Revista teatros

 Julia y Toni son hermanos. Ella es incapaz de tomar decisiones y él parece que siempre lo tiene todo muy claro. Pero cuando el veterinario aconseja a Toni ‘sacrificar’ a su perra Rita, su seguridad personal se desvanece. Llegado el momento Toni tendrá que aceptar que su perra Rita se está muriendo y Julia deberá aceptar que la madre de ambos, que sufre Alzheimer desde hace años, también está al final de su vida. Marta Buchaca firma este bello texto lleno de amor, emoción, humor y ternura, una comedia dramática, un drama cómico, la vida misma, que dirige Lautaro Perotti. Charlamos con sus protagonistas, Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta, dos seres cargados de luz, de complicidad, de amor, de talento que nos invitan a disfrutar con ellos de este viaje. Por VANESSA RAMIRO Foto JAVIER NAVAL

Después de años de matrimonio, se conocerán como hermanos...

Carlos: Lo único que ha habido que hacer es intentar evitar las caricias más amorosas para que no pareciera una cosa rara (risas). Esa complicidad entre dos hermanos entre Mapi y yo existe.

Mapi: Hubo muchas risas porque a veces le alargaba la mano al muslo y me decía Lautaro: “No le toques así, porque los hermanos no se tocan así” (risas).

Los protagonistas son dos hermanos, pero ¿quién es Rita?

Carlos: Detrás del nombre de Rita se esconden dos seres: nuestra madre, la madre de los dos, y una perra que nuestro padre le regaló a mi hija.

No sé cuánto se puede contar de esta historia... ¿Comedia? ¿Drama? ¿La vida?

Carlos: Es la vida. Tiene momentos muy divertidos, muy emocionantes, muy emotivos. Es una obra que tiene mucho encanto. A mí me atrapó el texto en cuanto lo leí porque plantea una situación que es, aparentemente, muy sencilla, pero que esconde mucha profundidad. Y, por otro lado, plantea unos personajes muy cercanos, muy reconocibles, que todos podemos entender y empatizar con ellos. Además Marta Buchaca tiene algo que es estupendo, que es una forma de dialogar prodigiosa. Las réplicas están escritas con una gracia, con una naturalidad y con una verdad impresionantes.

¿Qué vio Mapi en el texto?

Mapi: Lo primero, la oportunidad de volver a subirme a un escenario. Cuando leí la función no tenía ni idea de que me la iban a ofrecer, Carlos siempre me pasa los textos para intercambiar opinión conmigo. Le dije: “Esta comedia es bárbara, es un cañón, tienes que hacerla”. Tenía componentes, como el tema de la madre, de la vejez, del amor hacia los animales, los hermanos…, que son comunes para todos los seres humanos y me sentí identificada. Y luego me encantó la manera de dialogar de Marta Buchaca, es muy certera, muy directa y utiliza un lenguaje muy cercano, encontré que no tenía ninguna pretensión y esa sencillez me gustó. Cuando Carlos me dijo que iba a protagonizarla, yo dije “¡Toma, toma, toma!” (risas). También pensé: “Uf, un coprotagonista con Hipólito” (risas), pero él tenía mucha confianza en mí como actriz y me inyectó mucha seguridad. Me dijo “Esto lo podemos hacer”.

Si eso te lo dice Hipólito…

Mapi: Yo sé que si no hubiese confiado en mí, no me lo hubiera propuesto. Hemos estrenado en Avilés y hemos volado en el escenario. Es muy fácil con Carlos, yo me engancho a sus ojos, a su cara y no lo suelto mientras dura la función. El viaje lo hacemos juntos y es una maravilla.

A Marta Buchaca le debemos la valentía de abordar un tema que no es fácil...

Carlos: Sí, habla de la eutanasia, pero de muchas más cosas. Habla también de las relaciones de familia, de la dependencia que tenemos de los miembros de nuestra familia; habla del amor, pero también del hastío y la necesidad de escapar del núcleo familiar, pero también de la necesidad de volver para sentir esa protección; habla de la dificultad de dejar ir a los seres que queremos, de cómo nos aferramos a veces a su existencia, aunque eso implique sufrimiento para la persona que está en una situación complicada…

Además lo hace desde un lugar poco común, ¿no?

Carlos: Es muy valiente y muy inteligente. Estoy convencido de que desde el humor se pueden decir cosas profundísimas y con más calado a veces que si uno se pone muy serio y muy sesudo. Me gusta mucho ese humor que nace de la reflexión. Aparte de pasar un buen rato, de reírse, de llorar, de que les cuenten un cuentecito, la gente puede reflexionar con ella y pueden debatir incluso.

Mapi: Marta no juzga, no da una opinión, lo deja muy abierto a que cada espectador haga su propia interpretación.

Cuéntennos algo más de los personajes.

Carlos: Toni es un personaje muy simpático, a mí me cae muy bien (risas). Es un hipocondríaco enfermizo que está siempre como al borde del ataque de nervios, porque todo le afecta muchísimo, todo le asusta… Es un tipo que quiere enormemente a su hermana y que está viviendo un momento personal complicado, porque acaba de separarse de su pareja y está especialmente sensible con todas las cosas que le pasan. Tiene una perrita y tiene una madre y tiene una hermana y ahí está todo el lío (risas). Tampoco te quiero destripar nada…

Mapi: Julia está en un momento de su vida en el que se derrumban muchas cosas que ella creía tener bien estables, como su matrimonio. Es una mujer que no puede tomar decisiones, deja que la vida las tome por ella. Ambos personajes están en un momento de cambios trascendentales en su vida y lo hermoso es que se ayudan, crecen gracias a la intervención del otro. Y ella, que es una persona bastante racional, se convierte en alguien muy emocional y al contrario él.

¿Cómo es Lautaro Perotti como director?

Mapi: Es un director que ayuda, que trabaja a través del afecto, de la admiración, del respeto y es un lugar desde el que se puede sacar oro porque siempre cuentas con su aprobación, con su admiración. Es muy inteligente y sabe mucho de cómo llegar hasta el fondo de lo que les pasa a los personajes. A mí me ha ganado. Ya le he dicho a Carlos que no quiero trabajar con nadie más que no sean Tolcachir o Lautaro (risas) porque son magos. Ha sido una experiencia maravillosa.

Esto es trabajo, pero parece un grupo de amigos...

Carlos: Me importan mucho los proyectos, por supuesto, lo que signifiquen, lo que cuenten, pero también me importa mucho el tipo de gente que va a estar. El teatro implica mucha convivencia y a medida que voy cumpliendo años cada vez quiero que esa convivencia sea más agradable, más placentera… La vida te puede regalar sorpresas estupendas de gente que no conoces, pero, en general, me gusta elegir los equipos con gente con la que creo que va a crearse esa cosa que es como una familia. Yo estoy convencido de que el teatro es un trabajo de equipo y ese equipo cuanto más homogéneo, profesional y humanamente sea, mejor.

Una curiosidad: ¿Carlos y Mapi se llevan el trabajo a casa?

Carlos: (Risas). Alguna vez, pero no mucho. Tenemos la suerte de que compaginamos la vida privada con la vida profesional con mucha facilidad. No tenemos normas ni reglas estrictas, va surgiendo todo de una manera natural. Ahora que llevamos un tiempo sin hacer “Rita” de vez en cuando decimos: “¿Aprovechamos ahora en el coche que estamos yendo despacito para pasar un poco de texto’?” (risas). Es muy divertido, nos llevamos muy bien. Admiro mucho a Mapi porque me parece una actriz estupenda y me gusta mucho trabajar con ella. Trabajamos juntos en “La mentira”, ahora en “Macbeth”, pero en “Rita” estamos los dos solos en el escenario y está siendo un viaje maravilloso.

VENTA DE ENTRADAS