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Malena Alterio

Publicado el 30 de Agosto de 2017

Malena Alterio

Obra: Los universos paralelos

 Es una historia bella que habla del duelo y de cómo cada uno lo vive como puede

 

Estrenaron este bello texto en marzo en Avilés y ya han girado por algunas ciudades. ¿Cómo ha ido, cómo ha reaccionado el público y qué esperan de Madrid?

Ha ido muy bien. La verdad es que fue muy emocionante el día del estreno compartir con el público y contrastar lo que realmente sentimos cuando la ensayábamos y cuando la leímos y comprobar que lo que nosotros sentimos es lo que transmitimos porque así nos lo hizo sentir el público a la salida porque es una obra muy emocionante. Ha ido muy bien y esperamos que siga yendo bien (risas), que todo aquello que sembramos y que encontramos en los ensayos y en las primeras funciones se repita y que crezca y que seamos transmisores de lo que el texto tiene.


 

¿Qué es “Los universos paralelos”, qué nos dirían de esta obra?

Es una historia bella, es una historia que nos enseña, es una historia que habla del duelo, en este caso concreto de la pérdida de un niño, pero que yo creo que es extrapolable a cualquier pérdida y habla de cómo cada uno hace lo que puede y cómo cada uno lo vive como puede, pero que al final, siendo una historia muy dura, es una historia muy luminosa que tiene un mensaje muy positivo y eso lo hace bello. No ahonda en el dolor y no mete el dedo en la llaga, sino que simplemente lo muestra y eso es muy bonito.


 

¿Es una obra incómoda al tratar de un tema tan duro?

Es una obra incómoda, obviamente, pero la incomodidad forma parte de la vida, la muerte forma parte de la vida y todo eso creo que es importante mostrarlo y saber que está y verlo, pero yo cuando voy al teatro me gusta que me hagan sentir incómoda, que me hagan reír, que me hagan pensar, que me hagan llorar, que me hagan sentir en definitiva y la incomodidad está ahí. Pero, vamos, no es que sea una obra incómoda que no te puedes mover de la silla, pero es un tema duro.


 

Malena Alterio –Premios Unión de Actores por “Aquí no hay quien viva”, “Tío Vania” y “Los hijos se han dormido”, entre otros– es la madre de esta historia. Háblenos de su personaje.

Es verdad, cuando empezamos a ensayar es cierto que no hay nombre para esto, el huérfano es el que no tiene padres, el viudo es el que no tiene mujer…, pero para describir esa pérdida de un hijo… es tan tremendo que ni siquiera hay un nombre que lo defina.

Mi personaje es la madre de esta historia. Ella hace lo que puede. Lo bonito de esta historia es que cada uno de los personajes hace lo que puede y es una madre que quiere vivir su dolor, quiere que la dejen en paz, quiere seguir caminando y tratar de pasar página y eso es lo que la hace también muy conmovedora. En realidad todos los personajes conmueven mucho porque uno intenta aferrarse a los recuerdos, el otro no quiere mirar los recuerdos y entre eso también hay una separación dentro de la pareja, porque eso es muy común. Es una mujer que trata de sobrevivir dentro de su dolor y trata de seguir caminando, trata de levantarse y trata de que la vida continúe aunque sabe que nunca será como era.


Una frase de su personaje… (la más conmovedora, la que más le guste, la que más lo defina…)

“Mi dolor es tan profundo, tan real y tan horrible como el tuyo y tú no estás en un lugar mejor que el mío, estás en un lugar diferente”.


Imagino que preparando esta obra se les habrá pasado por la cabeza cómo reaccionarían ustedes, si serían capaces de reconducir su vida. ¿Llegaron a alguna conclusión? // Cuando han tenido que hacerlo, ¿cómo han reaccionado ante la muerte de un ser querido? ¿Qué particular reflexión saca usted de este texto, con qué mensaje se queda?

Que la vida es hermosa, que la vida está llena de cosas que nos pasan. Es importante no lo que nos pasa, sino cómo afrontamos lo que nos pasa, o sea, cómo vivimos, cómo superamos esos duelos y es una función sanadora porque sí, porque los personajes siguen caminando y es que la vida continúa después de una muerte y hay que seguir y todo eso pasa por tu cuerpo, pasa por tu corazón, pasa por tu alma y continúas caminando, no quiere decir que se olvide, sino que continúas con ello porque la vida sigue y hay que vivirla.


He leído que un psicólogo especialista en apoyo a familias traumatizadas después de ver la obra les dijo que podría ser incluida en sus terapias. ¿Eso vuelve a demostrar el valor, a veces, terapéutico del teatro? Imagino que también les aporta un plus de satisfacción…

El teatro es sanador. De esto no me cabe la mejor duda, siempre lo he pensado. Este montaje lo confirma, pero siempre he pensado que el teatro tiene algo que nos muestra, que nos enseña, que es como un espejo en donde uno se ve reflejado y que nos enseña cómo somos, nos explica de alguna forma. Uno piensa que es único y que lo que le pasa a uno no le pasa a nadie más, pero luego ves obras de teatro y dices no… Me acuerdo en Málaga que hubo una asociación de mujeres viudas, mujeres que habían perdido hijos y estaban en  una terapia colectiva y ese grupo vino a vernos y decían “yo me identifico con el marido”, “no, yo con la mujer”… y como que se veían reflejados y eso alivia mucho porque dices no soy el único en el mundo que siente este dolor tan profundo o que ha pasado por esto. Y lo bonito es que al final es cierto que la función termina con mucha luz y eso alivia a la gente que ha pasado por ahí. En realidad todos hemos pasado por eso, si no es una muerte es una pérdida, es un duelo, es una separación y yo creo que esta obra sí que lo muestra y nos ayuda. O por lo menos a mí me ha ayudado, no sé si la gente cuando venga sentirá lo mismo.


Tiene que ser tremendo el momento ese en que alguien va y os dice algo así como “gracias a lo que me habéis dado me ha ayudado un poco”

Es maravilloso. Yo abrazaba a esas señoras y llorábamos juntas porque es muy bonito que tu trabajo no solamente sirva para entretener, que también está bien, entretener. Hay como un abanico muy amplio de posibilidades dentro de nuestro trabajo, entretener, hacer reír, hacer olvidar y otra es hacer ver, hacer entender y explicarnos y cuando todo eso sucede y somos realmente transmisores ese es el mejor de los premios.


¿Por qué no debemos perdernos esta obra?

Porque yo creo que Los universos paralelos es un texto increíble, es un texto luminoso, mis compañeros son fantásticos y se pasará un rato compartiendo el duelo de una familia, pero también sus alegrías y la vida cotidiana. No es solamente un drama, es la vida, cómo esta familia se sostiene entre lágrimas y risas. 

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