Revista teatros

¿Cómo se viven los días previos a la inauguración de una Feria cómo esta?

Son días con mucho vértigo, más aún un año como este en el que hemos introducido muchos cambios en la dinámica organizativa de todos los años como consecuencia del covid-19; pero también son días de impaciencia, pues todos los equipos de trabajo están desarrollando adecuadamente sus funciones y ya lo que uno desea es que la Feria arranque y que tanto el público como los profesionales puedan disfrutarla.

Si no me equivoco es director de esta cita desde el año 2012 y antes fue responsable de actividades complementarias, imagino que esta edición ha sido la más difícil. ¿Qué ha sido lo más complicado?

Lamentablemente asumí la dirección de la feria de forma imprevista al fallecer mi compañera Rosa María García Cano, y me tocó asumir unas funciones que conocía bien pues formo parte del equipo fundacional de la Feria y he desarrollado todo tipo de tareas y responsabilidades. La verdad es que este es un proyecto de equipo y eso facilita mucho las cosas, además de que lo más difícil fue levantar el proyecto y ahí el trabajo de Rosa María fue fundamental, pues la Feria ya estaba encarrilada.

Luego hemos ido adaptándonos a nuevos tiempos, nuevas exigencias, pero siempre arropado por unos equipos de trabajo excelentes y muy comprometidos que son los verdaderos responsables del éxito de la Feria.

La planificación de este año está siendo muy complicada porque toda la situación sociosanitaria que nos rodea genera muchas incertidumbres, y lo más difícil es manejar la inquietud. Además, cualquier acción tiene que reflexionarse mucho y el esfuerzo organizativo es mucho mayor que en ediciones anteriores.

Una vez sacado adelante, ¿cómo ha afectado a esta cita la crisis del COVID-19?

La crisis nos afecta fundamentalmente al volumen de profesionales y público que moviliza cada año la Feria, que evidentemente no podemos mantener. Por otra parte, las medidas de distanciamiento social y reducción de aforos condicionan enormemente los objetivos de la Feria, del hecho escénico en general, que buscan la socialización, la comunicación, la emoción grupal.

Pero la prevención y contención es prioritaria, la salud es lo más importante, y lo principal es ofrecer una Feria segura, para lo cual hemos tomado diferentes decisiones que significan sacrificar el número de espacios, los aforos o franjas de programación, pero con el espíritu de hacer una feria plena, no testimonial.

Antes de hablar de teatro, que es lo que nos gusta, vamos a algo más prosaico, pero que puede preocupar a los espectadores. ¿Qué protocolos, qué medidas sanitarias excepcionales se están llevando a cabo para garantizar la seguridad del público?

Hemos diseñado una programación que mantiene las señas de identidad de la Feria y trabajamos por devolver la confianza a los ciudadanos. Para ello hemos reducido el número de espacios, ampliado la programación a cielo abierto en patios históricos, reducido los aforos y condicionarlos por el distanciamiento social, también hemos duplicado un buen número de espectáculos para facilitar al público y los profesionales que puedan verlos,  hemos modificado los horarios y por último hemos hecho una apuesta por formatos singulares que pueden ser presentados en espacios no convencionales o están integrados por elencos pequeños y que facilitan la movilidad. A pesar de reducir un 20% el número de compañías, este año se mantiene el mismo número de funciones que los últimos años, con más de 50 representaciones en cinco días.

Cuéntenos, ¿cómo ha encarado esta 23ª edición? ¿Qué la caracteriza, cuáles son los cimientos en los que se asienta, los objetivos?

Como comentábamos hemos abordado la 23ª edición pasando por diferentes estados de ánimo según las circunstancias que teníamos que asumir. Combinando vértigo, incertidumbre, responsabilidad y responsabilidad.

Ha sido muy importante el respaldo de las instituciones públicas que hacen posible la Feria de Teatro, encabezadas por la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, que nos han dado confianza y consenso en la organización de la Feria. El objetivo fundamental era poder mantener el proyecto por compromiso con el sector y con el territorio, poder abrir una ventana que oxigene el sector escénico tan lesionado en las circunstancias que nos rodean.

Trabajamos por reivindicar la cultura como servicio público, alejados de la concepción de mero entretenimiento, y en nuestro caso además como mecanismo de activación socioeconómica dado que somos un mercado. Era importante reactivarnos, pero hacerlo siempre garantizando la seguridad; sin perder nuestras señas de identidad en la programación que apuestan por la novedad, la calidad, la multidisciplinariedad y versatilidad de los espectáculos.

Aunque sería largo hablar detenidamente de cada una de las propuestas del festival, denos unas pinceladas de lo que han preparado…

Hemos diseñado una Feria que acoge 14 estrenos, para facilitar que las compañías que llevan un largo tiempo trabajando en sus nuevas producciones tengan visibilidad y todo el esfuerzo se vea recompensado. El 50% de la programación son espectáculos de compañías de Castilla y León, pero hay compañías de diez comunidades autónomas diferentes y de Portugal. Nos encontramos con compañías muy veteranas que compartirán programación con compañías emergentes, con un gran protagonismo para el teatro de texto, en castellano, así como también este año para la programación a cielo abierto. Y también hemos hecho una apuesta especial por formatos singulares como son el teatro documento, teatro foro, artes vivas o nuevas dramaturgias, formatos a los que consideramos puede abrírseles un nuevo nicho de mercado como consecuencia de la pandemia y las dificultades para las programaciones habituales.

Entre las señas de identidad de la Feria están la presencia internacional (Portugal) y también la vertiente profesional de la cita como mercado escénico. ¿Cómo se ha trabajado este año y en estas circunstancias tan excepcionales en estos dos ámbitos y qué ofrece la Feria en este sentido y con qué limitaciones?

Este año hemos limitado el protagonismo internacional de la Feria por razones que todos podemos imaginar, pero aún así hemos querido mantener la presencia de Portugal pues siempre ha sido un territorio prioritario para la Feria, además de mantener diferentes acuerdos de colaboración e intercambio que propician también que compañías de Castilla y León viajen a Portugal.

La creación de puntos de encuentro profesional está muy condicionada por las medidas sociosanitarias, por lo que hemos potenciado las herramientas on line y reivindicado una vez mas el valor esencial de las Ferias como oportunidad única para los profesionales de ver un gran número de espectáculos en un periodo muy concentrado de tiempo.

Además, realizamos un sondeo de opinión entre los profesionales habituales de la Feria sobre sus previsiones de movilidad, interés por las actividades on line, etc., que nos ha ayudado mucho para tomar decisiones.

¿Qué balance hace Manuel J. González de estos años que lleva como director de la Feria de Teatro de Castilla y León, Ciudad Rodrigo? ¿Qué se ha logrado y qué objetivos tienen para el futuro?

El balance es satisfactorio en tanto y cuanto estamos consiguiendo los objetivos primordiales, como son el contribuir a dinamizar el mercado escénico, servir de puente entre artistas y programadores y los datos de que disponemos nos indican que en las últimas ediciones 9 de cada 10 compañías cierran contrataciones gracias a su participación en la Feria; y por otro lado logramos una implicación importante del tejido social del territorio alimentando al mismo tiempo la dinamización socioeconómica de nuestro entorno, pues en las últimas ediciones hemos recibido casi treinta y cinco mil espectadores (Ciudad Rodrigo apenas tiene doce mil habitantes).

Estos dos logros principales este año serán imposibles de alcanzar, empezando porque hemos reducido drásticamente los aforos y suprimido la programación en la calle; pero si trabajamos por mantener otros elementos que hemos conseguido en los últimos tiempos como en la relación con Portugal, la oportunidad de mostrar nuevas tendencias creativas, la generación cauces de participación ciudadana y la importancia de mostrar las artes escénicas en patrimonios monumentales. Los retos que tenemos por delante son muchos, como conseguir otro espacio estable de programación en Ciudad Rodrigo, el poder acoger un mayor número de espectáculos de propuestas singulares, perseverar en nuestros intercambios con Portugal o conseguir que la Feria pueda amparar procesos de creación con las compañías de nuestra Comunidad.

25 a 29 de agosto. Planificamos nuestras vacaciones y decidimos pasar por Ciudad Rodrigo. Háganos un plan perfecto para pasar un par de días. Compramos entradas para algún espectáculo ¿y qué más? 

Ciudad Rodrigo sirve de puente entre la Reserva de la Biosfera de la Sierra de Francia-Béjar, Parque Natural de Batuecas y el Parque Natural de Arribes de Duero; por lo que es un punto estupendo para instalar el “campamento base” y conocer la provincia de Salamanca, además de poder acercarnos a la de Cáceres y a Portugal que están a pocos kilómetros.

Si se viaja en familia yo recomendaría llevar a los niños y niñas a las actividades de pedagogía teatral del programa Divierteatro, que se desarrolla todas las mañanas de la Feria, y aprovechar para pasear por la localidad, recorrer toda su muralla (son solo 1800 metros y está completa), visitar la Catedral y pasear por la localidad.

En Ciudad Rodrigo hay un repertorio estupendo de restaurantes para disfrutar de una buena comida y probar los huevos con farinato, y después podemos ir a reposar a las zonas recreativas de la ribera del Agueda, con buenas sombras a reposar un rato y cargar energías para volver a disfrutar de teatro sin parar toda la tarde, en sala y en patios históricos. Es difícil elegir solo uno.

Y para completar la salida, no regresaría sin visitar el Yacimiento rupestre de Siegaverde, a poquitos kilómetros, y que este año celebra su décimo aniversario como Patrimonio de la Humanidad.

Y la última. Es 30 de agosto y acabamos de clausurar la Feria de este raro 2020. Manuel J. González se sentiría feliz y satisfecho si… 

… si hemos logrado superar el verano sin rebrotes, si la organización de los aforos en los espectáculos transcurre adecuadamente (porque va a ser toda una novedad y un reto tanto para los públicos como para la organización), si la respuesta y asistencia de profesionales ha sido adecuada y , sobre todo, si todos los espectadores, tanto profesionales como público, disfrutan y aprecian la programación seleccionada.