Revista teatros

Una mujer en un cargo de poder entrevista a Emma, de la sección de ventas, acerca de su vida amorosa. La gerente exige detalles íntimos de su aventura con un colega, Darren. Las alarmas se encienden cuando la relación se prolonga demasiado. El embarazo de Emma conduce a la separación forzada de Darren y la manipulación despiadada de todos los aspectos de su existencia. Con “Contracciones” el guionista y dramaturgo inglés Mike Bartlett –“Cock”, “Love, Love, Love”, “King Charles III”, “Thrown”...– explora la invasión creciente de las grandes compañías en la intimidad de sus empleados y cómo estos permiten cada vez más que aquellas se adueñen de ellos en cuerpo y alma. Charlamos de todo esto con sus protagonistas, dos mujeres de raza y grandes nombres de nuestra interpretación a las que dirige Israel Solá. Por VANESSA RAMIRO. Foto JAU FORNÉS

¿Cuánto estarían dispuestas a sacrificar por un salario? ¿Sabrían poner límites?

Pilar: Sí, sabría poner límites, claro. Ahora sí, cuando era más joven no.

Candela: Yo también. De hecho, creo que muchas veces no tengo salario por los límites, pero no que he puesto, sino que considero que son justos.

¿Y cuánto puede inmiscuirse una empresa en nuestra vida privada? ¿O no debería tener sentido esta pregunta?

Candela: No sabría qué contestarte... ¿Cuánto puede inmiscuirse? Lo que la compañía quiera, hasta el límite que tú le dejes y que legalmente pueda. Es un debate muy amplio. Por eso queremos hacer este texto.

Pilar: No debería tener sentido hacer esta pregunta, pero casi siempre se inmiscuye. También depende de las profesiones. La nuestra es una profesión, entre comillas, más liberal, aunque últimamente eso ya no existe. Parece que de lo que hablamos es de gente que está alejada de nosotras, pero no, porque todos vivimos en un sistema y ahora, además, con las redes sociales la vida personal está expuesta continuamente y pueden tirar de ti por unas declaraciones y te pueden hundir. Hablamos de las empresas, un mundo y una jungla increíble.

De hecho, hablamos de todo esto porque sucede. ¿Qué es “Contracciones”?

Candela: Es una distopía laboral que puede ser realista y puede ser no realista. A mí lo que me interesa es cómo nos van estrechando el embudo y hasta dónde uno está dispuesto a llegar o ceder por mantener ese puesto de trabajo o por el miedo a que no vayas a encontrar otra cosa.

Pilar: Casi siempre en las distopías te ves reflejada porque parece que no van a pasar y al final pasan. Es algo que parece que no es real, pero de la irrealidad casi se convierte en una comedia. Son líneas muy finas. No sabemos cuál va a ser la reacción del público, pero sí sé que es una función con muchas sorpresas y en la que nada es lo que parece.

Háblennos de sus personajes.

Candela: No quiero desvelar todavía quién es mi personaje. Hay dos. Es probable que la gente cuando vea la función se sienta identificada con una o con otra, pero desde fuera y sin juicio, creo que son dos posturas terribles frente al sistema.

Pilar: Son dos personas que trabajan en una gran compañía, una con un cargo y la otra es una empleada, y cómo tienen que lidiar todos los días con las exigencias de a compañía, con estas reglas, con estos compromisos, con esos trabajos.

¿Y hay espacio para el humor?

Pilar: Nosotras no hacemos humor, la gente no va a ir a ver una comedia, pero la situación se estrangula tanto, se aprieta tanto que al final la gente va a sonreír. La comedia es un sufrimiento alargado.

¿Cómo descubren “Contracciones”?

Candela: La historia es puramente de necesidad. Tras un gran momento dentro del sistema, te quedas como dos años en los que no te llama nadie, te quedas en el vacío más absoluto, pero mis vacíos ahora no son como antes. Tengo un hijo y la responsabilidad de sacar a esa persona adelante, me vi sin un duro y le dije a Pilar que quería escribir una función. Ella me recordó que hace años Jorge Kent, que ha hecho la versión, le pasó esta obra. Me la leí y pensé que estaba en el momento idóneo para hacerlo. Le dije: “Pilar, ¿te apuntas?”, me dijo que sí, llamé a nuestra productora, Eva Paniagua, Come y calla y ella a su vez a un distribuidor, Fran. Queríamos un director que nos hiciera una propuesta buena, interesante y al que no conociéramos y Fran, que distribuye a La Calòrica, dijo “Israel sería la pera”. A él le pareció bien y empezamos a trabajar.

¿Qué vio Pilar en esa obra?

Pilar: Es una función de dos mujeres y no hay tantos textos interesantes para dos mujeres. Me gustó mucho la dificultad que tiene, lo que cuenta, cómo lo cuenta, cómo deriva la historia y cómo son los personajes. Para mí lo tiene todo. Es un tema muy interesante y es una función que cuanto más la trabajamos, más nos sorprende, más nos reta, más cosas descubrimos. Y si eso nos pasa a nosotras, también le puede pasar al espectador.

¿Y cómo es trabajar con Israel Solá?

Candela: Solo tengo palabras de admiración. Nos está haciendo una propuesta extraordinaria. Nos preocupaba muchísimo, porque son escenas, como ‘microteatritos’, y no queríamos que veas una, dos y digas “Madre mía, me quiero morir”. Está siendo una propuesta bastante viva.

Pilar: No nos conocíamos de nada y ha sido maravilloso. Es una persona con un gran talento y muy buen director.

Candela: También tengo la suerte de que me acompañe Pilar, una actriz a la que admiro infinito, que tiene muchísima más experiencia teatral que yo, que mirar sus ojos es lugar seguro para mí. Israel ha sido un descubrimiento increíble, porque es una persona con autoridad, pero también vulnerable, flexible. Hemos tenido también mucha suerte con Eva Paniagua, con nuestro ayudante de dirección... Estamos creando un grupo muy hermoso, estamos trabajando con muchísimo amor y ojalá la gente lo disfrute.

Pilar: Es un sueño trabajar con Candela. Es una actriz con un talento inmenso, con una generosidad por el trabajo absoluta, muy generosa como compañera y siempre aprendo mucho trabajando con ella, me divierto y me comprometo mucho.

¿Es una obra que incita a la reflexión o a remover conciencias?

Pilar: Candela y yo vamos a intentar hacer un viaje todos los días y que la gente se meta con nosotras en ese viaje. Yo no quiero dar lecciones, no sé cómo va a salir el público. Yo quiero que entre de una forma e intentaremos que en el tiempo que dure la obra le pase algo...

Candela: El arte tiene que ser una experiencia sanadora, removedora. También confío en el entretenimiento por el entretenimiento, pero esta función invita a que la gente salga y se plantee hasta dónde puede llegar el sistema, hasta dónde podemos llegar nosotros, hasta dónde dejas tú llegar al sistema... Te puedes hacer muchísimas preguntas. 

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