Revista teatros

 Un paisaje de montaña. Dos personas ascienden un sendero. Ella va en busca de unos resultados clínicos. Él, de inspiración. Caminan sin saber que van a encontrarse, pero el azar, siempre caprichoso, los une de repente... Ger Thijs firma una fascinante historia acerca del dolor y del amor que surge en el momento en el que menos lo esperas y que dirige María Ruiz. Isabel Ordaz –“La que se avecina”, “Chevrolet”, “He nacido para verte sonreír”, “El jurado”, “Los días felices”...– y Santiago Molero  –“Águila Roja”, “Mercado Central”, “Sexpearemente”, “Todas las mujeres”, “Ay, Carmela”...– son esos dos desconocidos a los que la vida propone caminar juntos durante un trecho...    Por V. R.

Aunque este virus nos ha robado muchos, ¿a quiénes darían ustedes un beso ahora mismo?

Isabel: A todos aquellos que han perdido a sus seres queridos durante la pandemia, aislados, sin poder cogerles la mano o tocarles la frente.

Santiago: A muchas personas, soy muy besucón. Pero empezaría por todos esos amigos, amigas y parientes a los que no he podido volver a besar desde que la ‘distancia’ nos separó.

¿Qué es “El beso”?

Santiago: Es un drama existencial que habla sobre los caminos que transitamos llevados por nuestras decisiones y el azar y sobre la necesidad del otro para avanzar.

Isabel: Habla de la fascinante aventura que siempre supone un encuentro con el otro, habla descaradamente de las emociones y de que cuando más se muere más ganas de vivir se tiene.

Háblennos de sus personajes...

Isabel: Ella va en busca del resultado de unas pruebas médicas de bastante gravedad. Decide ir andando, atravesar un sendero de montaña. A lo largo de este viaje irá desnudando todo su mundo, teniendo como testigo la naturaleza y a un desconocido.

Santiago: Él es un hombre que ha fracasado en todas las facetas de su vida: en el trabajo, en su matrimonio, como padre... Es invasivo, directo, incisivo. Tiene un gran sentido del humor, mucha curiosidad y una enorme capacidad de escucha.

¿Alguna vez les ha pasado que un desconocido les salve un mal día?

Isabel: Continuamente, un desconocido, una sonrisa, un poco de cortesía. Somos como las mariposas, nos disfrazamos con extrañas formas y colores para disimular nuestra fragilidad extrema.

Santiago: Muchas veces. Lo cierto es que, en ocasiones, nos abrimos y sinceramos con desconocidos de una forma que no haríamos con otras personas. De repente, nos liberamos de la máscara y nos sentimos libres.

La crítica holandesa ha dicho que esta se aproxima a la obra de teatro ideal.

Isabel: Es una obra escrita con una gran desnudez, pero incendiada de pasiones humanas, de miedos humanos, de sueños humanos. Es provocadoramente íntima y, al mismo tiempo, todo lo que se dice es común, nos incumbe a todos.

Santiago: Está llena de verdad, experiencia, intriga, humor, tragedia, esperanza y belleza. Todo con la gran sencillez que solo encuentras en los grandes textos.

¿Cómo es trabajar con María Ruiz?

Isabel: Es un sueño de directora, por muchas razones, pero, sobre todo, porque le interesan los actores, mucho. Esta obra la necesitaba, trabaja cada sentimiento, te invita a compartir el proceso, tiene un gusto exquisito...

Santiago: Es una directora llena de pasión y de curiosidad. Ha conseguido ir más allá del texto y encontrar cosas en la drama-turgia que enriquecen este montaje.

¿Cómo es hacer teatro en tiempos de pandemia? Imagino que la ilusión de siempre se mezcla con cierta tristeza, incertidumbre… ¿Cómo lo están viviendo?

Isabel: El aspecto fundamental del teatro es el encuentro, la experiencia en directo con el público. Nada lo podrá sustituir. Desde luego está la incertidumbre del trabajo, gracias al teatro vive mucha gente, pero la emoción de ver un teatro lleno es inmensa. Esto es lo que deseamos recuperar cuanto antes.

Santiago: Sin duda. Pero a la vez con muchísima ilusión, sintiéndonos privilegiados y dando gracias por cada día que volvemos a subirnos a un escenario.

Aparte de “El beso”, ¿algún otro proyecto entre manos que pueda contarse?

Isabel: Espero que “El beso” tenga una larga vida, es lo que más deseo, es un proyecto que llevamos dos años intentando sacar adelante y se merece un largo recorrido. Y sí, siempre hay proyectos, entre otros poder retomar la presentación de “El agua de la lluvia tiene algo”, un poemario que edité con Sial Pigmalión y que salió precisamente en marzo, cuando todo se paró. Espero retomar pronto. Sí, siempre proyectos.

Santiago: Muchas cosas por hacer y contar. Pero de momento, y mientras sigamos en esta situación la mayoría tendrán que esperar. Mientras tanto, quiero disfrutar de este regalo que es “El beso”.