Revista teatros

 “Hay personajes que solo los pueden desempeñar en toda su dimensión intérpretes extraordinarios y Blanca lo es”. No suenan huecas ni vanas ni manidas estas palabras de Ernesto Caballero. No es difícil imaginar, uncido el carro, a ‘La Portillo’ caminando sola al final de la obra, ni peleando su supervivencia, ni tantas cosas. Es una de las grandes actrices que pueblan nuestras tablas, quizás una de las grandes que las han poblado desde siempre. La hemos visto brillar en “La vida es sueño” y “El testamento de María”, nos ha cautivado en “Mrs Dalloway” y nos ha conmovido en “El cartógrafo”, por mencionar solo algunos de sus últimos trabajos en teatro. Actriz y directora, encarna ahora a ‘La Coraje’.

La temporada del CDN arranca con ‘La Portillo’ y ‘La Coraje’ frente a frente. ¿Cómo salen una y otra de este encuentro?

Me acerqué a ella con mucho miedo, con enorme respeto. Es un personaje emblemático del teatro universal y eso siempre asusta. Lentamente, he ido descubriéndola, dándome cuenta de que, a fin de cuentas, es un ser humano, una mujer con facetas positivas y negativas, llena de contrastes y contradicciones –¿quién no las tiene?–, llena de fuerza y también de fragilidad… A partir de esa mirada, ha sido complejo pero emocionante ir acercándome a ella.

Cuando Blanca Portillo piensa en “Madre Coraje y sus hijos”, ¿qué es lo primero que le viene a la mente?

Evidentemente es un texto antibelicista, pero su grandeza reside en que, a día de hoy, su voz resuena en muchos otros luga-res. Habla también de las contradicciones humanas, de la manipulación, del lugar de la mujer en el mundo, del deseo de perte-nencia, de los intereses del poder, de la falta de valores, del lado oscuro del ser humano, de cuál es nuestra responsabilidad individual frente a la sociedad que hemos constuido...

Háblenos de Madre Coraje, ¿quién es Ana Fierling?

Yo la llamo, con todo respeto, ‘Madre Coraza’. Vive en un mundo profundamente hostil y tiene que protegerse constante-mente. Vive de su negocio y con él saca adelante a sus tres hijos. No puede permitirse debilidades –lo cual no significa que no las tenga–. Es una superviviente y eso le hace saltarse las normas, las reglas, incluso la moral…

¿Con qué frase de las que dice su personaje en escena se quedaría?

“La gente pobre siempre necesita coraje, hay que tenerlo para echar hijos al mundo sin ningún futuro”. Desolador, ¿no? Hay muchas más, pero esta me pone los pelos de punta.

Criticamos a Madre Coraje por anteponer el negocio a todo y mostrarse insensible ante el desolado paisaje que la rodea. ¿No es un poco hipócrita? ¿No nos pasa a todos? Ayer, hoy, en la guerra, en esta España sin guerra…

Eso es lo interesante, es fácil juzgarla si no nos miramos a nosotros mismos. De alguna manera, ella, y la obra entera, nos pone ante la cara la pregunta: “¿Y tú qué harías y qué haces?”. Siempre nos es más fácil juzgar a los demás que a nosotros mismos.

Dice Mayorga que “El mejor teatro histórico abre el pasado. Y, abriendo el pasado, abre el presente”. ¿Le pasa esto también a Brecht y su teatro?

Sin duda. Él siempre está cuestionando el presente. Es desolador pensar que la obra transcurre durante la Guerra de los Treinta Años y que todo sea tan reconocible. Lo era en su momento, en el año 1929, cuando la escribió, y lo es ahora, en pleno siglo XXI.

Ernesto Caballero, igual que Brecht, quiere que el espectador disfrute y piense, que se haga preguntas… ¿Qué reflexión final se lleva Blanca Portillo?

Que no podemos responsabilizar a los demás de los desastres del mundo. Debe-mos preguntarnos qué hacemos o qué no hacemos para transformarlo, para mejorarlo.

Mrs. Dalloway, la Blanca de “El cartógrafo”, la María de Tóibín, Segismundo, la Medea de Pandur… Igual la jovencita Blanca que quería ser actriz no imaginaba que llegaría a ser una de las grandes de nuestro teatro. ¿Cómo la recuerda y qué se dirían hoy?

Nunca lo imaginé, lo único que deseaba era vivir de mi profesión. Ella, la jovencita, sigue estando ahí, con los mismos deseos, la misma ilusión. Frente a frente le daría la enhorabuena porque finalmente llevo más de treinta años viviendo de la profesión que amo. Le diría que, efectivamente, como decía mi profesor Pepe Estruch, nunca “se llega”, siempre se está en el camino. Y que el camino es lo realmente apasionante.

Actriz, directora y productora siempre con la mente puesta en nuevos desafíos. ¿Después de Brecht qué?

Ahora mismo estoy coproduciendo con el CDN, Entrecajas Producciones y García-Pérez Producciones, el texto de Antonio Rojano “Hombres que escriben en habitaciones pequeñas”, que se estrenará en octubre con dirección de Víctor Conde. Hay un par de proyectos más para coproducir y dirigir. Como actriz, aun está por estrenarse esta ‘Coraje’ y la gira de “Mrs. Dalloway”, que comenzará en diciembre en el Nacional de Cataluña y que me tendrá ocupada hasta mediados del año que viene. ¡Así que no puedo pensar ahora mismo en más personajes que interpretar! Veremos más adelante. Prefiero vivir en el ahora.