Revista teatros

¿Dónde están las mujeres en el teatro? ¿Existe discriminación, machismo, micromachismos?

Pues eso mismo me pregunto yo a menudo. En el Español hay muchas. Y existen pero siempre mucho más invisibles que los varones. No tienen las mismas oportunidades. Hay discriminación y, por lo tanto, machismo, sin duda ninguna. Los micromachismos te los encuentras en muchísimas actitudes en general.

Casos de abuso denunciados en la profesión en todo el mundo. La Liga de las Mujeres Profesionales del Teatro publica un manifiesto contra el acoso en el teatro.

Eso es una gran cosa, las denuncias, porque los abusadores se apoyan y se atreven por nuestro silencio. El silencio viene porque ante cualquier abuso, y lo estamos viendo ahora en el vergonzoso juicio de la niña violada en Pamplona por esos cinco especímenes de varón, porque las sospechas siempre recaen sobre la víctima, especialmente cuando ésta es mujer. Creo que es muy importante la posibilidad de denunciar, eso es lo único que va a parar los abusos, la vergüenza y el temor del abusador de ser descubierto porque sabe muy bien que lo que hace no está bien.

Datos: en 2014 se estrenaron en España 977 obras de teatro según datos del Centro de Documentación Teatral. En cuanto a su autoría, sólo un 22% son mujeres (un 30% si hablamos de dramaturgia y un 20% si lo hacemos de versiones). En cuanto a dirección de escena, sólo el 23% son directoras. En coreografías, el porcentaje de mujeres alcanza el 58%.

Pues datos muy tristes, francamente. Creo que es un mal endémico, una dinámica de comportamiento, que sólo se solucionará cuando las mujeres ocupemos lugares de responsabilidad y decisión. Esa será la única manera de cambiar esa dinámica. Mientras tanto hay que cumplir la ley y la de Igualdad es una ley orgánica de obligado cumplimiento. Las administraciones deberían velar por eso. Y para ello están las cuotas, la única forma de cumplir esa ley y cambiar la dinámica de 21 siglos.

Necesidad de realizar acciones que provoquen cambios. ¿Cuáles?

Pues eso, cumplir la ley de Igualdad y aplicar un sistema de cuotas para evitar una dinámica que invisibiliza sistemáticamente a las mujeres en todas las profesiones. Sobre todo en los cargos de responsabilidad.

Debate en torno a cómo de necesarias o discriminatorias, también para las mujeres, son las iniciativas de igualdad de oportunidades o las cuotas obligatorias de paridad…

Son necesarias. Comprendo que es muy fácil el discurso de lo que es por mérito o no. Sí, pero desde que yo recuerdo, no todos los varones con los que he hablado y conocido con cargos tienen capacidad para tenerlos, están ahí y punto. Algunos incluso bastante burros. Por qué el embudo tan tan fino para nosotras. ¡Ahora resulta que para hacer cualquier trabajo hay que ser un genio! Eso es machismo puro y duro. Las cuotas son la única posibilidad de parar una dinámica discriminatoria.

Si en las aulas hay casi siempre más mujeres que hombres, ¿por qué siempre hay en cartel más autores y directores, por qué también parecen menos las actrices y por qué al frente de grandes teatros la mayoría son hombres?

Porque a la hora de repartir los cargos, los trabajos, se los dan a ellos, los ven más a ellos, los valoran mucho más. Es una dinámica, como decíamos. Se ponen de moda, los críticos los valoran más, y en general participan de un relato que no deja de ser el de siempre. Romper esta óptica molesta a algunos. De los años 50 del siglo XX hacia atrás es muy difícil encontrar autoras: están muy invisibilizadas y hay pocas. ¡¡¡Si se les había negado el espacio público!!! Hay que hacer un esfuerzo para dar otra óptica del mundo si queremos ser un espejo de la sociedad. Lo otro está obsoleto.

¿Qué tiene que cambiar en este país para que en el mundo laboral se refleje esa paridad?

Pues, por ejemplo, que por ley las mujeres cobren igual que los varones. Que haya ejemplo de paridad en donde mires, en las Instituciones… El ejemplo es muy importante. Que se prohíba la prostitución para que de ninguna manera la ley ampare un uso de ese tipo de las mujeres. En fin, medidas racionales que promuevan el respeto por nosotras. Que se castiguen públicamente ciertos comentarios, así tendrán temor de decirlos.

“La historia de la literatura, del teatro, del cine… es eminentemente masculina. ¿Hasta qué punto esto ha condicionado la visión que todos tenemos del mundo?

Todo, lo ha condicionado completamente. Por eso no les va bien que entremos en cambiar esa visión del mundo. La visión de las mujeres ha sido siempre a partir de los varones, de sus proyecciones, de lo que ellos creían o querían creer que sentíamos… Un horror. Solo se ha visto alterada cuando las mujeres hemos tenido acceso a publicar, a dirigir, a hablar…