Publicado el 01 de Octubre de 2013
Pere Riera
Obra: Desclasificados
“Hoy, que necesitamos grandes respuestas ante lo que vivimos, deberíamos ser especialmente cautos”
Nos cuenta que hace poco que ha dejado de sentirse un intruso en esto de la escritura dramática. Y eso que han llegado a compararle con Jordi Galcerán. Sus montajes hacen reír, emocionan, plantean preguntas porque no nos son ajenos. Siempre hablan de nosotros, de nuestro mundo. Tras triunfar con sus dos primeras obras, “Lluny de Nuuk” y “Desclassificats”, la pasada temporada hizo triplete en Barcelona con “Red Pontiac”, “El don de las sirenas” y “Barcelona”.
• Hoy sería fácil pensar en este argumento, pero tiene ya unos años.
Es la primera obra que escribí. Lo hice como trabajo de final de licenciatura hace unos nueve años y está escrita un poco desde la inconsciencia. Quise jugar con tres personajes que tuvieran una dimensión pública importante, pero que el debate fuera más a nivel moral.
• ¿Por qué cree que ha conectado tan bien con el público?
Creo que poder meter un poco el ojo en la cerradura de los cuartos en los que los responsables de nuestro devenir traman todas esas decisiones a todos nos puede parecer fascinante.
• Dice Cáceres: “El auténtico profesional es el que sabe tomar partido por la causa que provocará un mal menor”. ¿Vale todo?
Te tendría que decir que no porque en base a esa afirmación se exterminó a millones de judíos y no estoy de acuerdo. Yo no tengo la respuesta y por eso escribí la obra. Lo que hago es intentar ponerlo en discusión, pero no para tener una respuestas final, sino para abordar esas incógnitas desde todas las perspectivas.
• ¿Hoy es más necesario o más difícil mantener las convicciones propias?
Difícil mantenerlas debería serlo siempre porque la duda debería ser constante. Hoy, que parece ser que necesitamos grandes verdades y grandes respuestas ante la situación en la que vivimos, deberíamos ser especialmente cautos. Ahora más que nunca hay que estar muy alerta y poner todo en los dos lados de la balanza.
• Si fuese periodista, ¿qué pregunta le gustaría que le respondiese nuestro presidente?
Una muy cortita. Yo le preguntaría: “¿No le da vergüenza?”.
• La obra fue muy bien acogida por la crítica. ¿Las lee?
Estás pendiente de las críticas porque estás pendiente de cualquier opinión. Una mala crítica te hunde el día y una buena crítica te alegra un ratito. Somos bastante más permeables a las malas críticas que a las buenas. Pero a la larga todo te instruye.
• En apenas cuatro o cinco años ha estrenado con éxito varios montajes. ¿Qué historias le gusta contar?
En realidad uno cuando escribe, o al menos yo, lo acaba haciendo de aquello que le preocupa en ese momento. Si me preocupa la crisis económica o el desamor acabaré hablando de estos temas aunque me hayas encargado una obra sobre el siglo XVI en Bruselas. Todos tenemos unos límites, no podemos ocuparnos de todos los temas ni abordar todos los géneros. Pero creo que lo que cuento, lo que me sale, son historias bastante comprensibles.