Publicado el 01 de Julio de 2022
Entrevista a José Padilla por RUN (Jamás caer vivos)
Obra: RUN (Jamás caer vivos) - Teatros del Canal
“La globalización se construye con nuestras acciones, no somos sujetos pasivos, víctimas de algo fuera de nuestro control, sino actores de ese algo”
Apoyada en múltiples personajes que nos trasladan desde la comedia hasta la mordacidad más trágica a través de lo narrativo y del humor, “RUN [jamás caer vivos]” es una historia sobre la globalización que indaga en las colosales contradicciones y miserias humanas a las que nos aboca una fuerza tan imparable como es este mastodóntico fenómeno mundial. Charlamos con el autor y director de este sugerente estreno para conocer todas sus aristas. Por ANA VILLA Fotos: JAVIER NAVAL
¿Qué es “RUN (jamás caer vivos)”?
Una obra que, mediante la comedia en muchas ocasiones, narra hechos que todos hemos visto en las noticias pero que han pasado totalmente desapercibidos. Situaciones que, a pesar de no haber estado en primera plana, tienen una dimensión enorme y nos afectan a día de hoy. Y es más, situaciones sobre las que probablemente tengamos un grado de responsabilidad. Todo ello ofrecido a través de un espectáculo vibrante.
¿Qué temas marcan esta función y qué historia desarrolla?
Hay un tema transversal: la globalización. A lo largo del proceso hemos constatado algo que repetimos en la función: lo íntimo es planetario. Solemos entender la globalización como un fenómeno del que formamos parte y que nos afecta, pero casi de forma pasiva, y no. Lo cierto es que la globalización se construye con nuestras acciones, no somos sujetos pasivos, víctimas de algo fuera de nuestro control, sino actores de ese algo. Fuerzas que se mueven con intención clara y que, de hecho, movemos nosotros con nuestros actos más cotidianos.
¿Quiénes y cómo son los personajes principales de la pieza?
La respuesta no es sencilla... ¡hay tantos como 33 personajes! En algunos casos, y casi te diría que como en los autos sacramentales, son encarnaciones de un concepto (el elenco en un momento dado es el pueblo de Hong Kong manifestándose), en otros se trata de personas que existen o han existido y que ayudan a contar el drama y la comedia que representa la globalización. Aparecen Bruce Lee o Lebron James, por poner solo dos ejemplos. Todos ellos conforman un caleidoscopio de formas contrapuestas de entender la vida que dan como resultado situaciones trágicas y divertidas, incluso todo a la vez en ocasiones.
Para usted, uno de los grandes momentos más divertidos o hilarantes de la función se produce cuando…
Hay unos cuantos de esos, no sabría decirte. Si tengo que quedarme con uno, te podría señalar el momento en el que un personaje de ficción, uno que todos conocemos de verlo mucho en cine, se apodera del escenario y del relato. Pero ya te digo, ese es solo uno, veo al elenco pasárselo muy bien en muchos momentos y creo que eso es buen síntoma.
¿Y esa frase del texto que casi hiela la sangre?
“El planeta está temblando, pero el planeta no lo sabe”. No puedo escuchar esa frase sin estremecimiento.
Para usted y según su obra, ¿a qué gran contradicción o miseria humana nos aboca la imparable fuerza de la globalización?
Tiene que ver con el comportamiento, parece imposible no ser incoherente. Una incoherencia que lleva al dolor o a mostrarse como un cínico. Este fenómeno, la globalización, te deja en línea de salida cuando tratas de ser coherente con tus puntos de vista. Das un paso y enseguida estás cayendo en una contradicción –de orden político casi siempre–. Creo que este es el patrón por el que se cortan los personajes de “RUN...”, no hay forma de actuar con coherencia, de forma cabal, cuando te enfrentas con la globalización. Valores sí, pero... Economía sostenible sí, pero... Empatía sí, pero... ¡Es terrible! Por eso mismo es muy teatral. Y hay algo más lacerante aún: esto recae con todo el daño en aquellas personas que son consideradas disidentes, sea por su punto de vista político, por su identidad…
En suma de todo, ¿por qué recomienda este estreno a los amantes del buen teatro?
Sin dudarlo, creo que es una propuesta que divierte y que a la vez propone un debate profundo. Jugamos en esas dos bandas, además, por supuesto, de contar con un elenco que traspasa el escenario y que divierte y conmueve a partes iguales. ¡Sé que el público la disfrutará mucho!