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Publicado el 12 de Julio de 2017 a las 10:17 horas

Un "Calígula" lúcido dirigido por Mario Gas, segundo estreno del Festival de Mérida

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El segundo montaje de la 63ª edición del Festival de Mérida nos trae otro plato fuerte. Mario Gas ha construido un Calígula destructivo pero lúcido para reflexionar sobre el poder, la corrupción, la maldad, el nihilismo y la existencia. Podremos verlo desde hoy hasta el domingo día 16 de julio.

La obra cumbre de Albert Camus se sube a la arena del Teatro Romano de Mérida con un reparto de nueve actores encabezado por Pablo Derqui, que debuta en el Festival de Mérida, en el papel del emperador tirano y déspota que gobernó desde el año 37 al 41. Completan el reparto Borja Espinosa (Quereas), Mónica López (Cesonia), Bernart Quinta (Escipión), Xavier Ripoll (Helicón), y como corifeo: Pep Ferrer, Pep Molina, Anabel Moreno y Ricardo Moya.

Mario Gas, autor de la dramaturgia de esta obra de Camus además de director,  considera que Calígula es “un texto fundamental en el teatro del siglo XX, porque aporta todos los temores de la colectividad hacia un tirano, el nihilismo de alguien que puede, por un hecho fortuito y doloroso, especular sobre el verdadero dolor y de ahí pasarse a un lugar donde el dolor se infringe a los demás y si tienes poder, el poder se rompe en mil pedazos hasta convertirse insoportable y exterminador para los demás”.

El Calígula que pretende presentar Gas en Mérida está alejado de ser un personaje patológico, enfermo, loco, como se ha dibujado en otros montajes sobe la obra, “porque –sostiene el director- eso es de alguna manera una eximente de la  maldad a conciencia con la que opera sobe la gente a la que domina y a la que manda”. De ahí que su proyecto, además de huir de la versión historicista, indague en que “desde la lucidez, desde el nihilismo y desde el afán de saber por un lado equivocado, llegamos a la destrucción y a crear un monstruo y un enemigo que la sociedad tiene que eliminar para poder sobrevivir”.

Esta representación sobre la arbitrariedad del poder o la fragilidad de la existencia se ve reforzada en una simbólica escenografía creada por Paco Azorín e inspirada en el Palazzo della Civiltà del Lavoro en Roma (conocido también como el Colosseo Quadrato), un edificio representativo de las construcciones de la época fascista italiana de Mussolini. 

La obra de Albert Camus ha podido verse en otras seis ocasiones anteriores en el Teatro Romano de Mérida, la última en 2010. En esta ocasión se trata de una coproducción del Festival de Mérida, el Teatre Romea y el Festival Grec, al que viajará tras su estreno en Mérida.

Por otro lado, hoy se inicia la programación de Cinema Aestas con la proyección de Kubo y las dos cuerdas mágicas en el Pórtico del Foro a las 22.30 horas.


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