Revista teatros

 Si en el París de los años 20 el Cartel de los cuatro reunió a los directores, alumnos de Jacques Copeau, Louis Jouvet, Charles Dullin, Gaston Baty y Georges Pitoëff, los tres mosqueteros más aventajados de la escena actual hacen lo propio con el Teatro de la Ciudad, que por fin verá la luz en el Teatro de La Abadía. Alfredo Sanzol, Andrés Lima, Miguel del Arco y toda su gente habitual –productores, actores, escenógrafos, etc.– le han puesto trabajo, sacrificio, coraje y mucho corazón a uno de los mayores proyectos teatrales de los últimos años. Ya lo dice Benjamín Prado: “Deja de buscar las llaves, inventa otra puerta”. 

Dice Benjamín Prado: “Deja de buscar las llaves, inventa otra puerta”. ¿Eso es lo que están haciendo ustedes tres con este colosal proyecto?

Puede ser. Es algo que los artistas hacemos continuamente. Bueno, no sólo los artistas, es una disposición muy humana. Conviene ser consciente de que la realidad que creemos percibir es una parte muy pequeña de la realidad. Así que hay que imaginar posibilidades más allá de los límites cotidianos.

Alfredo Sanzol, Andrés Lima y Miguel del Arco. Alguien ha escrito de ustedes: “unidos en el reconocimiento y en la miseria”. ¿La unión hace la fuerza?

Cualquier tipo de unión no hace la fuerza. Es necesario que la unión esté basada en la solidaridad, lalibertad y la igualdad, esas son las bases para construir la confianza, y laconfianza es el suelo sobre el que juega la creatividad que produce alegría.

¿Cómo surge la idea de unirse? ¿De quién parte? ¿Cómo se da el primer paso, cómo es esa conversación que forja algo de tamaño calado? ¿Quién llama a quién?

Creo que todo empezó un día en el que Andrés nos invitó a Miguel y a mí a una sesión del taller que estabahaciendo en ese momento en el Matadero. Nos gustó trabajar juntos y pensamosque había que continuar haciéndolo.

¿Qué es el Teatro de la Ciudad? 

Es la unión de Miguel del Arco, de Andrés Lima, de Alfredo Sanzol y de sus equipos para la creación y la investigación teatral. La causa de la unión es el deseo de compartir, de trabajar juntos, de abarcar proyectos que no podemos hacer solos. El deseo es ser un punto de encuentro, poder ampliar en el futuro las colaboraciones con otros equipos artísticos. El Teatro de la Ciudad no tiene una forma acabada, porque una de las razones de esta unión es dar forma a la propia unión. Es decir, la propia unión es un hecho creativo en sí mismo.

¿Cuánto les ha costado levantar un proyecto como éste? ¿Han tragado saliva muchas veces, han pensado dónde nos hemos metido? ¿Qué obstáculos y qué satisfacciones han encontrado por el camino?

Estamos haciendo algo sin tener un modelo que seguir. No conocemos una experiencia anterior a esta que nos permita imitar o conocer o anticiparnos a los problemas. Estamos entrando en un terreno desconocido. Así que hay esfuerzo, hay aventura, pero sobre todo, lo que hago con más frecuencia es agradecer la inteligencia y la generosidad de todo el equipo cuando tenemos reuniones en las que somos doce hablando y logramos ponernos de acuerdo.

¿Y por qué han escogido la tragedia para echar a andar el proyecto?

La verdad y la realidad es que la tragedia nos ha elegido a nosotros, y que no sabemos por qué. Luego nosotros intelectualmente explicamos por qué hemos elegido hacer tragedia, y la respuesta ficticia, la que damos para explicarnos frente a los demás es que la tragedia es el género que está en el origen de la tradición teatral de occidente, y que ya que el Teatro de la Ciudad es el origen de algo queríamos empezar por elprincipio de algo, y también que la tragedia es el género que está en el centro de la formación de la ciudad, y de la democracia.

Y ya están aquí Antígona, Medea y Edipo. Háblennos cada uno de su elección: por qué y cuál es su visión particular de la obra, dónde pondrán el acento, por qué con esos actores y no otros…

Al principio lo que más me gustaba de Edipo era que fuese el detective que descubre que él mismo es elasesino, y que además descubriese cual era su origen, quienes eran sus padres, y que esto estuviese conectado con la imposibilidad de escapar al destino. Ahora lo que más interesa es la soberbia de Edipo. Su viaje hacia la humildad.

 
El Teatro de la Ciudad arrancó en junio del pasado año con el taller “Mito y Razón” dedicado a las tres obras. Lo de los talleres es ya marca de la casa. ¿Por qué son tan importantes para ustedes?

Los talleres permiten trabajar sobre la historia con mucha intensidad en un breve espacio de tiempo, y luego dejar un largo espacio de tiempo para que el trabajo hecho fertilice la imaginación. De manera que cuando se llega a las semanas de montaje y ensayo, el cuerpo de todos está dispuesto creativamente para trabajar.

En aquel taller participaron Carmen Machi, Bárbara Lennie, Israel Elejalde, Aitana Sánchez-Gijón, Irene Escolar e intervinieron Mario Gas, Nuria Espert y Alberto Conejero, entre otros. ¿Esto confirma una nueva vía de trabajo que a todos gusta?

Creo que sí, que a todos nos ha gustado esta manera de trabajar. Estamos muy agradecidos a todos los que han colaborado en los talleres. Han sido muy importantes paranosotros. Sus experiencias y su conocimiento nos han permitido dar forma a nuestro trabajo. Hemos tenido mucha suerte de contar con su participación.

Y después de cada uno de los montajes que podrán verse de forma conjunta, ¿qué es “Entusiasmo”?

Entusiasmo es una fiesta, una experiencia teatral, cabaret, lugar de encuentro, una manera de continuar la celebración después de las tragedias. En las fiestas dionisiacas la estructura era similar, tres tragedias y una comedia.

Y a nivel personal, ¿qué es lo mejor, lo más interesante de este proyecto?

La suerte de poder estar allado de un equipo artístico tan grande, con tanto talento y tanta generosidad.

¿Ya podemos llamarles maestros o aún se sienten alumnos?

Uno desde que nace es maestro en sus capacidades y hasta que muere es un alumno en sus limitaciones. Con los años puedes enseñar a los que tienen limitaciones parecidas a las tuyas cómo has ido aprendiendo a usar tus capacidades para superar tus limitaciones, y puede que eso les inspire a trabajar con las suyas, pero siempre siendo consciente de que las limitaciones de uno no tienen solución y que por lo tanto uno siempre será un alumno con ellas.

Aún estamos casi empezando, pero ¿qué futuro le espera al Teatro de la Ciudad?

El futuro no espera, el futuro es lo que está pasando ahora.

¿Nos definiría con una o dos palabra a cada uno de sus dos compañeros de batalla?

Bueno, creo que tocar una canción con una o dos notas es muy complicado ¿no? y contar una historia con una o dos palabras también, así que lo siento, pero creo que es imposible definir a un ser humano que es inmensamente más grande y profundo con una dos palabras.