Publicado el 30 de Marzo de 2021
Entrevista a Aaron Lee y Zenón Recalde por Yo soy el que soy
Obra: Yo soy el que soy - Teatro Infanta Isabel
“Combinamos el humor con el drama. Ironía como manera de evasión de una realidad cruda y visceral, a veces, incómoda.” AARON LEE
Definida a la perfección como un canto a la tolerancia, el amor y la superación y después de arrasar en su primera temporada en el Teatro Pavón, la impactante y conmovedora historia personal de Aaron Lee regresa a escena con el violín en directo de su protagonista, el piano de Gaby Goldman y la narración de la actriz Verónica Ronda. Ponemos ‘cara a cara’ al violinista y su director Zenón Recalde para descubrir las claves de este inminente y esperado estreno en el Teatro Infanta Isabel. Por ANA VILLA
¿Cómo presentan “Yo soy el que soy”, con qué se va a encontrar el público?
Aaron Lee: Con una historia real que viví en mi adolescencia al confesar mi homosexualidad a mi familia. Se trata de una historia de superación, de resiliencia, de supervivencia y empodera-miento en la que no hay cabida para la lástima. Es más, hay varios momentos en los que, al igual que en el libro autobiográfico en el que está basada esta obra dramática, se combina el humor con el drama. Ironía como manera de evasión de una realidad cruda y visceral, a veces, incómoda.
Zenón Recalde: Es la historia de un joven que tuvo que tuvo que luchar por su identidad frente a los prejuicios de una familia ultra religiosa, que llegó a encerrarlo en un isla cerca de Japón para intentar que cambiase su orientación sexual. Está narrada en primera persona por la actriz Verónica Ronda y acompañada al piano por Gaby Goldman y Aaron al violín.
Zenón, usted es –junto a Aaron Lee– autor de esta adaptación teatral y también el director de la pieza. ¿Cuál ha sido el mayor reto?
Zenón: Hemos intentado utilizar un lenguaje dramático donde se mantuvie-se la tensión narrativa durante toda la obra, sin caer en la tragedia constante, incluso jugando con el humor por momentos, fusionando el texto con la música para potenciar la narrativa.
¿Dónde ha querido poner el foco principal?
Zenón: Sin duda, en la historia. Es tan potente, que he intentado despojarme de casi todo elemento externo para que la atención del público se centre en la palabra y la música. Y ahí es donde ha radicado el mayor desafío. Es un escenario muy austero, un piano de cola, dos taburetes. La puesta de luces, de David Picazo ha sido un marco fundamental que, con sobriedad y elegancia, constituye un elemento primordial a la hora de potenciar la brillante interpretación de Ronda, Goldman y Lee.
¿Por qué es Aaron Lee un artista muy recomendable para contemplar de cerca en el directo de este show?
Zenón: Porque es la historia de su vida la que se está contando y porque su virtuosismo con el violín es asombroso. La honestidad con la que ha querido compartir su historia es digna de mención y su capacidad de trasmitir emociones a través de su instrumento es algo maravilloso.
¿Qué balance guardan de la temporada realizada en el Pavón Kamikaze?
Aaron: Ha sido una experiencia muy positiva y enriquecedora. Agotamos las entradas y pudimos corroborar que esta historia sigue siendo actualidad y necesaria. Estoy muy agradecido a Miguel del Arco.
Zenón: Fue un honor y una alegría enormes.
¿Alguna anécdota vivida en pleno directo de esta función?
Aaron: Vino a ver la obra el señor que escribió el muy conocido discurso del ex Presidente Zapatero el día que se votó la Ley del Matrimonio Igualitario. Además, guardo con especial cariño la de un señor mayor que vino a agradecerme que hubiera escrito este libro y obra dramática, que le gustó mucho y que él no tuvo la oportunidad de salir del armario, que actualmente nadie más lo sabía, ni siquiera su familia. Sintió, tras ver mi historia, el valor suficiente y la confianza que dan los desconocidos para confesarme su orientación.
¿Qué motivos convierten este nuevo estreno en una opción muy recomen-dable para los amantes del teatro?
Aaron: Porque he podido madurar la obra y porque esta producción teatral ha creado otro proyecto llamado Casa Sylvia Rivera en la que los beneficios del teatro irán destinados a la creación de una casa refugio para mujeres en situación de extrema vulnerabilidad. No se me ocurre mejor manera de presentar la obra social que realiza la Fundación Arte que Alimenta que convirtiendo música y verso en un hogar que ayudará a muchas personas.