Revista teatros

Las mujeres en el teatro están, siempre han estado y siempre han sido el 50% o más de la profesión, pero es cierto el tema de la visibilidad. Nuestras carreras son más precarias y me sale decir como el Guadiana, es decir, que aparecen y desaparecen porque tenemos menos soporte, menos reconocimiento y también nosotras mismas tenemos que enfrentarnos a nuestros propios enemigos interiores. Vivimos en una cultura que está muy marcada por referentes negativos para nosotras. Entonces nosotras a la hora de desarrollar una carrera, cada vez que nos sentamos en una reunión, cada vez que luchamos por un proyecto, cada vez que nos enfrentamos a una crítica tenemos que hacer el doble de trabajo porque estamos negociando con referentes que nos pesan mucho. También les pasa a nuestros compañeros hombres. A todos nos pesan por mucho esfuerzo que hagamos en nuestro día a día de ser igualitarios, enseguida sentimos una inseguridad muy fuerte nosotras o ellos enseguida sienten esa incomodidad.

Esas mil obras que recoge el Centro de Documentación teatral… Estoy segura de que se han estrenado muchísimas obras que no se han inscrito en el CDT, dirigidas por mujeres o escritas por mujeres porque para inscribirte en el CDT tienes que formar ya parte de una dinámica o tener un equipo o unos medios que reparen ese tipo de cosas. Yo creo que una cosa es lo que se hace y otra cosa lo que se registra, lo que continúa y lo que obtiene visibilidad.

Estamo viviendo un momento muy bueno y muy bonito para reconocernos unas a otras y unos a otras, que estamos hablando, estamos cogiendo más fuerza, obteniendo mayor confianza, consiguiendo continuar en nuestras labores y esto nos va a permitir a la vez confiar cada vez en nosotras mismas y desarrollarnos más y a la vez tener más visibilidad y obtener esa presencia en circuitos visibles que ahora es subterránea.