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Publicado el 14 de Enero de 2016 a las 11:33 horas

Vecinos y vecinas… ¡Ya viene la "Cervantina"!

Vecinos y vecinas… ¡Ya viene la

Dicen que es tiempo de Cervantes. Tiempo de, como hizo él, defender la libertad de acción y pensamiento, tiempo de llevar por bandera su ironía y su lucidez. Ya lo hicieron con “En un lugar del Quijote”. Y rematan ahora. Sacando toda la artillería para traernos al mejor Cervantes, al más profundo, al más hondo, al que está más allá del personaje de Alonso Quijano. La Compañía Nacional de Teatro Clásico y Ron Lalá firman esta espectacular coproducción, hecha con todo el respeto del mundo, pero sin reverencia, para redescubrir a uno de nuestros más grandes autores. A partir de hoy en el Teatro de la Comedia.

MUJERES LIBERTARIAS, VIEJOS celosos, etnias en conflicto, pícaros caballerescos, perros que hablan ¡y hasta un licenciado que cree ser de vidrio! Sí, es tiempo de Cervantes. Quizás siempre lo fue. Y es que sus páginas, salpicadas de libertad y de ironía, y sus personajes, siempre disfrazados, rompiendo con lo establecido, evolucionando y revolucionando, son más de hoy que de ayer.

Por eso, la Compañía Nacional de Teatro Clásico no ha dudado en volver a coproducir al Cervantes más actual. Eso sí, a la manera Ron Lalá. “Que la Compañía Nacional nos vuelva a tener en cuenta para un montaje como este es un honor”, afirma Yayo Cáceres, director de la compañía y del montaje, y añade: “Esta colaboración viene a reafirmar una manera de hacer teatro y de llevarlo hasta el público, de enfrentarnos a los clásicos y entender el suyo como un teatro popular, que es lo que era, desempolvado y ligero”.

Un puzle impresionante

Leyendo todo. Así de claro. Leyendo todo, escribiendo, tirando a la basura, reescribiendo… Así es como se gesta “Cervantina”, “un gran poema cervantino otra vez, un gran puzle con micro escenas, un gran cóctel de Cervantes tamizado y pasado por el filtro de Ron Lalá y por la pluma de Álvaro Tato –que firma la dramaturgia–”, dice Cáceres.

Una auténtica fiesta de piezas breves a partir de fragmentos de “Don Quijote de la Mancha”, “El celoso extremeño”, “El coloquio de los perros”, “El hospital de los podridos”, “El licenciado Vidriera”, “La gitanilla”, “El retablo de las maravillas”, “El viejo celoso”, “Rinconete y Cortadillo” y otros muchos textos y entremeses de uno de los genios indiscutibles de la literatura universal.

Porque solo la imaginación de un genio sería tan osada como para poner a sus personajes leyéndose a sí mismos, hacer decir a una mujer que es libre, crear a dos perros que hablan, a una gitana que defiende a su pueblo o a un licenciado creerse de vidrio. ¡Y todo eso hace quinientos años! Cervantes deja que sus personajes hablen. Ni los filtra ni los juzga ni los condiciona, por eso incomodan, son rebeldes y libres.

Un escritor moderno

Y Cervantes, eterno y cercano, es de una modernidad extrema. Por eso, porque amaba el teatro y porque hay Cervantes más allá del Quijote, la CNTC y Ron Lalá han apostado por dar voz al “Cervantes librepensador, a un tipo que fue capaz de manipular su propio dolor para reírse. Cuando uno consigue esto estamos tocando el cielo”, afirma el director, y continúa: “Es cojonudo traerlo a este tiempo, ver qué pasa con la cabeza de un tipo que existió y escribió hace quinientos años y lo que eso mismo te dispara a ti con una cabeza del siglo XXI”.

Y para contarnos todo eso Ron Lalá juega a crear una folla –fiesta barroca de entremeses enhebrados– con la afilada pluma de Álvaro Tato, la música acústica de la cuerda, el viento y la percusión que orquesta Miguel Magdalena, la iluminación poética de Miguel Ángel Camacho, el espacio sencillo, efectivo y expresivo que conforma el viaje creado por Carolina González y el vestuario como máscara de Tatiana de Sarabia. Y, cómo no, los ‘ronlaleros’: Tato, Magdalena, Íñigo Echevarría, Juan Cañas y Daniel Rovalher interpretan la friolera de casi medio centenar de personajes sobre un escenario donde nada es lo que parece, donde todo puede ser todo y donde todo el mundo se transforma. Donde lo aéreo toma el protagonismo.

Un espectáculo básicamente de mu-jeres a pesar de que Ron Lalá está compuesta por cinco hombres en escena al que le espera una enorme gira después de Madrid.

La CNTC y Ron Lalá

Aunque Ron Lalá apuesta por la creación colectiva y la dramaturgia y composición propias, también se ha dejado seducir por los clásicos en montajes como “Ojos de agua”, “Siglo de Oro, siglo de ahora (Folía)” y el exitoso “En un lugar del Quijote”, su primera colaboración con la CNTC. Estrenado en el Teatro Pavón en 2013, esta versión libre de la novela de Cervantes ha ganado varios premios –Premios del Público en la Mostra Internacional de Teatro Ribadavia, Teatro Rojas Festival Olmedo Clásico 2015 y Festival de Teatro Cartaya y Premio Ceres al mejor vestuario–, fue finalista al Max como mejor espectáculo musical en 2014 y ha hecho una gira envidiable que le ha llevado por todos los rincones de España y fuera de nuestras fronteras –Colombia, Estados Unidos, Inglaterra, Bulgaria o Serbia–.

Cervantes y “Cervantina”: un dibujo ‘ronlalero’

• Álvaro Tato: “La ‘Cervantina’ es un virus contagioso que cursa con carcajadas, música, poesía y libertad. Vamos a encontrar en escena a un puñado de enfermos incurables del virus de cervantina dispuesto a propagarlo al respetable”, dice Álvaro, y añade: “Lo mejor de trabajar mano a mano con la CNTC es el entusiasmo cómplice de todo su equipo, y la generosidad de la gran Helena Pimenta”.

• Íñigo Echevarría: “Cervantes es un ‘sinvergüenza’ muy lúcido. Fresco, descara-do y absolutamente necesario. Ron Lalá cervantea, Cervantes ronlalea, que toda la gente lo vea y que luego se lo lea”.

• Miguel Magdalena: “Los clásicos en España son tratados con una excesiva reverencia. Cervantes no es sólo un escritor para especialistas, también es un escritor ‘para todo el mundo’. Cualquiera que se acerque a sus textos encontrará la voz de un ser humano inigualable que da una dimensión muy especial al ser humano”.

• Juan Cañas: “Los grandes son eternos. Siempre es tiempo de volver a ellos porque nos conectan con la esencia misma de lo que somos. Y Cervantes es uno de los más grandes genios de la cultura mundial y, además, un tipo divertidísimo”.

• Daniel Rovalher: “Este es nuestro particular homenaje (de nuevo) a la figura de Cervantes, a su mundo y a sus historias, sus novelas ejemplares, sus entremeses, etc. Nos valdría con que la gente saliera del teatro queriendo leerlo, pero con otra visión más divertida, más festiva. Cervantes es de todo menos aburrido”.

 

 


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