Publicado el 01 de Enero de 2020
Entrevista a Manuela Velasco. Estudio Corazza para el Actor
Obra: Especial formación
Fueron años de trabajo en equipo, de crecer y evolucionar junto a tus compañeros.
Tenía poco más de treinta años cuando ganó un Goya por “Rec” y desde entonces ha consolidado una carrera que le ha llevado del cine a la TV –“Aída”, “Velvet”...– y al teatro –“Los hijos se han dormido”, “Feelgood”, “Ba-jo terapia” y hoy “Reinar después de morir” con la CNTC.
¿Puede contarnos uno de sus primeros recuerdos que tengan que ver con la interpretación, con el teatro?
Primero fue la lectura de Hamlet cuando iba al colegio, pero era muy pequeña y no supe colocarlo. Años mas tarde fui a ver el montaje de 'Comedia sin título' de Lorca que hizo LLuis Pasqual en el María Guerero (1989) quedé tocada y supe que quería hacer teatro. Lorca me llega a los centros y 'cuando las cosas llegan a los centros no hay quien las arranque'.
¿Qué diferencias hay entre un actor digamos autodidacta o que no ha pasado por una escuela como tal y un actor que se ha formado en una escuela de interpretación?
Supongo que un actor autodidacta depende principalmente de su intuición y de su inspiración, o de repetir lo que ya le ha funcionado otras veces. Mientras que si has pasado por una escuela además de contar con eso puedes tener un mayor conocimiento de ti mismo y de tu instrumento. Habrás tenido la oportunidad de entrenar tu cuerpo, tu voz, tus emociones, de enfrentarte a tus bloqueos. Habrás aprendido técnica, lo qua te ayudará a crear y no fabricar. Te habrás enfrentado a personajes y situaciones complejas y muy diferentes, tendrás experiencia con la improvisación, con el análisis de texto, con el drama, con el humor. En definitiva, estarás mas preparado y tendrás mas herramientas, flexibilidad y práctica para realizar tu oficio.
Cuando uno toma la decisión de ingresar en una escuela, ¿qué ha de tener en cuenta a la hora de elegir una u otra?
Creo que es importante que elijas una escuela de la que tengas buenas referencias de sus profesores, que te gusten y te apetezca aprender con ellos. También debes informarte de qué tipo de técnica o metodología imparte. Una buena manera de elegir es apuntarte primero a algún seminario para experimentar el método de trabajo de la escuela y comprobar si te interesa y te va bien.
Me parece que el Estudio tiene un sistema original y creativo, porque ayuda a que alumnos y profesionales desarrollemos nuestro don, y busquemos nuestra propia forma de actuar. Se trabaja sobre la confianza y en cómo transformarse en el personaje y en salir de el. El trabajo con la palabra y el texto es muy importante y minucioso.
¿Qué le atrapó a usted de Estudio Corazza? ¿Qué motivó su elección por esta escuela y cómo describiría la línea pedagógica del centro?
Me apunté a un par de seminarios y lo que hice y aprendí me estimuló tanto que quise seguir mi formación en el Estudio. El proceso de selección también fue un seminario de 5 días y ratificó mi deseo de entrar en la escuela, me sentí muy estimulada y a la vez vi que me iban a enseñar una base muy sólida de técnica que me iba a ayudar a ser autónoma, a no depender exclusivamente de que alguien tuviera que sacar algo de mí ( a veces se genera mucha dependencia del profesor/director para actuar).
¿Cuál es la lección más importante, esa que le ha salvado cientos de veces, que aprendió en esta escuela?
Trabajar y confiar en la acción del texto, en lo que quiere conseguir el personaje. Huir de la literalidad. No buscar o actuar la emoción, no hacer demasiado. Crear con el compañero, dar y jugar a producir algo en él. Trabajar con relajación y sin presión. Ocuparme de comprender el texto, al autor y la propuesta del director y entregarme a ello, disfrutarlo.
¿Y alguna anécdota de aquella época que recuerde con especial cariño?
Fueron años de trabajo en equipo, de crecer y evolucionar junto a tus compañeros. En el Estudio siempre fomentaron que fuéramos autónomos poner en pie nuestra muestra de último año que fue Tres Hermanas, fue una aventura. Desde conseguir mobiliario para recrear la Rusia de fin del XIX, cosa que hicimos yendo con furgonetas a las recogidas de muebles de los barrios mas ricos de Madrid donde conseguimos todo tipo de maravillas que la gente tira a la basura (desde maravillosas alfombras antiguas a una preciosa butaca que todavía conservo). Imaginar, crear y coser nuestro propio vestuario, buscar lugares donde poder actuar... Poder profundizar con Juan Carlos en el mundo de Chejov y en los personajes durante meses. Un regalo.