Publicado el 30 de Septiembre de 2016
Julia Gutiérrez Caba
Obra: Cartas de amor
He recibido muchas cartas de amor, ¡y todavía me gustaría que me escribieran más!
¿Qué es “Cartas de amor”?
Son las cartas de amor que se han escrito una pareja desde pequeños hasta que son mayores. En el transcurso de esas cartas conocemos su amor, su relación y los hechos que les suceden durante toda su vida. ¡Si cuento más lo cuento todo y no vale! (risas).
Hábleme de su personaje: cómo es, lo mejor y lo peor de él, etc
Es una mujer tierna a ratos, otras veces dura… hace lo que quiere en la vida, pero no siempre acierta, como suele pasar. Lo mejor de ella es su sinceridad ante las cosas y que es una buena persona. Lo peor: que tiene mucho dinero.
Aparte de amor, ¿qué otros sentimientos destila esta función teatral?
El amor tiene muchas facetas, pero también está la del compañerismo, los fracasos de la vida, cuando acertamos y no, cuando las cosas parece que van a ir por un camino y se deslizan por otro, nuestras propias equivocaciones.
Trabajar mano a mano con su compañero/a de escenario está siendo…
¡Muy bien! Es adorable, muy agradable y muy estimulante para mí. Le conozco desde hace mucho tiempo, pero no había trabajado nuca con él. Para mí es muy gratificante, porque es un compañero estupendo y un actor fenomenal. ¡Compartir esto con él me alegra y me divierte!
Inmersos actualmente en la era de la comunicación instantánea, del whats app y del twitter, ¿qué le aporta al espectador joven esta relación epistolar tan especial?
La relación comienza cuando todavía se escribía en carta, además, el personaje que hace Miguel defiende el placer que le supone escribir con una pluma, así como a ella no le gusta. ¡A mí todavía me gustaría que me escribieran más! Sigue siendo hermoso.
¿Han formado las cartas de amor parte de su vida?
¡Claro que sí! Las han formado. ¡A estas alturas de mi vida ya no…! (risas) Pero lo que sí es verdad es que he recibido muchas cartas de amor, cartas largas en las que estaba separada de mi marido por situaciones de trabajo y recibir sus cartas era maravilloso para mí. Estaba fuera de España además, en un momento en el que hablarse por teléfono tampoco era tan fácil como ahora, no existían los móviles. Los que ya somos mayores sabemos de la importancia de la comunicación. Tanto recibir como escribir esas cartas era todo un consuelo. Eso sí, no las conservo, he roto la mayoría. Tengo algunas notas, pero hay cosas personales que me parece que llega un momento que tienen que desaparecer. Si desaparece lo más esencial… el resto deja de tener importancia.
Aparte de esta función, ¿vamos a poder verle en algún otro proyecto a partir de octubre?
Yo ya no puedo ni quiero permitir que el teatro me suponga un agobio, un contratiempo en mi vida. Siempre he vivido por y para el teatro y sé que requiere mucha atención, mucho sacrifico. Y ahora, a estas alturas de mi vida, hay que moderar eso y vivir otras cosas también, no solo el trabajo. Ya hace tiempo que no trabajo con la misma intensidad porque ya no me apetece ni aguanto horas de ensayo largas, por eso hago menos cosas, por la incomodidad que supondría para mí. Pero todavía me aporta mucha alegría, así que ¡sí! Aquí estoy, hasta que pueda estar.
