Publicado el 31 de Octubre de 2014
Nathalie Poza y Pablo Derqui
Obra: Desde Berlín
A pesar de que es una historia triste, consigue transformar el dolor en belleza, como decía Reed, Nathalie Poza
El espectador vive más las emociones por el estómago que por la cabeza, Pablo Derqui
“Qué difícil y qué incómodo es ser convencional”, decía Lou Reed, posicionándose ante el arte y la vida como un refugio de creatividad apasionante, necesaria y excepcional. “Berlín”, título de su tercer disco, desarrolla la compleja historia de amor que marca la esencia de esta función dirigida por Andrés Lima. Un homenaje al artista pero, al mismo tiempo, una fotografía audiovisual de la relación entre Jim y Caroline, entre Pablo Derqui y Nathalie Poza, dos intérpretes que se han lanzado al abismo para hacernos partícipes de este idilio tan devastador como romántico.
¿Qué es “Desde Berlín”?
NATHALIE: Un poema audiovisual de rock. Una tragedia que cuenta la historia de amor y destrucción de una pareja. La dramaturgia está estructurada a partir del disco “Berlín” de Lou Reed y los 10 temas del vinilo cuentan la historia de dos personajes: Jim y Caroline. Respetando el orden y lo que cuentan, se intercalan las canciones con los textos de los autores. Todo lo que ocurre musicalmente forma parte de las situaciones, es un todo sin escisiones.
¿Cómo son Jim y Caroline, sus personajes?
PABLO: Jim es un chico de la calle que vive bastate al límite de todo, sin aspiraciones concretas. Aspirándolo todo pero sin tener nada en la cabeza. Se enamora loca y obsesivamente de Caroline y ambos empiezan una relación de dependencia, de maltrato y de amor mal llevado.
NATHALIE: Caroline es una chica con muchos problemas para saber lo que quiere en la vida, con una incapacidad tremenda para encontrar el amor, adicta a sustancias y prostituta. Ella y Jim son dos personas que viven vidas muy extremas, una fiesta constante y se enganchan por su necesidad de amar y ser amados, pero se destruyen el uno al otro. Esta función es el viaje que hace ella hasta que se suicida. De alguna manera, también es un acto de generosidad: para que uno sobreviva, el otro tiene que desaparecer.
¿Qué ha significado Lou Reed en sus vidas personales?
NATHALIE: Yo crecí con su música y, desde muy jovencita, me enamoré de su voz, sus letras y sus discos. Concretamente “Berlín” me disparó la imaginación porque es un disco muy teatral, parece una banda sonora pero sin imágenes. Lou Reed va más allá de un simple músico: era un gran intérprete, un gran poeta, un gran músico, un gran rockero…
La premier en Madrid llega precedida por el aplauso unánime del Teatre Romea de Barcelona y el Talía de Valencia. ¿Cómo ha sido el feedback con el público?
NATHALIE: Hemos llegado a tener a un espectador gritando ¡¡gracias!! desde el fondo del patio de butacas. Es una obra hecha muy desde el corazón y, a pesar de que es una historia triste, creo que, como decía Lou Reed, consigue transformar el dolor en belleza. Todo lo que recibe el público va directo a su sensibilidad y eso es lo que nos está llegando.
PABLO: A mí me encantaría ver un espectáculo así como espectador porque mezcla muchas disciplinas sin seguir un patrón, sin seguir una dramaturgia al uso. Mezclamos vídeo, música y la interpretación de los actores de manera muy poco convencional. Eso hace que el espectador viva más las emociones por el estómago que por la cabeza.
¿Cómo ha funcionado la conexión entre Pablo Derqui y Nathalie Poza en escena?
NATHALIE: Pablo y yo no habíamos trabajado nunca juntos y eso es algo que, por un lado, te da vértigo pero, por otro, te da un resultado más mágico. Hemos tenido que intimar mucho en escena porque son dos personajes que se desnudan literalmente, tanto por fuera como por dentro. Nos hemos tenido que amar y odiar mucho, hemos creado nuestra relación a partir de la de los personajes. Cada función con él es diferente a la del día anterior: unos días estamos más amorosos, otros más violentos... (risas). ¡Estoy feliz con Pablo!
PABLO: Es un gran placer trabajar con Nathalie. Se abre mucho como actriz y te da la mitad del trabajo hecho. Es alguien con quien me puedo ir de vacaciones (risas).