Publicado el 31 de Marzo de 2018
Carme Portaceli dirige Policías y ladrones
Obra: Policías y ladrones
Esta obra es un Forges de la situación de hoy, un retrato brutal y chistoso de este país. ¡A veces alcanza niveles de chaladura excepcionales! (risas)
Conocida y más que reconocida por este sector y su público, la actual directora del Teatro Español cuenta con una espectacular biografía a la dirección teatral –“Troyanas”, “Frankestein”, “La rosa tatuada”…–. Fundadora de la Factoría Escénica Internacional y miembra fundadora de la Academia de las Artes Escénicas de España y del comité Organizador de los Premios Max, la valenciana encara con “Policías y Ladrones” una nueva y estimulante experiencia en las tablas.
¿Qué le motivó a aceptar este proyecto y qué experiencia previa tenía con el género de la zarzuela?
No tenía ninguna experiencia previa. Soy una gran oyente de ópera de toda la vida y, como yo creo que siempre ha sido un mun-do un poco vetado a las mujeres –como tantos otros, pero este en especial–, no me lo había planteado como una opción. Cuando me lo dieron, al ser una obra original sin referentes previos, lo asumí como un riesgo, cosa que me encanta, y me apetecía entrar en ese mundo, por eso acepté.
¿Qué aborda “Policías y ladrones”?
Habla de un caso concreto de una persona que ha sido secretario de un Partido. Le han pillado por corrupción y le han metido en la cárcel. En este país hay millones de casos de esos, lo vemos cada día y no pasa nada, están ahí. Tiene mucho que ver con el país en el que vivimos, es una situación muy actual. Y pienso que el arte ha de ser una reflexión y un retrato de nuestra sociedad, de nuestra épo-ca. Me parece muy interesante.
¿Cómo son los personajes?
La pieza trabaja desde el punto de vista muy extremo de los personajes. El Presunto Implicado es un personaje con muchísimo morbo. Ha llegado donde ha llegado, tiene una carta bajo la manga, le han dejado de lado y no puede creerse que está en la cárcel. También está el Policía, que tiene el gran acto de pillarle y meterle en la cárcel. Le proponen un soborno que no acepta pero acaba entrando en la cárcel también...
¿Alguno más?
Está la mujer del Presunto Implicado, que es la que ‘no se entera de nada’, la que ‘firmó papeles sin saber para qué’ y después se va al Caribe con un mafioso ruso encanta-da de la vida. Y también tenemos al hijo y la hija –hijos del Presunto Implicado y del policía respectivamente– que se enamoran con esa tragedia detrás y se tienen que ir del país.
Tragedia plagada de comedia…
¡Es un chiste extremo, un Forges de la situación de hoy! Es un retrato brutal y chistoso de este país. Lo bonito y lo divertido es encontrarle ese lenguaje escénico. ¡A veces alcanza niveles de chaladura ex-cepcionales! (risas).
¿Cómo es la escenografía y demás recursos escénicos?
Es como un tiovivo en el que pasan cosas. Representa el mundo que gira, la vida que pasa, todo lo que va sucediendo se encuentra dentro de este tiovivo, tiene mucha poética y es interesante. Y, por supuesto, hay una puerta giratoria, ¡claro…!
En definitiva, ¿por qué motivos considera “Policías y ladrones” un estreno altamente recomendable?
Porque, en general, la cultura es lo único que puede salvar a la humanidad en estos momentos. Y porque creo que es una pieza divertida y brutal de una sociedad en la que estamos viviendo, con música, con una orquesta increíble –tengo un maestro, José Ramón Encinar, ¡que es una joya! Un hombre inteligente con una sensibilidad extraordinaria–, con unos cantantes maravillosos… y porque creo que es un género absolutamente nuestro que no hay que dejarlo morir haciendo cosas contemporáneas que hablen de nuestra sociedad.