Publicado el 01 de Diciembre de 2014
Lara Grube
Obra: Ricardo III
Como actriz, he cumplido todos los sueños que tenía. ¡A partir de ahora todo son sorpresas!
Dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, pero en el caso de la soberbia interpretación de Juan Diego, encontramos cuatro grandes nombres propios de la escena con signo femenino. Porque hablar de Terele, Asunción, Ana y Lara es hablar de fuerza, carisma, elegancia y talento. Un póquer de ases a la altura de este clásico actualizado por la ingeniosa pluma de José Sanchis Sinisterra y dirigido por Carlos Martín que recoge su segundo y último mes de ovaciones en las tablas del teatro Español.
¿Qué novedades aporta esta versión de “Ricardo III”?
Dejar ver los porqués de la barbarie de Ricardo, de dónde puede venir y, en mi opinión, viene de una infancia muy torcida, muy oscura.
Hábleme de su personaje…
Lady Ana está casada con Eduardo, príncipe de Gales, que es el hijo de Margarita, y Ricardo mata primero a su marido y luego a su suegro. De alguna manera, ella se queda sin lugar. Entonces tiene un giro muy increíble y muy interesante: en la escena en la que ella se encuentra con Ricardo, comienza maldiciéndole y acaba aceptándole, de alguna manera, en matrimonio. Es difícil de comprender, pero creo que encuentra en Ricardo un ala bajo el que esconderse.
Las mujeres en esta versión están interpretadas por grandes actrices. ¿Cómo definiría a cada una de sus tres compañeras en lo personal?
Para Terele, hablaría de una fuerza volcánica. ¡Asunción es la dulzura y la alegría personificada en una mujer! Y Ana es mujer cercana, alegre, más contenida quizás, pero muy bonita y muy amable.
¿Qué le está aportando trabajar al lado del gran Juan Diego?
La posibilidad de que cada día sea un viaje diferente, porque él como actor es tan vivo… que cada función es diferente.
Siendo tan joven, ¿qué sueños se le han cumplido como actriz?
Trabajar con los directores con los que siempre había fantaseado trabajar. A pesar de ser tan joven, como actriz, podría decir que ya he cumplido todos los sueños que tenía y que, a partir de ahora, todo son sorpresas. ¡Lo digo de corazón! (risas).