Revista teatros

Lope de Vega frente al público: muchas de sus mujeres se rebelan al ser dichas y al verse comparadas con las mujeres que habitan el hoy, las que reciben sus versos y sus acciones. Una actriz sobre las tablas hace hablar a Laura, la vengadora de las mujeres; a Fenisa, la buscona; a Aurora, la bella ninfa; a la villana y a la boba y a  Laurencia…

Y así descubrimos que Lope se retrató en sus mujeres para lo bueno, tantas veces valientes, y  para lo malo, otras tantas  rendidas. Charlamos con Yolanda Pallín, Ernesto Arias y Carolina Calema, autora, director y protagonista de este bello espectáculo que pone a la mujer en el centro de todo y de siempre.  Por V. R.  

¿Qué es “Querella de Lope y las mujeres”, cómo definirían esta pieza? ¿A qué nos enfrenta este texto, de qué habla, en qué llagas mete el dedo?

“Querella de Lope…” en principio es un homenaje a Lope de Vega a través de sus personajes femeninos. Es una propuesta que me hizo la propia Carolina, un texto de Yolanda Pallín, y es un homenaje a Lope de Vega y aprovechando este homenaje, aprovechando que queríamos poner en escena algunas de las voces femeninas, hemos querido plantear algunos temas que creemos que están de actualidad y que tienen que ver con el paso del tiempo, con cómo enfrentarse al paso del tiempo, con cómo los valores van cambiando según pasa el tiempo y, sobre todo, que se ve en algunas de las propuestas de Lope de Vega.

Porque Lope de Vega era muy avanzado en su época en cuanto a la sensibilidad respecto a la mujer en la sociedad, pero visto a ojos de hoy pueden parecer obsoletas sus obras, porque al final la mujer queda sometida un poquito a la voluntad del hombre y la única salida que tiene es el matrimonio o el convento.

El cómo el paso del tiempo hace cambiar un poco los valores de la época hace que se vean precisamente esas cuestiones, cosas que para Lope de Vega incluso eran muy avanzadas para su época hoy en día pueden verse obsoletas. Eso creo que abre el debate sobre cómo enfrentarse a las puestas en escena de Lope de Vega, cómo hacerlo, el papel de la mujer en la sociedad, si se sigue avanzando en cuanto a igualdad, pero cuánto queda por conseguir… Todos estos temas.

¿Se puede juzgar a las mujeres de Lope y al mismo Lope desde nuestro hoy?

Siempre es injusto juzgar cosas de otra época, que hay que entenderlas en su contexto social de la época, con los valores de hoy en día. Y eso se hace. De repente hay comportamientos del pasado que se juzgan a través de los valores de hoy en día y yo creo que hay que ser un poco benévolos en ese sentido porque si nos ponemos estupendos puede pasar como con Lope, es decir, que podemos tachar incluso a Lope de machista y eso sería como absurdo.

¿Por qué? Porque a Lope no se le puede juzgar ni de machista ni de feminista, primero porque el feminismo no existía en aquella época, pero sí que se ve, entendiendo perfectamente el contexto y el papel de la mujer en la sociedad de la época, que el hombre tenía una sensibilidad muy peculiar y muy significativa al respecto de la mujer en la sociedad.

Las comedias de Lope yo siempre he defendido que son comedias ejemplares, es decir, no es que Lope retrate la sociedad de la época en sus obras, no, retrata una sociedad ideal donde la mujer es una mujer a la que él anima a que sea una mujer emprendedora, que persiga su propia independencia y su propia libertad. Muchos de los personajes femeninos de Lope por ejemplo son engañadas por el canalla de turno que por promesa de matrimonio consigue romper su virginidad y esos personajes femeninos de Lope se animan incluso a disfrazarse de hombres y perseguir y luchar por no quedar condenada a la situación en que están, son mujeres fuertes, de carisma.

Con eso yo creo que Lope está denunciando precisamente ese poder del hombre. Lo que pasa es que hoy en día se puede ver obsoleto porque como que al final los finales de Lope no dejan de estar hechos en el contexto y en los parámetros de los valores de la época. Al final, que la mujer acabe casándose con el canalla de turno que la ha engañado a ojos de hoy puede parecer un poco ya muy pasado. Pero hay que entenderlo en aquel contexto y en aquel contexto Lope animaba a la mujer a llevar las riendas, a  tratar de llevar las riendas de su vida, pero, claro, desenvolviéndose en la sociedad de la época.

Háblenos un poquito de su trabajo. ¿Cuáles son las directrices de su dirección, de su puesta en escena, dónde ha querido poner el acento?

Esto como ha sido un trabajo por sugerencia de ella yo lo primero que le pregunté es qué le apetecía hacer. Nos conocimos a través de un taller que yo impartía y ella trabajó un personaje de Lope de Vega, Casandra de “El castigo sin venganza”, y ella quería hacer algo al respecto de los personajes femeninos de Lope.

Yo lancé una idea y ella se lo propuso a Yolanda Pallín y escribió este texto, estuvimos trabajando conjuntamente y el texto de Yolanda me pareció maravilloso porque da mucho juego y hacía un viaje a través de los personajes fundamentales de Lope… y lo único que he tratado con Carolina ha sido tratar de estudiar cada uno de los personajes femeninos de la obra y tratar de internarse y tratar de potenciar su propio virtuosismo a la hora de cambiar de personaje, de jugar…

En realidad a mí lo que me interesaba es que a partir de un personaje troncal, que es una actriz que se plantea si tiene sentido seguir haciendo estas obras de Lope tal y como están escritas en la época, la propia actriz decide hacer una querella a Lope y poner como pruebas los propios personajes femeninos de Lope. Sobre todo porque yo creo que la obra habla sobre el paso del tiempo, cómo el paso del tiempo convierte en cenizas todas las cosas, como se dice en la obra, en el texto de Yolanda, y cómo cambia la mirada y la perspectiva sobre las cosas.

¿Cómo ha sido hasta ahora la respuesta del público? ¿Cómo sale la gente de ver esta “Querella de Lope y las mujeres”?

Yo creo que ha sido bastante buena. Estamos nerviosos porque entra en Madrid, en Madrid se ha hecho algún preestreno, pero fundamentalmente Carolina ha estado de bolos por toda la geografía española y en principio yo creo que la respuesta es buena. Un monólogo siempre es complicado, yo que he hecho alguna vez alguno, a veces es complicado, sobre todo para el actor, pero Carolina tiene el carisma, la energía y la ilusión y es también muy divertida y lo hace muy agradable al público. Tratamos de que el espectáculo sea algo divertido, ameno y que también lleve a estas reflexiones que he expuesto.

¿Hay sentencia general para esta acusación? ¿Alguna respuesta, algún mensaje, algún camino que transitar para los interrogantes que plantea esta querella?

No, la moraleja simplemente es compartir una reflexión. A mí no me gusta que desde el escenario se me diga, se le impongan las moralejas a los espectadores. Los espectadores yo creo que tienen que sacar sus propias conclusiones. A mí me gusta ser autocrítico con los que hacemos teatro y a veces que voy al teatro como espectador y veo como que recibo como que se me impone la moraleja y me siento un poco manipulado. Quieren inducirme una idea, un comportamiento, un sentido de la vida o una visión sobre la vida y yo quiero sacar mis propias conclusiones.

Me gusta mucho que me desequilibren, que me sorprendan con puntos de vista nuevos pero para que yo pueda sacar mis propios puntos de vista. No me gusta sentirme manipulado desde el patio de butacas. Me gusta la metáfora, me gusta la ficción y me gusta el que el espectador pueda tener su espacio para decidir si se vincula con la ficción que le han propuesto o no en ese espacio de libertad. En ese sentido, esta propuesta es así, no es que haya un final abierto pero en realidad al final de la obra se le pasa el testigo al espectador para que él decida cómo tomarse todo lo que ha visto.