Publicado el 01 de Julio de 2019
Entrevista a María Hervás por la vuelta de Iphigenia en Vallecas
Obra: Iphigenia en Vallecas
Ifi es la chica de barrio que cualquier persona de clase media catalogaría como una quinqui desempleada. Detrás de esa etiqueta, descubres un ser humano que te supera a nivel moral y humano
Deslumbrante, profunda, sencillamente espectacular. Sobran los apelativos cuando es la propia piel de gallina el mejor indicador para evaluar la sensibilidad y la potencia que provoca esta madrileña cada vez que se sube a un escenario. Poner alma y corazón en la adaptación de esta pieza y, además, interpretarla, le ha valido el reconocimiento de la crítica más exigente –Premio Max 2019 a Mejor Espectáculo Revelación y Mejor Actriz Protagonista, Unión de Actores a Mejor Actriz Protagonista de Teatro, Ercilla de Teatro…) ¿Lo mejor? Que Ifi vuelve a la capital y lo hace para contar su propia historia: la de una barriobajera perdida capaz de desmontar muchos prejuicios.
Lo primero: ¡enhorabuena! ¿A qué sabe arrasar en los principales premios nacionales de teatro y, además, hacerlo con una criatura tan suya?
A infinita felicidad y paz de pensar que ese lugar en el que he puesto todo mi cariño, esfuerzo, horas y energía todo este último tiempo ha llegado a los demás, que no era algo que me emocionaba solamente a mí, sino que tenía que ver con una cosa comunitaria, que es donde tengo puesto el foco.
Con solo 32 años, usted está en una de las cimas de su profesión, pero ¿cuándo y cómo surgió la loca idea de ser actriz?
Surgió cuando era muy muy pequeña, como una cosa muy primaria, un instinto. Había algo de necesidad sobre todo en el movimiento físico, que parece algo básico, pero yo necesitaba crear cosas con el cuerpo. Yo lo bailaba todo, me movía, hacía performances en mi casa todo el rato… y he tenido la suerte de tener unos padres que, aunque no se dedican para nada a esto, me jaleaban mucho todos los shows (risas).
¿Qué tres circunstancias vitales considera clave en su carrera para estar hoy donde está?
Familia, representantes y amigos, porque son mis cimientos, los que me sostienen en tierra y me apoyan a contracorriente. El trabajo constante y sin límites. Y el instinto, intentar obedecerlo.
“Iphigenia…” regresa al Kamikaze. ¿Con quién se va a encontrar el público madrileño que lo vea por primera vez?
Con la chica de barrio que cualquier persona de clase media catalogaría como una quinqui desempleada, con una persona que te ge-era rechazo pero que luego, a través de su historia y lo que ella hace con esa historia, que es un sacrificio, descubres que detrás de esa primera etiqueta hay un ser humano que no solamente está a tu nivel, sino que segura-mente te supera a nivel moral y humano.
Para usted, una de las mayores enseñanzas que nos da esta ‘choni de barrio’ es que…
Que los prejuicios, generalmente, más que llevarnos al entendimiento y la cooperación, nos distancian a los unos de los otros generando abismos. Y también el triunfo de la mirada colectiva por encima de la individualidad, que es algo absolutamente perdido en esta sociedad neoliberal en la que estamos.
“Iphigenia…” lleva desatando aplausos por toda España desde que empezó a girar en febrero de 2018. ¿Alguna anécdota curiosa vivida en directo con el público?
Ifi es un personaje muy agresivo, sobre todo al principio, no tiene pudor y es muy exhibicionista. Entonces, actué en un teatro de Zamora y, nada más salir a escena, vi que las dos primeras filas estaban ocupadas por un grupo de seminaristas con su alzacuellos. Vi ese percal y pensé ¡uf!, ¡¡casi me cohíbo…!! (risas). Pensamiento que me duró una milésima de segundo, porque tenía que ser justa con el personaje, con la historia y con mi trabajo...
¡¿Y qué pasó?!
Me entró una especie de miedo que no dejaba de ser un prejuicio por mi parte, pensar “esta gente no lo va a entender, le va a parecer aberrante”, con la sorpresa de que al final, cuando salí del teatro, las personas que me estaban esperando para hacerse una foto eran los 20 seminaristas con sus profesores ¡y estaban encantados! (risas). Decían que qué bien había retratado ese perfil de la sociedad, que qué razón tenía diciendo que juzgamos a gente cuando no la conocemos.
Usted es la Mejor Actriz de la temporada teatral según los expertos. ¿Qué tres trabajos le resultan merecedores de esta distinción, dentro de los montajes que ha visto?
Me sorprendió mucho Carolina Yuste en “Suaves”, lo que hacía actoralmente era de un riesgo tremendo, me gustó mucho su instinto, lo animal que es. María Morales está espectacular en todo lo que ha hecho esta temporada, es una Meryl Streep a la española y en joven. Y Marta Poveda en “La hija del aire”, ¡impresionante!
Una de sus mayores y más locas fantasías como actriz podría ser:
Montar mis propios proyectos, como hacer una peli de la primera obra de teatro que escribí, ¡porque me he dado cuenta de que es una peli! Me encantaría rodarla en una casa en la sierra, tres semanas de inmersión total con actores que a la vez sean amigos y vivir una experiencia como de cine dogma. Y empezar a perder el miedo a dirigir y ser una cagada.
¿Y un sueño pendiente de cumplir lejos de los escenarios?
Un viaje sin organizar por todo Latinoamérica con una mochila y, si puede ser, con alguna amiga.
¿En qué otros proyectos podemos verla actualmente?
Voy a estar en Mérida este verano con “Metamorfosis” y estamos con la gira de “Jauría”. Y en TV, la serie de “El pueblo” que están poniendo ya en Amazon Prime y en “La que se avecina”.