Publicado el 30 de Marzo de 2021
Entrevista a Natalia Menéndez por Las dos en punto
Obra: Las dos en punto - Naves del Español
“Cuando reflexiono acerca de la tremenda expresión ‘daños colaterales’ me invade la pena y la impotencia”
Conocida y muy reconocida por sus trabajos como directora de escena, dramaturga, actriz y gestora cultural, la actual directora artística del Teatro Español ha realizado una treintena de direcciones en teatro, música, zarzuela y ópera de cámara, tanto en España como en América. Charlamos con esta gran señora de las tablas acerca de su último proyecto escénico para descubrir, cara a cara, la pasión que ha volcado en el mismo y conocer todas las claves de este emocionante estreno. Por ANA VILLA.
¿Qué nos trae “Las dos en punto”?
Una obra de la brillante gallega Esther Carrodeguas quien la define como “fantasía terrorífica, como una historia de violencia y de valentía, una historia sobre la locura necesaria para vivir en este mundo de locos”. Es su estreno en castellano. Nos vamos a encontrar con un montaje lleno de sensaciones, con una sombría manera de entender la ternura, el humor y el horror. Con una mezcla de estilos teatrales que adoro, como son el realismo poético, el minimalismo, el documento o el teatro del absurdo.
¿Qué le atrajo de esta singular historia para apasionarse en la labor de su dirección?
Cuando reflexiono acerca de la tremenda expresión ‘daños colaterales’ me invade la pena y la impotencia. La perversidad está servida. Se inventa esta expresión que parece técnicamente válida pero que, lo que dice, es que la guerra implica destrucción, incluso para las personas inocentes que nada tuvieron que ver en ella. Y, puesto que no había intención en matar o dañar a inocentes civiles, es como si no contasen. “Las dos en punto” refleja lo que llevo tiempo queriendo tratar.
¿Qué grandes temas y sentimientos pone esta pieza en la palestra?
Son muchos, pero destaco el espanto de la guerra y cuántos daños colaterales deja; el tema de la dignidad está latente, así como el de la esperanza. Sobrevuela la represiva educación patriarcal o el miedo a disfrutar. Y brindo con un tema crucial: las ganas de vivir.
¿Cómo son estas dos míticas ‘Marías de Santiago de Compostela’, que rasgos las definen?
Fueron grandes costureras, pero la guerra civil truncó sus carreras. Están llenas de miedos provocados por la educación recibida y por las vejaciones que sufrieron durante y después de la guerra. Caminan con un aire infantil, insolentes, orgullosas, estrafalarias, singulares. Siempre salen maquilladas en extremo y vestidas con mucho color, a las dos en punto, como acto de rebeldía, atrevimiento o, tal vez, para no ser olvidadas o borradas del mapa. Maruxa y Coralia Fandiño Ricart son diferentes entre sí, ansían cuestiones opuestas, convergen en el amor platónico. Se convierten en bufonas de una sociedad que se ríe de ellas y con ellas. Nos espanta la ferocidad con la que han sido tratadas.
Para usted, ¿Por qué Mona Martínez y Carmen Barrantes son las actrices adecuadas para los personajes que interpretan?
Porque son actrices que entienden y llevan a cabo diferentes estilos interpretativos, como el realismo poético, el absurdo o el minimalismo. Además, son cómicas, saben de tragedia y son generosas y misteriosas en el atrevimiento. Sugieren, me las creo.
Además del texto y las interpretaciones, ¿qué otros elementos escénicos y ambientales podría destacar de esta puesta en escena?
Los creadores escénicos de este montaje son talentosos, saben exprimir su arte en esta obra con sencillez, claridad, humor y poesía. Todos se unen y se ayudan: Elisa Sanz piensa en la luz de Juanjo Llorens, en el movimiento de Mónica Runde o en la videoescena de Álvaro Luna. Con ellos nos vamos a mover, nos van a transportar a interrogatorios y paseos detestables. Seguro que nos sacudirán y nos llenarán los ojos de risa y de pena. El vestuario junto con Ana Villa y sus sonidos y músicas nos trasladarán a los años 50’s y 80’s y apoyarán el humor y la tragedia.
En suma de todo, ¿por qué considera este estreno una gran elección para los amantes del buen teatro?
La obra es un descubrimiento. Si nos gusta conmovernos, reír y sorprendernos, nos dejará un poso y puede que nos permita adentrarnos en otros horizontes. Damos voz a esas mujeres que quisieron silenciar.