Revista teatros

¿Cómo se viven los días previos a la inauguración de un festival?

Con emoción y responsabilidad, este año más que nunca en ambos sentidos porque sabemos que estuvo a punto de no ser posible y porque sabemos que el reencuentro va a ser muy conmovedor y emocionante.

Es director de esta cita desde 2018, imagino que esta edición ha sido la más difícil. ¿Qué ha sido lo más complicado?

La verdad es que hemos vivido momentos muy trágicos en el país durante estas semanas, y en los días y semanas de tantos fallecidos por COVID y el sistema desbordado era muy difícil pensar en los teatros y los festivales. Casi podía parecer una frivolidad en ese momento, y durante el mes de abril sobre todo e inicios de mayo vimos casi imposible la celebración del Festival de Almagro.

Lo más difícil ha sido aguantar con convicción y nunca pensar en arrojar la toalla; el equipo del Festival ha trabajado de manera incansable en toda la crisis, adaptando el formato a las circunstancias y a las medidas sanitarias, y siempre preparados para ir adelante si se conseguía celebrar. Esa convicción y tesón del equipo unido al apoyo inquebrantable de todo el Patronato y la ilusión de artistas y espectadores que siempre nos alentaron es lo que ha salvado esta edición del Festival de Almagro. 

Una vez sacado adelante, ¿cómo ha afectado a esta cita la crisis del COVID-19?

Mucho, nos ha obligado a renunciar a la programación internacional, al AlmagrOff, a varios espacios, a muchas compañías: hemos reducido aforos y duración del Festival, y en lo que se mantiene habrá estrictas medidas sanitarias porque nada de lo que hacemos puede ser ajeno a lo que vivimos y a todas las precauciones que debemos tomar para garantizar a público, artistas y trabajadores un entorno seguro.

Antes de hablar de teatro, que es lo que nos gusta, vamos a algo más prosaico, pero que puede preocupar a los espectadores. ¿Qué protocolos, qué medidas sanitarias excepcionales se están llevando a cabo para garantizar la seguridad del público?

Estamos esperando que las autoridades sanitarias confirmen los protocolos que se acordaron en el Patronato y que incluyen distancias de seguridad en accesos y salidas de los teatros, usos de mascarillas y geles, desinfección de los espacios y los materiales escénicos, revisión de los contenidos artísticos para hacerlos más seguros, reducción de aforos, etc.

Cuéntenos, ¿cómo ha encarado esta 43ª edición? ¿Qué la caracteriza, cuáles son los cimientos en los que se asienta, los objetivos?

Escuchar más que nunca a los clásicos en una versión muy patrimonial y muy enfocada a lo que los artistas nacionales, los mejores, hacen hoy en día y con lenguaje contemporáneo sobre esos textos e ideas clásicas. Tenemos grandes nombres y compañías, mucha variedad de visiones, de géneros, de territorios, de estéticas. Almagro va a ser más que nunca la Reserva Natural del Siglo de Oro.

Aunque sería muy largo hablar detenidamente de cada una de las propuestas del festival, denos unas pinceladas de esa muestra gourmet que han preparado…

El brujo, Adriana Ozores, Lluis Homar, Alberto San Juan, Roberto Álamo son algunos de los grandes nombres junto a espléndidas compañías que llegan este año de 7 comunidades autónomas, con especial atención a la Comunitat Valenciana que este año es la invitada de honor y nos mostrará lo mejor de su patrimonio y su talento.

Además, no podía faltar a esta cita una compañía imprescindible: la CNTC. ¿Qué supone para el festival contar con ella cada año y qué vamos a ver con su sello? 

La CNTC es el eje del Festival y estrena dos propuestas, una sobre Lope de Vega titulada En otro reino extraño, y otra sobre San Juan de la Cruz. La mística y la poesía estarán en estas dos magníficas propuestas que se verán por primera vez en Almagro con una muestra de otros repertorios menos transitados del Siglo de Oro. Además, sus coproducciones de Tirant y de Andanzas y entremeses de Juan Rana demuestran que la CNTC promueve otros estilos, géneros y repertorios en otros territorios también, desde el género épico o caballeresco a la parodia y el homenaje sobre los grandes comediantes del Siglo de Oro.

¿Qué balance hace Ignacio García de estos años que lleva como director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro? ¿Qué se ha logrado y qué objetivos tienen para el futuro?

Dirigir el Festival de Almagro es un honor y una experiencia formidable porque es el mejor lugar del mundo para representar y mantener vivos y latentes a nuestros clásicos hispánicos. Creo que estamos haciendo un intenso trabajo para afianzar Almagro como Reserva Natural del Siglo de Oro, con una visión cada vez más amplia de autores y autoras, de géneros, de territorios, de estilos, de artistas, sin que nadie se quede fuera.

Creo que ese es el mayor logro, que no es nuestra visión del Siglo de Oro, sino un proyecto que se basa en abrir puertas y ventanas para que lo que es el Siglo de Oro lo definamos entre muchos con sensibilidades de otros países, de América Latina, de otras regiones de España, con otras lenguas, con las mujeres, con los autores olvidados, con los textos que no se veían hace tiempo… Y ese es nuestro objetivo para el futuro, seguir ampliando la mirada y ser cada vez más inclusivos y ricos en miradas.

Segunda quincena de julio. Planificamos nuestras vacaciones y decidimos pasar por Almagro. Háganos un plan perfecto para pasar un par de días. Compramos entradas para algún espectáculo ¿y qué más? 

Todo en Almagro es una experiencia inigualable: pasear por sus calles, comprar en sus tiendas, los encajes, los productos locales (berenjenas, queso, vino, aceite…), los restaurantes, el patrimonio histórico, los hoteles y casas rurales únicas, las gentes de la ciudad y su carácter amable y acogedor, las notes infinitas y su brisa, su cielo… El teatro lo impregna todo pero todo también ayuda mucho a la experiencia teatral.

Y la última. Es 27 de julio. Ayer se clausuró el festival de este raro 2020. Ignacio García se sentiría feliz y satisfecho si… 

Si hemos hablado de teatro durante dos semanas, aliviado los males de este tiempo, reído y llorado juntos, si nos hemos cuidado cumpliendo las medidas sanitarias y dando un ejemplo de civismo para que no haya riesgos ni peligros, si Almagro ha vuelto a ser centro del mundo teatral y hemos oído y comprendido a Sor Juana y a Cervantes, a Calderón y a María de Zayas…. Satisfechos sobre todo si conseguimos hacer verdad el lema de esta última autora y hemos conseguido que el público que viene a Almagro a disfrutar del teatro y la poesía, de La Mancha y sus placeres, regresa a sus casas y a sus vidas llevando de mil gustos de amor el alma llena.