Publicado el 01 de Diciembre de 2022
Entrevista a Alberto San Juan por Lectura fácil
Obra: Lectura fácil - Teatro Valle Inclán CDN
“Lo que más me atrajo de esta obra son los personajes, los diálogos y la cuestión de fondo: la dificultad de vivir la vida en un sistema diseñado contra lo vivo”
Concebida como una bomba diseñada para reventar el concepto de discapacidad y reivindicar el derecho de todo lo vivo a gobernarse a sí mismo, esta fascinante función teatral basada en la exitosa novela homónima de Cristina Morales muestra a cuatro mujeres sometidas a tutela por los servicios públicos de bienestar. Charlamos con el popular autor y director de esta tragicómica adaptación para las tablas que retrata un sistema que no solo determina qué es la vida, sino quién puede vivirla y cómo. Por ANY POP
Antes de nada, ¿qué le atrajo de esta novela de Cristina Morales para embarcarse en la creación de una versión libre para las tablas?
Los personajes, los diálogos y la cuestión de fondo: la dificultad de vivir la vida en un sistema diseñado contra lo vivo. Un sistema de poder que establece qué es la vida, cómo hay qué vivirla e, incluso, quién puede vivirla.
A modo presentación, ¿qué plantea “Lectura fácil” y de qué manera lo hace?
Plantea la incapacitación que sufre el conjunto de la comunidad humana a la hora de participar de forma efectiva en el gobierno de sus asuntos en común.
¿Quiénes y cómo son las protagonistas de esta historia, cuáles son los conflictos que enfrentan?
Son cuatro mujeres, parientas entre sí, con diagnóstico de diversidad mental (no se especifica más en la obra cuál es su diagnóstico clínico) que viven juntas en un piso tutelado de la Comunidad de Madrid. Su conflicto es cómo adaptarse y sobrevivir en un mundo normal, es decir, un mundo normativizado, lleno de normas que no sirven para convivir sino para despojar al ser vivo de su capacidad de decisión y autogobierno, de su capacidad para crecer y aprender a cuidar de sí mismo y de los demás. La actitud de cada una de las cuatro es diferente respecto al poder que emite las normas y obliga a obedecer bajo amenaza de castigo: desde la sumisión al enfrentamiento.
Se dice que este texto es intensamente cómico y trágico al mismo tiempo. ¿Podría adelantarnos un momento cómico de la función?
Es mucho adelantar. Lo que a mí me hace gracia no tiene por qué hacer gracia a otra persona. Y al revés. Lo que sí puedo certificar es que las siete intérpretes que dan vida al relato en escena son todas cómicas de primera.
¿Y uno trágico?
También son trágicas, las interpretes. Lo mismo valen para hacer Mihura que Sófocles, así que tenemos ambos flancos bien cubiertos. ¡Creo que es mejor no revelar más sobre lo que ocurre en la obra!
¿Qué tienen los ‘servicios públicos de bienestar’ de nuestro sistema que parece que están diseñados contra lo vivo?
Es el propio sistema el que está diseñado contra lo vivo. Los servicios públicos de atención social son, desde mi humilde punto de vista, lo más digno. El problema es que forman parte de un sistema mercantil donde el bienestar de los seres vivos no tiene ninguna relevancia y que sólo se puede mantener mediante la coacción y la persuasión.
¿Algún ejemplo?
Un hombre va al psiquiatra de la seguridad social porque padece ansiedad y quiere algo que le alivie. Cuando el médico le pregunta por las circunstancias de su vida, el hombre cuenta que trabaja diez horas diarias a treinta kilómetros de su casa por 900 euros al mes. Entonces, el psiquiatra lo más que puede hacer es doparle para que siga sometiéndose a un sistema de explotación sin tirarse por una ventana.
En suma de todo, ¿por qué motivos considera recomendable descubrir este estreno teatral en el Centro Dramático Nacional?
El pudor me impide decir ‘vengan a ver la obra’. ¡Los espectadores decidirán sin necesidad de que yo recomiende!