Revista teatros

“Podemos asegurar la supervivencia de la especie humana y del planeta que habitamos o podemos autodestruirnos”. Son las palabras de este ingenioso hombre de teatro nacido en Denver, el creador de este fascinante poema visual dotado de humor y estremecimiento que nos quiere llevar a la reflexión de la gran pregunta actual: ¿qué mundo estamos dejando a nuestros hijos? Apostando más que nunca por la vanguardia escénica, Teatro de La Abadía celebra su 25º aniversario con esta impactante propuesta que reúne toda la sugerente plástica y emoción que tanto caracteriza a su autor. Por ANA VILLA

• ¿Qué es “Antropoceno”?

Es la Edad de los Humanos, una pro-puesta que hizo un grupo de unos 30 científicos hace un par de años para nombrar un cambio de era que, consideran, estamos viviendo en la Tierra. Hasta ahora, se decía que estábamos en el Holoceno, pero la incidencia del hombre ha provocado una catástrofe climática muy presente en nuestro día a día con noticias vinculadas a Greta Thunberg o los incendios de Australia. Y esta cri-sis tiene consecuencias en las leyes que ri-gen la naturaleza, algunas de las cuales ignoramos por ahora.

• ¿Qué traslada la obra?

Se exhiben ciertos miedos que tenemos ante esa incertidumbre pero, también, se proyectan visiones de futuro y mezclamos imágenes absurdas, bellas y cómicas. No queremos ser apocalípticos ni hacer pornografía de la desgracia. La obra tiene una importante vocación poética, lúdica y estética: queremos que suponga un disfrute. Marshall McLuhan explicó que, gracias al lanzamiento del Sputnik, tenemos la posibili-dad de observarnos desde fuera. Y nosotros queremos asumir esa subjetividad desapasionada para apreciar una obra de arte naci-da de una realidad. Además, la obra apela a la ética de todos para adoptar una actitud que mejore el medio ambiente.

• ¿A qué preguntas nos enfrenta?

La pregunta fundamental tiene que ver con el futuro, con qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos. Son interrogantes vinculados al clima pero, también, a la tecnología. Y para comunicar todos estos enigmas, mezclamos lenguajes escénicos, añadiendo a los más puramente teatrales el vídeo o la danza, partiendo de una escenografía minimalista que recrea la Tierra como obra de arte.

• ¿Cómo surge esta idea de creación y cuáles han sido sus fuentes?

Surge a raíz de la teoría del Antropoceno que se enunció por primera vez en Berlín, hace unos años, y bebe de ella y del Domo o elemento geológico que hemos recreado en el teatro, así como de Greta Thunberg, Juana de Arco, los coros griegos, los avances tecnológicos que se han ido produciendo en las pantallas que manejamos… Son fuentes que se muestran de forma muy explícita en la obra porque su protagonista tiene que dar una conferencia sobre el Antropoceno.

• ¿Qué relevancia tienen las imágenes en este espectáculo?

Es un espectáculo muy visual. Estamos reduciendo el texto a la mínima expresión. Queremos que la propia imagen sea men-saje. Por encima de todo, queremos inspirar, trasladar la necesidad de reflexionar sobre la situación de la Tierra y su evolución. Quere-mos construir un mecanismo teatral gracias al cual los temas medioambientales se abor-den de otra manera.

• ¿Cómo son los personajes que veremos en escena?

Son simbólicos. Están Ana –la protagonista–, su madre, un taxista poeta que lanza sus ideas por la noche en una radio ana-lógica, una niña que representa el futuro, Robert Oppenheimer, –el padre de la bomba atómica– y Silvi, una voz de inteli-gencia artificial.

• ¿Qué está significando Greta Thun-berg para el mundo en este momento?

Es Casandra –estableciendo un paralelismo con la mitología griega–, porque predice cosas. Aparece al inicio de la obra.

• ¿Estamos a tiempo de salvar el planeta? ¿Cómo?

Esa es la pregunta que nos hacemos aquí. No sabemos si ocurrirá un apocalipsis total, pero sí es evidente que estamos sufriendo las graves consecuencias de nuestro maltrato al planeta y que son necesarios cambios radicales, por ejemplo en relación con al uso del petróleo, que deberían llevar a cabo líderes y corporaciones que no parecen tener ningu-na intención de hacerlos.

• Sus espectáculos se caracterizan por el humor. ¿Cómo lo veremos reflejado en este montaje?

Queremos aportar perspectiva, una obser-vación de nuestro planeta a partir de la ironía y el humor absurdo, que seguramente nos permita cristalizar de manera más obvia la gravedad de la situación que vivimos. Queremos aportar un análisis más filosófico y menos sensacionalista.