Sé que han dicho que este fue un proyecto buscado y deseado por ambos desde que el texto cayó en sus manos. ¿Por qué, qué atracción ejerció en ustedes?
Creo que pensar que tal vez podíamos generar en el espectador algo parecido a lo que nos pasó a nosotros cuando lo vimos era atracción más que suficiente. Era un reto, emprender un viaje a un lugar que desconocíamos, conocer a un creador como Pascal, tocar otra forma de entender y hacer teatro, divertirnos, sufrir, crecer, vivir.
Y una vez leído y puesto en escena, como actor, como espectador, como persona al fin y al cabo, ¿adónde te lleva el texto, qué esconde, qué remueve, en qué llagas mete el dedo?
Bueno, en el fin del amor. Con todas las aristas y territorios que ello conlleva. A cada uno le moverá algo diferente, pero el texto es poderoso e implacable con respecto a poner en palabras el total desencuentro entre dos personas que se han amado mucho.
Háblenos de su personaje, ¿cuál es su posición en el ‘combate’, cuáles son sus sentimientos?
Muchos, diversos, contradictorios, como en la vida. Ella responde a todo lo que él le ha planteado durante la primera parte y lo hace desde un lado visceral, emocional y también combativo.
¿Cuál podría ser una de las frases más duras que pronuncia?
Hay varias, no sé. Tal vez "cava conmigo para que todo desaparezca que toda esta mierda desaparezca vamos a hacerlo desaparecer todo" . Para mí la destrucción que se plantea es durísima.
Evidentemente es un texto muy duro, muy intenso, donde no sólo se remueve el interior, sino también el cuerpo. Como una paliza. ¿Cómo salen, física y emocionalmente, tras cada función? ¿A un actor le compensa dejarse tanto en el escenario?
Hay días en qué me lo pregunto... Sobre todo antes de empezar la función. Pero en realidad me siento muy privilegiada de poder darme así, implicarme así, morir y revivir cada día en el escenario.
Ha dicho Pascal Rambert después de haber montado la obra en varios idiomas que cuando os vio tuvo la sensación de que el texto se había escrito en español. Para ustedes. ¿Cómo se le queda a uno el cuerpo y cómo ha sido trabajar con él?
Yo lo siento como un gran orgullo porque admiro profundamente a Pasacal a muchos niveles. Me ha abierto la cabeza, el alma, me ha dado la oportunidad de crecer y aprender a su lado de una manera mágica. Y además se ha convertido en amigo, así que qué más puedo pedir!
¿Más proyectos entre manos, vacaciones o mejor disfrutar del momento? ¿Qué le piden a este 2017?
Hay muchas cosas dando vueltas, sí. Pocas vacaciones y mucho trabajo. Los deseos me los guardo que si no, no se cumplen.