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Publicado el 30 de Enero de 2017 a las 10:38 horas

"Himmelweg", Mayorga al Teatro Fernán Gómez


Un delegado de la Cruz Roja, el comandante de un campo de concentración y la cabeza de la comunidad judía. Sobre este triángulo se levanta “Himmelweg”, una de las piezas de Juan Mayorga, uno de los principales renovadores del teatro español contemporáneo, más representadas en el mundo, aunque poco conocida en nuestro país. Una fábula del pasado que sirve para hablarnos de la actualidad, para reflexionar sobre cómo nuestras mentes son moldeadas a conveniencia de los estamentos de poder, que ahora presentan en Madrid Raimon Molins –que firma la dirección–, Elena Rayos y Guillem Gefaell.

A VECES UNO no es suficientemente fuerte para descubrir que ‘Camino del cielo’ puede ser el nombre del infierno, para ver el infierno que se extiende bajo sus pies...

Una gran mascarada Un delegado Cruz Roja recibe el encargo de inspeccionar un campo de concentración. Pero lejos de conocer la verdad, ante él se alza el comandante del campo, conductor de la representación, y una gran mentira ideada por él mismo con la 'ayuda' del jefe de la comunidad judía, que no sabe si está trabajando para la salvación de su pueblo o cooperando con los verdugos, si está ganando tiempo o entregando a su gente a un destino peor que la muerte...

Una fábula sobre la propaganda y la manipulación cuyo punto de partida es la historia real de un campo de concentración nazi cuyas condiciones fueron consideradas 'buenas' tras ser visitado por miembros de la Cruz Roja...

Nada era lo que parecía... “Himmelweg” trata sobre la manipulación, sí, pero también, explica Raimon Molins, director de este montaje, “sobre la puesta en cuestión de la idea de verdugo y víctima, sobre los conflictos y cómo son explicados a los que no los viven en primera línea, sobre la culpa y la justificación de la misma, sobre la fragilidad de lo humano. También nos habla de cultura y arte”.

“Hay varios temas que pueden interpelar al espectador contemporáneo”, apunta Juan Mayorga, “es una obra sobre la propaganda, los eufemismos, la manipulación de las víctimas, la invisibilización del horror. Lamentablemente, estamos rodeados de todo eso. Hay una pregunta que cualquier espectador puede hacerse: ¿qué parte de esta vida, de la que vivo y de la que me rodea, es sólo teatro?”.

Poética y fantasía...

La original y bella puesta en escena de la compañía Atrium, que se estrenó con gran éxito en Barcelona a finales de 2013 y ha girado por diferentes ciudades de España, navega entre la comedia y el drama. En ella, ampliando así la posibilidad de lo poético y lo fantástico, los personajes judíos, las víctimas, sobre todo niños, aparecen convertidos en personajes/presencias a través de muñecos que se mueven según el arte Bunraku, centenaria tradición japonesa de teatro de títeres.

Así, actores y personajes son manipulados cual marionetas en esta farsa que ahora protagonizan Elena Rayos, Guillem Gefaell y el propio Molins. “El Juan Mayorga de “Himmelweg” es un Juan Mayorga en estado de gracia. El artefacto dramatúrgico, el juego con el espacio y el tiempo así como el discurso de sus personajes son de una calidad y nivel difícil de encontrar. Un hombre capaz de ir al pasado para explicar el presente y articular un juego teatral aparentemente lúdico pero profundamente maduro”, afirma el director.

Un juego teatral que pone en tela de juicio la percepción de nuestra realidad y de los medios que nos la comunican, una mascarada que desde 1944 nos habla y nos pregunta en pleno siglo XXI.

La crítica ha dicho...

“Grande Mayorga; enorme Molins (...) “Himmelweg” impacta con una formidable interpretación (...) El despliegue de Molins es abrumador, formidable, de un detallismo casi excesivo”, El Periódico.

“Raimon Molins y su equipo han logrado una puesta en escena muy atractiva y eficaz”, El País. “El oficial de las SS de Molins responde a un trabajo literalmente sensacional”, La Vanguardia.

“Un texto brillante, con vuelo literario. Un teatro de ideas y un espectáculo recomendable”, Time Out Barcelona.

“La producción es respetuosa y está hecha con mucho cuidado, sabiendo que aquello que tiene entre manos es valioso y frágil, Teatrebarcelona.com.

“Una obra sin duda perturbadora (...) La recomendamos con vehemencia”, Culturayalgomás.

 



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