Revista teatros

Dos personajes entran al escenario para hablar el uno con el otro. Este es el planteamiento que Pablo Rosal, autor y director, propone con esta obra creada para exponer la experiencia animal del primer hablante dentro de este cuerpo tan hablado. Charlamos con los grandes protagonistas de este singular ejercicio dialogístico abierto al público en Teatro de La Abadía. Por ANY POP

¿Qué es “Los que hablan”, qué ofrece esta propuesta?

Malena Alterio: Es un análisis, una disección. Los personajes van descubriendo cuáles son los mecanismos que hacen que las conversaciones funcionen, de dónde sale lo que tengo que decir. Qué es lo que digo yo para que enganche con lo que dices tú. Haciendo recopilación de las conversaciones que han ido escuchando los personajes, descubren con asombro y fascinación qué es esto de hablar y cómo se habla, cómo se hace para hablar.

Luis Bermejo: “Los que hablan” son dos personas vacías frente a la posibilidad de hablar.

Sobre el escenario, dos personajes. ¿Quiénes y cómo son?

Luis: Son dos personajes puros que se agitan en un despertar, que rebuscan en la memoria. Dos personajes que vienen también a hacedlos reír para que les den su canción sin palabras. Un rapto subcutáneo.

Malena: Se juntan en un espacio que aún no está definido para analizar y entender cómo se habla. Son dos seres llenos de curiosidad y asombro que, poco a poco, se van entusiasmando en sus descubrimientos. Ellos han ido recopilando información por todas partes, archivando en su memoria conversaciones de todos lados. Y es en este momento cuando, entre los dos, van descubriendo el mecanismo y el funcionamiento del hablar.

Una de las grandes frases de este texto es aquella de dice...

Luis: “Tenemos tiempo”. Si paramos, se puede. Se puede pensar.

Malena.: Quizás no es una gran frase, pero es interesante cuando aparece la pregunta “¿Cómo estás?” Aquí estos dos seres pierden la señal, no saben qué decir. Ellos recrean conversaciones, frases ajenas que no les interpelan. Les va bien y se divierten, pero cuando la pregunta es para uno mismo... es ahí cuando se bloquean.

Esta obra propone observar con ternura todo lo que el ser humano ha añadido al alma por interés del ego. ¿Cómo se consigue en escena?

Malena: La forma de Pablo Rosal es construir casi a través de un juego, un entretenimiento, una partitura que está llena de ritmos, de cambios y de colores. Esto yo creo que va a hacer a la función divertida, ágil y frenética. También hay muchos silencios.

Para ustedes, ¿cuál es esa enseñanza fundamental que rezuma esta obra?

Malena: No sé cuál es la enseñanza y tampoco sé si Pablo tiene siquiera esta pretensión. Yo creo que es una disección del hablar. Me hago muchas veces esta pregunta: ¿Cómo es que se habla? Porque es algo que nos viene dado. Hablamos desde pequeños y nunca nos paramos a pensar cómo se habla, de dónde salen las palabras. Y creo que esto también es lo interesante de la propuesta. Es un poco pararse a pensar cómo se habla, de dónde sale lo que yo tengo que decir. Y eso es lo curioso y lo divertido.

¿En qué otros proyectos podemos verles próximamente?

Luis: Se va a estrenar una serie en noviembre que se llama “Nasdrovia”, para Movistar. Se acaban de estrenar en HBO, en lo que se llama Escenario 0, dos funciones de teatro filmadas en las que participo: “Los mariachis” y “Vania”. Además, estoy rodando una serie que se llama “Ana Tramel” para TVE. Y tengo pendiente por estrenar una peli en la que participo, “Efecto óptico”, de Juan Cavestany.

Malena: Estoy terminando “Espejo espejo”, una película que dirige Marc Crehuet, se estrenará el año que viene si todo va bien. Y en la primavera de 2021 saldrá la tercera parte “Las señoras del hampa” en Mediaset.