Revista teatros

 No son solo profesores, son profesionales, actores y actrices, directores, gestores... que saben mejor que nadie cómo es el oficio. Cómo es de duro y también de bello. Muchos son, además de docentes, exalumnos e, incluso, fundadores de los centros en los que ahora no solo imparten clase, sino que se dejan la piel, el alma y el corazón para acompañar y guiar a sus alumnos, para legarles, desde la más absoluta generosidad y entrega, todos sus conocimientos y guiarles en este camino hasta cumplir su sueño de convertirse en una pieza más de este maravilloso mundo de las artes escénicas.

Hemos charlado con Natalia Mateo e Íñigo Asiain Antón, Paula Soldevila, Carlota Gaviño e Íñigo Rodríguez-Claro, Victoria Ríos, Victoria Di Pace, Marisa Etxarri y Manuel Lagos. 

ESCUELA DE INTERPRETACIÓN CRISTINA ROTA

Actriz, dramaturga, guionista y directora, Natalia Mateo se formó en esta escuela y ahora es profesora de Interpretación Adultos. Íñigo Asiain Antón, licenciado por la University of Kent en Canterbury, imparte desde 2013 Voz y técnica vocal.

¿Qué filosofía define a la Escuela de Interpretación Cristina Rota?

ÍÑIGO: Yo creo que una frase que determina la filosofía de esta escuela es “ser antes que actuar” y que la interpretación es un oficio artesanal donde hay que invertir tiempo y trabajo, y que es en ese proceso donde están los hallazgos, sin ir al resultado.

Sin menospreciar a otras escuelas, ¿qué valor añadido tiene este centro frente a la competencia?

Es innegable que el pilar fundamental y lo que nos distingue del resto es su maestra y fundadora Cristina Rota, que sigue al pie del cañón en la formación de actores y con una fuerza y vitalidad envidiables. Ella es única y, por tanto, su visión y pedagogía son exclusivas e irrepetibles. Sólo las podéis encontrar en este centro y eso nos distingue de los demás.

NATALIA: La filosofía de la Escuela se define por ofrecer una pedagogía multidisciplinar que impulsa el aprendizaje de la autogestión de los propios proyectos, un proceso de formación a través de la dinámica de grupo y donde se brinda la oportunidad de realizar prácticas escénicas con público en un teatro profesional desde el primer curso. Es importante para la Escuela, que el alumnado sea consciente de la importancia de tener un concepto global del fenómeno escénico y de pensamiento artístico. 

¿Cómo es vuestra metodología de enseñanza?

ÍÑIGO: Acompañar al alumno y futuro actor/ actriz en su proceso de investigación y aportar herramientas para su desarrollo laboral. Somos la visión externa que le ayuda en su camino y que pretende hacerle ver y subsanar los posibles obstáculos y bloqueos con los que se encuentra. No le mostramos lo que tiene que hacer, le ayudamos a que lo descubra por sí mismo.

NATALIA: Formarse y trabajar con dinámica de grupo es esencial para el centro porque el estudiante toma conciencia de que forma parte de un todo y necesita del otro para crecer, para crear. Tener además la posibilidad de tener un espacio profesional en el que los estudiantes se pongan frente al público es un lujo. Un lugar donde poner en práctica lo aprendido, integrarlo, es esencial. Gracias al espacio de la Sala Mirador, el alumnado hace prácticas de todo lo que engloba el fenómeno escénico, por supuesto la interpretación, pero también la producción, el vestuario, la escenografía, la comunicación...

¿Cuáles son los pilares fundamentales en que se basa?

ÍÑIGO: Sobre todo en la honestidad en el trabajo y en uno mismo. En entender al personaje sin juzgarlo para poner al servicio toda la verdad y la organicidad que el alumno puede ofrecer desde su conocimiento, empatía y acercamiento al personaje y a la obra, para que el recorrido emocional sea lo más honesto posible, para que el intérprete sea antes de que actúe.

NATALIA: Nuestra metodología se basa en "ser antes que actuar", fundamentando la enseñanza/aprendizaje en las posibilidades del alumnado de discutir, emitir opiniones, estar presente en el establecimiento de las normas... acompañado en ese proceso de formación y crecimiento por el profesorado. Una enseñanza multidisciplinar,  que promueve la autogestión y una formación que no puede ir separada de la práctica.

Los pilares fundamentales son conducir, acompañar, transformar la caótica pasión del joven creador o creadora en acto creativo a través del autoconocimiento, desde el corazón, con ideología y pensamiento.

Natalia, usted es profesora de Interpretación para adultos. ¿Cómo debe ser o qué debe tener el actor del siglo XXI, del año 2021?

NATALIA: Pasión y conocimiento. Amor al arte, entendido como algo necesario. Sin el arte estamos condenados a una sociedad mediocre. El actor tiene que estar preparado para crear movimientos a través del pensamiento.

¿Esas cualidades se tienen o no se tienen o, por supuesto, se pueden aprender?

NATALIA: Uno tiene que ser lo mejor de lo que quiera ser, trabajar lo que le falta y apoyarse en lo que tiene que explorar y buscar. Siempre hay más. Es un camino sin fin.

Natalia, usted fue alumna de esta escuela, ¿por qué se decidió usted por ella? Igual su experiencia puede servir a aquellos que ahora busquen un centro…

NATALIA: Mis referentes eran actores que habían estudiado aquí. Su verdad, su pasión... Recuerdo con  claridad desear eso mismo para mí. 

Íñigo, lo suyo es la Voz y la técnica vocal. ¿Qué es lo más importante que debe saber un alumno sobre la voz, esa lección que usted se empeña en dejar clara desde el minuo uno?

ÍÑIGO: Sobre todo hago especial hincapié en el cuidado y la salud vocal. En general, la gente no es muy consciente ni conocedora de su aparato fonador y piensa que es indestructible puesto que una patología vocal no interfiere demasiado en el día a día, más allá de alguna pequeña molestia o turbulencia en el habla. Al alumno le ocurre igual, y suelen machacar mucho sus pliegues vocales sin ser consciente de que es su herramienta de trabajo y de que la tiene que cuidar. Me encuentro con muchas patologías en personas cada vez más jóvenes y eso me preocupa. Si un deportista se cuida y se preocupa por mantenerse en forma y en óptimas condiciones para desarrollar su actividad, un actor tiene también que cuidarse y mantener en forma su herramienta vocal.

Íñigo: ¿Puede ser que cuando uno llega a la escuela se piense más en otro tipo de enseñanza, quizás interpretación, que en la voz?

ÍÑIGO: Totalmente. Como he dicho en la pregunta anterior, no hay mucha conciencia de que la profilaxis y educación vocal son indispensables. Es un caballo de batalla con el que hay que luchar y a veces cuesta, pero poco a poco los alumnos van siendo conscientes de lo importante que es la voz y le van dando su sitio.

¿Somos, además, poco conscientes de la necesidad de cuidar este instrumento?

ÍÑIGO: Poco no, muy poco. Pero aquí estamos para que eso cambie. No me canso de repetirlo constantemente. La técnica del "pico y pala" funciona. (Risas)

¿Qué pasa cuando se tiene mucha vocación, se ponen muchas ganas, mucho esfuerzo y mucha ilusión, pero uno no sirve? ¿Eso pasa?

ÍÑIGO: Lamentablemente si ocurre en ocasiones, pero no es que no sirva y deba dejarlo, quizá simplemente hay que reconducir todas esas ganas.

En el mundo de la interpretación hay muchas más opciones que la de estar delante y sobre las tablas. También se necesitan directores, dramaturgos, escenógrafos, figurinistas, sastres, utileros, diseñadores de luz y sonido, técnicos, regidores... hay muchos y muy apasionantes puestos que también requieren de vocación, ganas y sobre todo de amor a la profesión. He tenido alumnos y conozco a muchos amigos que en un momento dado han reconducido su vida laboral y son unos excelentísimos profesionales del mundo teatral, que desarrollan un trabajo maravilloso. Sin ellos no seríamos nada.

NATALIA: Nosotros vamos más allá. Muchos buenos actores y actrices han descubierto por el camino la dramaturgia, la dirección... El trabajo te hace conocerte, conocer tus límites y cosas que ni imaginabas. Para ello, se necesita mucho trabajo y nunca sabes qué vas a encontrar.

¿Debería haber mucha más pedagogía teatral en las aulas convencionales?

ÍÑIGO: Rotundamente SÍ. El teatro es necesario. Te ayuda a sociabilizar, rompe barreras, acerca posturas, destruye complejos y prejuicios, muestra al ser humano en su esencia... El teatro es una necesidad social. El teatro es un bien de primera necesidad para que los niños y los chavales, que son el futuro, sean un poco más personas.

NATALIA: Sería maravilloso. Libre pensadores desde el colegio. Una utopía más que podemos cambiar.