Publicado el 31 de Octubre de 2014
Miguel Ángel Solá
Obra: Testosterona
Esta obra es un espejo, una especie de truco o trato con lo que queda por vivir
Inolvidable en “Hoy: el diario de Adán y Eva” –que le valió el Max en 2003–, entrañable en “Por el placer de volver a verla”, grande, muy grande en “El veneno del teatro”. Actor, autor, director y productor, Miguel Ángel Solá ha sido capaz de dejar su sello, su genio, en cuantos trabajos ha realizado. Cine, TV y teatro. Sobre todo teatro. Él, que ha puesto sobre las tablas escenas y personajes maravillosos e irrepetibles se la juega ahora a doble o nada junto a Paula Cancio con este drama de la periodista mexicana Sabina Berman.
¿Qué es “Testosterona”, cómo definiría esta obra?
Un mano a mano entre un hombre desesperado y una mujer que no quiere que la desesperen. Un mano a mano de dos seres que se han amado pero que jamás han hecho movimiento alguno para “amarse”. Un largo día con su noche en la que hombre y mujer deben decidir un futuro a costa del otro. Una obra llena de teatro del que sólo puedes decir: ¡qué buena!, porque lo es.
¿Recuerda qué pensó cuando llegó a sus manos?
La leyó Paula y me dijo: -Tiene mucha “chicha”, léela, Miguel. Lo hice e inmediatamente nos pusimos a ensayarla con Fernando, que nos iba a dirigir en otra pieza en realidad.
Dicen que es un texto muy inteligente y con mucha carga de profundidad. ¿Qué se esconde más allá de la historia de Sabina Berman, que temas subyacen o sobrevuelan el texto?
Los que dicen, dicen bien. Saben lo que dicen. La señora Berman (periodista, novelista, ensayista y autora teatral mexicana) pone toda la carne en el asador ante una situación extrema: ser o no ser. Todo subyace y termina viéndose: el poder (¿cómo se impone en una eterna cadena que no admite fallas?, ¿para qué?, ¿vale todo?...); el amor; las sucesivas traiciones; el dolor; la alegría de estar vivos; la despedida que lleva al verdadero encuentro… El sexo, los sexos, las variantes posibles del sexo ante los inquisidores, según conveniencia… Hay mucho en Testosterona para que el público quiera ver y oír esta obra, que seguirá luego dando vueltas en la cabeza de los que la gozan desde la butaca y de los que la vivimos desde el escenario.
Antonio, director de un periódico de gran influencia, tiene que decidir con premura cuál de sus dos subdirectores le sustituirá. Háblenos de su personaje, ¿quién es, cómo es Antonio?
Un hombre del mundo de los altos cargos, que un día de “ésos”, cambió su carga de sueños por el pragmatismo del Grupo Editorial del periódico que dirige, aunque en su “haber” cuente el que ha luchado a brazo partido para que el contenido del mismo no traicione su íntimo “deber” de ex corresponsal de guerra con la verdad.
¿Qué relación une a Antonio y Miky y qué representan cada uno?
Un amor humano jamás llevado a toda su complejidad.
Una tormenta de nieve aísla al director y a la candidata. ¿Qué cambia esa noche?
Todo en ambos. Alguien sabe algo, alguien ignora eso que sabe el otro. Se irán sucediendo ante el espectador las vueltas de tuerca que llevan a una decisión final. Y cuando el espectador piensa que ya está, que ya entendió y supo todo, sucede la verdad.
La elección de Miky parece inevitable pero, dicen, le falta testosterona. ¿Para que una mujer llegue a directora de su empresa se espera de ella que se comporte como un hombre? Supongo que cuestionarse este tipo de cosas aún no superadas es lo que hace tan actual este texto, ¿no?
Desgraciadamente el tic del macho lo padecen demasiadas mujeres (ver los informativos y su huella); en cuanto alguna quiere contar la historia desde otro punto de vista, las primeras en echárseles encima son las de la “primera plana”, dignas lebreles de sus amos cuando la liebre empieza a creer en la libertad de su carrera.
¿A priori, puede parecer una obra machista? ¿O tiene trampas?
Es un espejo en el que pueden muchas y muchos mirarse. Es una especie de truco o trato con lo que queda por vivir. Tiene trampas, por eso puede parecer machista.
En lo personal, en lo físico, ha pasado por duros momentos -un golpe de mar que casi le deja tetrapléjico y alguna dura importante caída-. ¿Cómo le ha cambiado a Miguel Ángel Solá todo eso?
Siempre para mal, claro. Ningún golpe, por mínimo que sea, te hace bien. Aquí estoy, dando batalla, que es lo que importa.
Ha dicho que está en un momento de su vida en el que solo aspira a ‘dirigir’ a los seres que quiere. ¿Cómo es trabajar mano a mano con Paula Cancio?
En una palabra: algohermosamentecomplejoquellenadevalormivida.
Miguel Ángel Solá se ha convertido en uno de los pesos pesados del teatro argentino y español. ¿Qué papel juega el escenario en su vida? ¿Qué significa el teatro?
Gracias por decirme “gordo”. El teatro es ganas de vivir.
¿Qué le ha dado la profesión y qué le pide?
Pan, sentido y abrigo. Más pan, el mismo sentido y más abrigo.