Publicado el 01 de Mayo de 2017
Carmen Ruiz
Obra: La cantante calva
Este es un montaje que no va a dejar a nadie indiferente
Decía Ionesco que antes de escribir “La cantante calva” no quería convertirse en un autor teatral, sino que lo que quería era aprender inglés. ¿Cómo les va a ustedes con la lengua de Shakespeare? ¿Ya la dominan o aún les domina ella?
Aún me domina ella aunque me defiendo bastante bien.
Lejos de lo que parece, en esta historia no aparece ninguna cantante, ni calva ni no calva. ¿Qué es entonces “La cantante calva”?
Es una metáfora pura cuyo significado el espectador descubrirá al ver la función.
Aunque al parecer al principio los críticos no daban un duro por Ionesco, la obra se convirtió en obra culmen del teatro del siglo XX y una de las más representativas del teatro del absurdo. ¿Por qué, cuáles son los ingredientes de este éxito?
Porque es un fiel reflejo de la sociedad moderna y muestra el absurdo de nuestro comportamiento cotidiano, de nuestro día a día.
Que hay siete días de la semana o que abajo está el suelo y arriba el techo… Ionesco pretendía comunicar a sus contemporáneos las verdades esenciales reveladas por un manual de inglés, pero ¿qué se esconde detrás de este absurdo? ¿De qué nos habla en realidad?
De la incomunicación, del silencio, de la soledad, de un tiempo muerto, de la búsqueda de entretenimiento, de la angustia, critica a la burguesía y un larguísimo etcétera.
Háblenos de su personaje: quién es y cómo es, cómo lo definiría.
Mi personaje es la Sra. Martin. Elisabeth es una mujer tranquila, educada, dispersa, olvidadiza, astuta.... que pasa por estados de orgullo, desorientación, euforia... como todos los personajes de la función. En realidad todos engloban casi toda la naturaleza humana.
¿Cuál podría ser una de las frases o de los momentos más disparatados o absurdos de la obra?
Hay muchos pero destaco una frase de la criada: "Me he comprado un orinal".
Dennos una buena razón por la que no debemos perdernos “La cantante calva”.
Es un montaje que no va a dejar a nadie indiferente y una oportunidad extraordinaria de divertirse mucho y conocer este clásico del teatro del absurdo.
