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Publicado el 27 de Enero de 2021 a las 12:00 horas

La Abadía recupera "Toná" de Luz Arcas y La Phármaco

La Abadía recupera

La Abadía recupera "Toná" de Luz Arcas y La Phármaco, un espectáculo muy especial que podremos disfrutar del 28 al 31 de enero. ¡No te lo pierdas!

Toná es una obra especial dentro de mi trayectoria, la siento más orgánica, libre e intuitiva que otros trabajos. Es el resultado de un proceso creativo muy lento, marcado por momentos vitales definitivos y por una crisis artística muy fuerte.

Antes de que estallara la pandemia, viajé a Málaga para pasar un tiempo con mi padre, estaba bastante enfermo. En su casa, donde me crie, me reencontré con referencias olvidadas, me volvieron anécdotas y miedos, reconecté con el folclore de mi infancia. Quise compartir ese sentimiento tan propio de ese folclore: la muerte como celebración de la vida, una catarsis individual y colectiva, una fiesta necesaria, inevitable.

En la biblioteca de mi padre seguía la biografía de Trinidad Huertas, La Cuenca, una bailaora malagueña del siglo XIX que se hizo famosa en todo el mundo con un número en el que representaba a una torera en plena faena y que le dio el sobrenombre de La Valiente.

He recuperado otras referencias de mi infancia, como la figura de la Virgen del Carmen, embarcada en procesión por el mar cada 16 de julio, en una fiesta que, como tantas otras del mundo popular, expresan un paganismo y un arcaísmo anterior al catolicismo y que sin embargo éste siempre ha aprovechado para articular sus mitos.

Hemos trabajado con verdiales, folclore malagueño prerromano que ha sobrevivido bastante intacto a siglos de imperialismos y a sus sucesivos proyectos de domesticación.

También recuerdo cuando un amigo de mi padre nos llevaba de noche a esperar a que se apareciera la virgen entre los olivos. Me interesa la experiencia del milagro como la aborda Pasolini, como Ana Mendieta: la metafísica de la carne, su espectacularidad pobre, el testigo inesperado.

Los milagros están hechos de muchas cosas pero sobre todo, de la necesidad de que ocurran. Su carácter devocional no requiere una estructura formal demasiado elaborada, como dice mi amigo Rafael SM Paniagua «la eficacia de las formas culturales populares es de otro tipo. Su precisión es de otro tipo. Podemos elaborar una creencia a partir de una imagen abyecta, una mancha en la pared, un Cristo mal pintado. La devoción popular se organiza en torno a imágenes malas».

Luz Arcas.


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