Publicado el 30 de Junio de 2017
Carmen Conesa
Obra: Pareja abierta, el musical
¿Abrir la pareja? Me adaptaría al modelo. No me parece una mala idea, pero para hacerlo hay que tener la cabeza muy bien amueblada y la autoestima alta
Polifacética, todoterreno, versátil, perfecta siempre, Carmen Conesa comenzó su aventura sobre las tablas con una versión musical de “Historia de un caballo” de Tols-toi. Desde entonces hasta su último trabajo, “Festen”, acapara premios –Fotogramas a mejor actriz o dos Premios de la Unión de Actores– y títulos de éxito como “Chicas de hoy en día”, “La Señora”, “Solo son mujeres”, “La loba”...
Un hombre, una mujer, una crisis de pareja… Esto nos suena mucho, ¿no?
La pareja y de las crisis de pareja... Son temas eternos y universales (risas).
¿Y no es, así como punto de partida, un tema muy manido?
Tan manido como puedan ser el amor y los celos.
Definen este texto como ‘juguete explosivo’ y ‘comedia perfecta’...
La clave de todo es el ingenio de Darío Fo y de Franca Rame de llevar a situaciones casi esperpénticas un tema como es la relación de pareja. Su brillantez.
Al final, “Pareja abierta” es todo un combate. ¿Cuáles son las armas arrojadizas de esta ‘guerra’?
El amor propio, el miedo a la soledad, la traición, sentirse traicionado, y la destrucción de la autoestima.
Háblennos de sus personajes. ¿Cómo son Pío y Antonia?
Antonia es una mujer de clase media, educada en una familia tradicional y con unos valores sobre la importancia del matrimonio, de tener hijos y de complacer al marido. Es una mujer sencilla, sin muchísimas pretensiones a la que de repente le aparece un conflicto de tener que abrir la pareja…
Una frase de su personaje…
“En teoría lo de abrir la pareja está muy bien, pero primera regla: para que una pareja abierta funcione tiene que abrirse por uno solo de los lados, el del marido, porque si se abre por los dos se crean corrientes de aire”.
¿Tienen algo en común sus personajes con ustedes?
Que lo hace la misma actriz (risas). Lo que tienen en común Carmen y Antonia es la mujer que se rebela por dentro y el sentido de la justicia, el valor de la justicia en el ser humano.
¿Cómo reaccionarían ustedes ante la propuesta de abrir la pareja?
Primero sorprendida, pero luego creo que me adaptaría al modelo. No me parece una mala idea en absoluto. Sí creo que hay que tener la cabeza muy bien amueblada y estar fuerte y seguro, tener la autoestima alta.
Esta propuesta es una comedia musical. ¿Qué ha ganado con el cambio?
La música es extraordinaria y le suma un punto jovial, pero a la vez en momentos inquietante… Es un potenciador del sabor, potencia lo que es divertido, lo que es emocionante, lo que te hace llorar y lo que te hace reir.
Además, están acompañados en escena por la pianista Lola Barroso.
Es parte fundamental, tan importante es en esta versión la pianista como Antonia o Pío. Somos un trío (risas).
Gabriel Olivares se estrena en la dirección de musicales con esta función. ¿Cómo ha sido el trabajo?
Es un hombre absolutamente abierto, escucha a todo el mundo, se divierte. Es un niño genial, por su gran capacidad para sorprenderse y las ganas de aprender siempre. En eso es absolutamente extraordinario como director.
Han presentado ya el montaje en algunas ciudades. ¿Cómo llegan aquí?
La gente disfruta, les hacemos pasar un rato estupendo y cuando salen pueden polemizar sobre el tema. A Madrid llega la obra ya muy calentita y muy hecha.
La condición femenina, la ruptura de los convencionalismos, la moralidad… ¿Qué otras reflexiones provoca la obra?
La evolución de la independencia de la mujer, reivindicar su lugar y los derechos también al placer y a la vida. La función está escrita en los 80, pero esta reivindicación femenina de su lugar y de la búsqueda del placer sigue siendo una lucha diaria.