Revista teatros

 “Un viaje por situaciones preciosas y particu-lares en las que uno puede sentirse reconocido y ser parte de una ceremonia de amor a la vida, concebida con muchísimo humor y una singular entrega”. Así define Claudio Tolcachir, el multipremiado director de la obra, esta emocionante propuesta teatral en la que su autora y protagonista comparte, a corazón abierto, sus experiencias vitales más sinceras. El telón de los teatros del Canal se abre para recibir a Mercedes Morán, la actriz argentina catalogada como una de las intérpretes más prestigiosas de su generación.

¿Qué es “¡Ay, amor divino!” y qué vamos a encontrar en esta función?

Es un unipersonal que escribí, donde evoco momentos de mi vida. Desde la infancia, hasta hoy. Es un viaje emocional donde reviso muchos de los vínculos que me marcaron. Es también un detonante para que el espectador haga su propio viaje, despierte recuerdos olvidados y se reencuentre con sus afectos.

¿De dónde nace la idea de este texto?

Este texto lo concebí con el propósito de armar un espectáculo pequeño y transportable, compaginable con mi trabajo en cine, yo sola y con una programación de fechas que pudieran acomodarse a mis rodajes. Pero terminó convirtiéndose en algo mucho más grande de lo que imaginé...

¿Quién y cómo es el personaje femenino que protagoniza la pieza?

Aquí no hay personaje. Soy yo misma, sin máscara, sin cuarta pared. Soy yo estableciendo un vínculo con el público desde un lugar amistoso y honesto.

¿A quién o a qué tipo de ‘amor divino’ se refiere el título?

El título expresa el amor como energía que te rescata, te hunde, te hace reír y llorar... por eso es divino. Pero uno de los amores que me atravesaron de pequeña es el amor a Dios y es en clave de humor como yo evoco esa ‘relación divina’.

Para usted, uno de los pasajes más llamativos, intensos o bellos de la obra se produce cuando…

Evoco la muerte de mi padre. Es muy intenso y sanador para mí. Esa paradoja que tiene el teatro de ayudarte a reír de lo que en su momento te hizo sufrir y, a la inversa, poder evocar momentos que fueron muy tristes y proveerte de un encuentro reparador. ¡El teatro y su magia...!

¿Y una de las frases de su texto que más placer le produce pronunciar en escena?

“El placer de dormir desnuda sin miedo a que el diablo me rasguñe la espalda”. También: “Mi papá era un gran nadador. Un día, poniendo en riesgo su propia vida, se zambulló en el remolino del dique que se estaba tragando a un hombre...”.

¿Por qué motivos ningún madrileño debería perderse “¡Ay, amor divino!”?

(Risas) ¡Porque me harían muy feliz! Y yo les prometo un lindo viaje.

Usted es una actriz tremendamente aplaudida en su país. ¿Qué actriz o actrices españolas gozan de su respeto y admiración?

Ángela Molina, Julieta Serrano, Carmen Maura, Marta Etura, Ana Fernández, Inma Cuesta... ¡¡muchas!!