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Entrevista a Juan Mayorga por Voltaire

Publicado el 01 de Octubre de 2021

Entrevista a Juan Mayorga por Voltaire

Obra: Voltaire - Teatro Urgente - Teatro Quique San Francisco

 El teatro es siempre un refugio y un espacio de combate

 Resulta paradójico que alguien con tanto que decir y que ha dicho tanto titule “Silencio” a su discurso de ingreso en la RAE. En él Juan Mayorga, el maestro Mayorga, afirmaba que, “enfermo de teatro”, vive pendiente de lo que las personas hacen con las palabras y de lo que las palabras hacen con las personas. Por eso no es de extrañar que se haya sumado al proyecto de Teatro Urgente que impulsan Ernesto Caballero y Karina Garantivá. Lo hace con “Voltaire”, una obra armada a partir de tres textos de su “Teatro para minutos” en la que lo esencial son, cómo no, las palabras, los actores y el público.   Un proyecto que, además, ha vuelto a reunir a dos pesos pesados de nuestro teatro tras el éxito de  “La tortuga de Darwin”. Charlamos con dramaturgo y director de la urgencia del teatro.  

Es la primera vez que Juan Mayorga y Ernesto Caballero vuelven a coincidir en un espectáculo tras el éxito de “La Tortuga de Darwin”. ¿Qué tal el reencuentro? ¿Qué recuerdos tienen de aquellos días?

Soy seguidor de Ernesto desde antes de imaginar que me dedicaría al teatro. Tuve la suerte de que un día nos reuniese El monstruo de los jardines, de nuestro maestro Calderón, que yo versioné y él dirigió.  La tortuga de Darwin la escribí para él, y Ernesto me entregó un montaje lleno de humor y de emoción. Desde entonces, siempre hemos estado muy cerca, y ha sido un placer volver a trabajar a su lado.


Casi puede decirse que usted forma parte de Teatro Urgente desde que Caballero y Karina Garantivá empezaron a imaginarlo. Es un proyecto muy inspirador, ¿no?

Teatro Urgente es, a mi juicio, uno de los proyectos más interesantes del actual teatro madrileño. Suelo decir que es urgente en un doble sentido: se ocupa de asuntos que hay que tratar sin demora y levanta sus propuestas sin esperar a que se den las condiciones para hacerlo. Me siento orgulloso y agradecido de poder participar modestamente en él.


La pregunta parece obvia viniendo de donde venimos, pero ¿por qué es urgente el teatro?

El teatro siempre es urgente porque en él encontramos algunas de las cosas por las que la vida merece ser amada. Para empezar, una ocasión de reunirnos, de examinar juntos posibilidades de la existencia humana y de escuchar en silencio la voz de otros.


También parece urgente volver a Voltaire, ¿no? ¿Qué tiene que decirnos Voltaire a los espectadores de hoy? ¿De qué somos deudores? ¿Qué deberíamos revisar de su pensamiento?

Voltaire combate el fanatismo con la filosofía, esto es, con el esfuerzo permanente por atender a los hechos y dejar que estos hablen. Es, ante todo, un extraordinario crítico de textos. En días en que estamos rodeados de textos que se nos presentan como la verdad misma cuando solo son discursos interesados, es urgente volver a Voltaire.


Hablamos de Voltaire y, sin embargo, este no aparece en la obra. Cuéntenos qué vamos a ver entonces y a qué nos enfrenta este texto

En el centro del espectáculo se encuentran un concepto volteriano fundamental, la tolerancia, y su opuesto, el concepto de lo intolerable. Muchos espectadores estarán de acuerdo en que la tolerancia es una virtud; al tiempo, muchos considerarán que hay cosas -quizá distintas para cada espectador- intolerables. La obra interroga al espectador acerca de los límites de su tolerancia.


La propuesta está armada a partir de tres textos de su “Teatro para minutos” que han ido reescribiéndose casi en ‘cooperativa’, ¿no? ¿Cómo se trabaja en Teatro Urgente?

Ernesto y Karina se fijaron en uno de esos textos, lo que me animó a llamar su atención sobre los otros dos. Pensaba que cada pieza podía resignificar a las otras. Siempre en diálogo con Ernesto y con los actores, a pie de ensayo, he revisado las tres piezas y escrito otras que completan el mosaico.


¿Cómo ha de acercarse el público a esta obra?

Cada espectador es libre de acercarse a ella como desee, pero yo le invito a participar activamente en una experiencia que le ofrecerá, espero, acción, emoción, poesía y pensamiento. Y, dentro de este, humor, que no es sino una de las formas más altas del pensamiento.


¿La filosofía puede ser la receta para entendernos los unos a los otros?

La filosofía es un plan de vida al que todos estamos llamados. Desde luego, el filósofo siempre se enfrenta a una pregunta fundamental: ¿Quiénes son los otros? Esa pregunta le lleva a una segunda asimismo decisiva: ¿Qué responsabilidad tengo hacia los otros?


En días como estos, no sé si en medio de una pandemia mundial o una pandemia casi ya olvidada, ¿tiene el teatro algún tipo de poder?

Desde luego. En cualquier tiempo, y desde luego en tiempos como estos, un mundo sin teatro sería mucho peor. El teatro es importante incluso para los que nunca van a él. Hacemos teatro para mejorar el mundo.


Dice que pelea constantemente con sus textos. ¿Ese es el secreto?

Es la vida la que me hace reescribir. Es ella la que está insatisfecha con mis textos.


¿El teatro es más resistencia o combate en estos tiempos?

El teatro es siempre un refugio y un espacio de combate.


¿En qué más anda Juan Mayorga?

Por suerte, mi teatro va a comparecer varias veces en los escenarios esta temporada. En noviembre, repongo con Clara Sanchis y Daniel Albaladejo La lengua en pedazos en Teatro del Barrio; en enero, en el Español, estreno Silencio, en que dirijo a Blanca Portillo; en febrero, Alfredo Sanzol estrena en el María Guerrero mi obra El Golem; y en abril, en el Teatro de la Comedia, se presenta la versión, muy libre, que he escrito de El diablo cojuelo para los payasos de Rhum.

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