Revista teatros

Actor, director y actor de doblaje. Cine, cortos, TV y teatro. España, Francia, Inglaterra. Y grandes maestros y directores, Miguel Narros, George Tabori, Peter Stein, Gerardo Vera. Probablemente no haya nadie de este oficio en nuestro país, y hasta fuera de él, que no piense en Pedro Casablanc como uno de nuestros más grandes talentos. Cuando apenas termina “Decadencia” en La Abadía, llega al Español transformado en Don Ramón María del Valle-Inclán o en Ramón Gómez de la Serna, porque al final este espectáculo es un doble retrato, el del retratista y el retratado...  Por V. R.    

“Las comedias bárbaras”, “Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte”, “Tirano Banderas”... Incluso el corto “Sacrilegio”. ¿Qué tiene Valle para atraparle?

Su carácter de aventurero de la literatura. Con una autoexigencia y una integridad deslumbrantes. Coloca su arte por encima de su propia vida y eso, visto desde nuestra posición de artistas burgueses acomodados es admirable. Un orfebre de la palabra. Consigue que lo fantástico, lo social y lo popular se entronquen en un mismo halo poético.

¿Qué tiene que decirnos un autor como él a los espectadores de este 2023?

En alguna entrevista dijo Valle que si él supiera cómo se iba a escribir en el año 2000, ya lo estaría haciendo en su época. Era un adelantado, sin duda. No conozco a ningún autor que se le parezca o que lo haya superado. Cualquier cosa que se diga de él ya suena a manido, si no a tópico.

Hablamos de Valle, pero esto va de ‘Ramones’. ¿Qué es “Don Ramón María del Valle-Inclán” y a qué nos enfrenta?

Es una semblanza de don Ramón María, hecha por don Ramón Gómez. La biografía que escribe este es un clásico y, además, referente para todo aquel que haya disfrutado de la literatura de Valle-Inclán. A través del cristal mágico del monóculo de Gómez de la Serna, vamos a viajar por la época que le tocó vivir a Valle-Inclán, por su esfuerzo, su compromiso con el arte, sus aventuras ultramarinas. La música de la sonata de Beethoven o la de Granados que me acompañan parecen haber sido compuestas para ser el espíritu de esta narración.

¿Cómo es el Valle-Inclán que dibuja Gómez de la Serna?

Un artista profundamente comprometido con su arte y su época. Alguien que se lanza a intemperancias cuando se ve afectado por la injusticia. Un caballero de una integridad mitológica. Un desconocido genial. Todas estas circunstancias han creado un mito que se ha ido magnificando por el tiempo y por el desconocimiento. Es una tragedia bárbara que hoy no se lea a Valle-Inclán.

En las biografías de Gómez de la Serna hay mucho de sí mismo. ¿Cómo es él?

Un joven escritor compañero de correrías del maestro del que aprende mucho. Un ser barroco, ingenioso, original, divertido, sorprendente. Profundamente enamorado de su biografiado, al que admira con devoción. Es un personaje que se adhiere al hecho teatral como el guante a la mano convincente de que hace gala.

Xavier Albertí firma tanto la dramaturgia como la dirección de este espectáculo.

Es un maestro y un genio en la adecuación de la palabra a la música. No hace concesiones y está creando un espectáculo sobrio, pero lleno de gracia y duende. Lo nuestro ha sido amor a primera vista, un coup de foudre total. En nuestro primer encuentro en Barcelona ya percibí que nos íbamos a entender muy bien. Tenemos ambiciones y frustraciones parecidas.

Junto a usted en escena, Mario Molina...

Ha sido un descubrimiento y uno de los grandes privilegios de mi profesión. He conocido a un gran pianista que a la vez es un magnífico cómplice. Es mi compañero de escena, pues la música que brota de sus dedos es el alma del texto que yo interpreto.

Casi ha saltado de La Abadía con “Decadencia” al del Español. ¿Encadenar trabajos es el sueño de cualquier actor?

Es la necesidad, más que el sueño. Me considero tremendamente afortunado por esta circunstancia. Estoy en una edad y una apariencia física privilegiada también.

¿Soñó con tener una carrera así?

Siempre he sido un soñador, también de pesadillas, pero afortunadamente he visto cumplidos bastantes de los sueños que tenía aquel joven algo desnortado que llegó a hacer Ciutti del Tenorio en el reaparecido Teatro Albéniz.

¿Qué le diría hoy a aquel chico?

Que todo lo debía haber hecho antes. Que la vida pasa como un soplo y las oportunidades no se prodigan. Consejos de abuelete a los que no soy muy dado.

¿Algún otro proyecto?

Aparte de mi debut como director de cine con el cortometraje “Sacrilegio” que se proyectará en Festival de Málaga, espero con ilusión el estreno de la serie “Los Farad” y el corto de Pedro Almodóvar “Extraña forma de vida” donde comparto una breve escena con Ethan Hawke.

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