Revista teatros

 El aplaudido director Emilio Sagi y el barítono Carlos Álvarez, uno de los mejores cantantes de ópera españoles de las últimas tres décadas y quizás el más internacional en este momento, se reencuentran para celebrar un 30º aniversario muy especial: el del estreno de esta zarzuela que los unió y que en cierto modo marcó la trayectoria de dos hombres a los que se rifan los mejores teatros del mundo.

Si no me equivoco, Carlos Álvarez debutó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en 1990 precisamente con la zarzuela “La del Manojo de Rosas”, con esta producción. Imagino que va a ser muy especial volver a ella, ¿no? ¿Cómo lo está viviendo y qué recuerdos tiene de aquel estreno?

Efectivamente, asi es. Esta será la tercera vez que participo en esta producción: la primera, en mi debut; la segunda, en su décimo aniversario; y esta tercera, ¡30 años después! No me lo puedo creer, aunque en mi interior ronda esa cita apócrifa atribuida a Fray Luis de León: “Decíamos ayer...”. Es como si no hubiera pasado el tiempo.

Y va a ser bien diferente esta vez, sobre todo por los tiempos que nos toca vivir, ¿cómo cree que va a ser este estreno en esta llamada ‘nueva normalidad’ tan extraña?

Espero que podamos mostrar, con normalidad, toda la magnificente y detallada producción: su puesta en escena requiere de todo el despliegue humano y técnico con el que fue concebida. Confío plenamente en la 'familia de la zarzuela' e invito al publico a venir a uno de los lugares mas seguros hoy en día: la butaca de un teatro.

Cuéntenos un poquito qué tiene de especial “La del manojo de rosas” y el Sorozábal que la firma… ¿Qué destacaría de esta pieza y de su creador?

Sorozábal, creador de su tiempo, no dudó en hacer suyas las corrientes musicales de la época y utilizó un libreto donde, no con la misma intensidad que en su “Juan José” de Dicenta, insinuaba crítica social embadurnada de humorismo y fina ironía.

¿Y su personaje? ¿Quién es, cómo es y qué dificultades entraña interpretarlo?

¡Ay, mi querido y cacofónico joaquín! Ese joven estudiante de familia venida a menos pero con ética y sentido de lo adecuado, enamorado hasta lo más íntimo, que despacha, mientras lía un cigarrillo con suma naturalidad, una de las romanzas más difíciles para los que vinimos después del bien ponderado Luis Sagi-Vela.

Si los compositores crearon teniendo a los cantantes de su época en mente, aquí el derroche de facultades, dicción castiza (no pasemos por alto que soy de Málaga y, permítaseme lo anecdótico, mi acento nunca me delató...), flexibilidad y arrobo vocal fueron la base de su éxito...y nuestro desvelo.

¿Y de Emilio Sagi qué nos dice? ¿Cómo es como director y qué tecla del éxito tocó en este montaje?

Ante todo, que es mi amigo y que lo admiro, que fue mi gran oportunidad hacia la profesionalidad, brindándome el mejor ambiente para debutar en un papel protagonista, esa magnífica actitud suya que permitió, a toda una nueva generación, percibir que la lírica debía cambiar sus modos y que, aceptando la absoluta convencionalidad de la cuarta pared, a partir de ese momento nos obligaba a ser, más que meros cantantes, artistas integrales.

Podría decir, casi sin temor a equivocarme, que esta producción marcó un antes y un después en la concepción de la zarzuela como, de nuevo, el gran e íntegro espectáculo musical.

¿Qué balance hace Carlos Álvarez de estos treinta años de carrera, de camino en el oficio?

Me sigue apasionando esta privilegiada y bendecida profesión, que tomo, aún, como un regalo permanente. Me ha dado la oportunidad de crecer como persona (no en vano, cambiar de vida incorporando a tantos y tan variados personajes en estos años me ha servido de introspección, análisis y catarsis) pero con la expectativa de lo que está aún por venir que, como reto máximo, es la próxima función.

¿Qué le diría el Carlos de 2020 al Carlos de 1990? ¿Aquel joven que comenzaba estaría orgulloso del artista en que se ha convertido?

“Adelante hay más: esfuerzo y coherencia”.

Me quedo con un comentario de mi hijo Carlos tras una reciente versión concertante de “Simon Boccanegra” en el Teatro Cervantes de nuestra ciudad: “Papá, hoy has sido capaz de emocionarme no solo por nuestra relación vital sino, sobre todo, por tu capacidad de interpretación”. Si él se siente orgulloso, yo me siento sobrecogido.

¿Qué otros proyectos tiene entre manos aparte de “La del manojo de rosas”?

Si todo va bien, la temporada continuará con compromisos en Berlín (Tosca), Milán (Rigoletto), Barcelona (Otello), Madrid (“Viva la Mamma” y Tosca), Londres (Rigoletto)... Y así, sucesivamente.