Revista teatros

Estrenan en Avilés el año pasado, entran en septiembre en Madrid, gira y de vuelta a Madrid. ¿Qué tal? ¿Cómo afrontan esta segunda vez?

Con mucha satisfacción, ha sido una gira brutal en la que hemos estado llenos en todos los teatros en los que hemos estado, que eso es muy difícil y no nos había pasado a ninguno de los que estamos nunca y con muchas ganas de volver a Madrid y de poder seguir con la función. Es muy curioso que la gente que la ha visto una vez dice: ‘ay, perfecto que volváis porque es una función para ver dos veces’.

En la obra la psicóloga ha dejado preparados ocho sobres con una nota e instrucciones. Hasta que cada tema no se zanje, no se puede pasar al siguiente. ¿A qué nos enfrenta todo esto, de qué nos hablan las tarjetas y, por ende, la obra?

Nos hablan de las relaciones de pareja, de la falta de lealtad, de la falta de compromiso, la manera de enfocar las relaciones, de las soledades dentro de esas relaciones también. Habla de muchas cosas, de las relaciones humanas realmente.

Háblenos de su personaje y de su relación de pareja.

Laura es una mujer complicadita, muy estricta, abogada, tiene las ideas muy claras de cómo tiene que hacer todo, pero yo creo que se le ha ido de las manos el matrimonio. Veinte años de matrimonio en el que hay muchas cosas que no funcionan y una de ellas es la comunicación entre los dos, además de otras muchísimas cosas.

Para usted, ¿cuáles son los pilares sobre los que se tiene que asentar una relación?

La lealtad absolutamente. También el compromiso, el sentido del humor y tener un proyecto de vida en común. Muchas veces con las parejas creas un proyecto en un momento determinado y a lo largo del tiempo se van distanciando. Cada uno emprenden caminos diferentes y, aunque en principio había un proyecto en común de los dos, acaban cada uno por su lado. Para mí es importante tener un proyecto de vida en común.

La obra lleva firma argentina. Allí lo de la psicología es casi patrimonio nacional. ¿Aquí cada vez más o nos seguimos resistiendo? ¿Alguna vez ha ido usted a terapia?

Yo he estado mucho tiempo yendo a psicoanálisis y a mí me ha ido genial. He aprendido muchísimo a conocerme, a ver cómo poder solucionar problemas que podía ir teniendo y de cómo encarar la vida con el máximo placer sobre todo.

Además de firma argentina, el director es Daniel Veronese. ¿Cómo es trabajar con él? ¿Qué les ha pedido?

Ha sido una maravilla trabajar con él. Ha sido muy placentero y, sobre todo, un camino en el que se iban forjando los personajes y la función sin que él casi nos dirigiera. Tú crees que no te está dirigiendo, pero luego te das cuenta de que hay un trabajo de él brutal en el que los actores confiamos plenamente en él y nos hemos dejado llevar y lo que ha conseguido yo creo que es un engranaje perfecto de seis actores trabajando en función de una obra.

Después de tanto tiempo de gira y de éxito, ¿cuál es esa  anécdota o  comentario que recordará siempre?

Encima del escenario la unión que hay entre los seis, porque es una función que es una máquina, no puede haber nada que caiga, que no se sostenga. Tenemos que estar los seis muy conectados. Y fuera del escenario las comilonas que nos estamos pegando allá donde vamos (risas).

¿Por qué tenemos que ir a ver “Bajo terapia”?

Porque os va a sorprender, a apasionar, os va a meter en una terapia de grupo como si estuvierais dentro de la terapia y luego porque yo creo que es una función que no te deja para nada indiferente, sino que es una comedia en la que te ríes mucho, pero luego hay un poso debajo muy amargo y muy reflexivo.

Al margen de este trabajo, ¿qué otras cosas tiene entre manos Carmen Ruiz?

Estamos de gira también con otra función que se llama “Los hilos de Vulcano”, también con mi marido Fele Martínez, que nos hemos casado ya de por vida (risas). Pero como entramos en septiembre en Madrid lo dejamos… Y con eso…a