Revista teatros

 Actor él, director, dramaturgo y docente. Presencia imponente, voz poderosa. A su nombre unimos “Antonio y Cleopatra”, “Prometeo”, “La paz perpetua”, “Divinas palabras” y tantos y tantos clásicos. Y ella, actriz de las que marcan una época. Elegante, siempre certera, la de “Solas”, que le valió el Goya y tantos premios, pero también la de “La casa de Bernarda Alba”, “La voz humana” o “El Lunar de Lady Chatterley”. Ahora son, a las órdenes de su querido y admirado José Carlos Plaza, Goya y Leocadia.

¿Cuáles son los monstruos que produce el sueño de la razón en este 2023?

Son unos monstruos muy parecidos a los que se producían en la época de Goya, hace unos 200 años. Cuando la razón duerme o desaparece, nos encontramos con las mentiras, la manipulación, la intolerancia, la injusticia, la desigualdad, la represión, etc. Y eso ocurre en cualquier época, también en ésta.

¿Estamos más dormidos que nunca?

No, no creo que estemos más dormidos, pero sí con los mismos riesgos ante la desaparición de la razón. Cada vez parece más claro que cada derecho conseguido hay defenderlo cada día frente a la manipulación de los poderosos en todos los ámbitos.

¿Qué es “El sueño de la razón”, qué nos contarían de este espectáculo?

Esta obra nos habla de la necesidad de defender la capacidad creativa, el espíritu de libertad y es un grito contra la intolerancia. Además, y específicamente el personaje de Leocadia que me toca interpretar, nos presenta a una mujer que debe defender su capacidad de decidir sobre su propia vida y sobre la de su familia, que incluye a Goya y a sus propios hijos.

Háblennos cada uno de su personaje, quiénes y cómo son Goya y Leocadia.

Goya es un genio en el ocaso de su vida, totalmente sordo desde hace 30 años, con alucinaciones y perseguido por la ignominia de Fernando VII. Sin embargo, se rebela contra esa persecución con toda la dignidad del mundo. Y Leocadia, su ama de llaves y amante intenta por todos los medios, salvarle junto a sus hijos. Ella, que es una mujer culta y liberal (progresista en esa época) defiende también su capacidad de tomar decisiones que afectan a su vida y a la de los suyos.

¿Cómo es trabajar a las órdenes de José Carlos Plaza?

No voy a descubrir ahora que José Carlos Plaza es uno de los grandes directores de teatro de esta época. Para mí es un placer y un privilegio trabajar con él cada vez que me lo propone. Es un continuo enriquecimiento del proyecto en el que estamos.

¿Cómo le gustaría que se acercase el público a ver esta obra, con qué actitud?

Creo que debería acercarse con una mirada limpia esperando ver toda una época y los días aciagos que le tocaron vivir a Goya, a Leocadia y a todos los personajes, bajo el poder absoluto del tirano Fernando VII. 

¿Y cómo le gustaría que saliese ese mismo espectador una hora y media o dos después?

Creo que me gustaría que saliesen valorando la necesidad de defender los valores democráticos y los derechos conseguidos por los que hay luchar cada día. También creo que saldrán conociendo un poco más a Goya, su entorno y cómo a pesar de sus muchos años y sus problemas de salud (sordera, alucinaciones e inseguridades) su genio le hizo crear unas “pinturas negras”, que entendemos un poco mejor después de ver la magnífica obra de Buero Vallejo. Goya era un ser humano obstinadamente coherente, comprometido y con un fuerte amor a su país.

¿En qué más andan? Otros proyectos que puedan contarse…

Tengo algunos proyectos de cine y de teatro, pero es aún un poco pronto para poder hablar de ellos. De momento espero seguir disfrutando de esta compañía con Fernando Sansegundo al frente y con Carlos Martínez-Abarca, Jorge Torres, Montse Peidro, Chema León, María Heredia, Álvaro Pérez, Marco Pernas y Bruno López. Y también del excelente equipo técnico y de producción que nos arropan en cada función.

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