroco”, afirma Vera, a lo que Collado añade: “Un armazón mucho más abstracto y poroso en el que tienen cabida algunos de estos sueños, pero también la poesía, los hechos históricos, el amor y la imaginación al servicio de una historia que pudo ocurrir así o no”.

De hecho, aquí el gran protagonista no es el Diablo, ni la Muerte, ni los personajes alegóricos que pueblan las páginas de este texto, sino Francisco de Quevedo y Villegas, el hombre, su vida y la agonía previa a su muerte, sus recuerdos, sus obsesiones...

Contrastando la vejez de un Quevedo inmerso ya en un clima de deterioro con la del joven médico que lo trata, el autor intenta volver a aquellos “Sueños” escritos en el hervor de su juventud para ver si aún tienen vigencia. Comienza así esta especie de gran pesadilla antes de la muerte en la que, con la lógica de los sueños van apareciendo, inconexos, trepidantes, momentos importantes de su vida y, por ende, de toda la realidad del siglo XVII, acaso también de la nuestra.

Una crónica lúcida, dolorosa y sin adornos de una España presa de la corrupción, víctima del ocio, de la decadencia del imperio, sangrante... que ponen en escena Juan Echanove –“está haciendo un trabajo insólito, está poseído”, dice el director–, Óscar de la Fuente, Markos Marín, Antonia Paso, Lucía Quintana, Marta Ribera, Chema Ruiz, Ferrán Vilajosana, Eugenio Villota y Abel Vitón. “Este viaje sin ellos sería imposible. Son los que me permiten tirarme a la piscina porque siempe están ahí dispuestos a coger el relevo. No he hecho jamás una cosa así, acabo de hacer 70 años y siento que tengo 25”, finaliza Vera.

 


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