Revista teatros

 Con una mochila cargada de risas almacenadas tras dos meses y medio en escena, la dirección de Gabriel Olivares y el coprotagonismo del dúo masculino formado por Leo Rivera y Carlos Heredia, las chicas de “Más apellidos vascos” celebran su último ‘boom’ teatral. Charlamos con Rebeca Valls –“Casa de muñecas”, “Monólogos de la vagina”, “El lindo don Diego”– y Cecilia Solaguren –“Traición”, “Verónica”, “Misántropo”– para descubrir, más a fondo, los personajes que interpretan en la comedia que sigue causando sensación en el Marquina.

Rebeca, ¿quiénes y cómo son sus personajes en la función?

REBECA: Cada uno de nosotros tiene varios y yo tengo seis, aunque algunos son muy breves. El que más jugo tiene, por su evolución y porque habla con el público directamente, es el de María del Mar, una policía nacional extrovertida y muy salada que se enamora a lo largo de la función y lo expresa con total naturalidad. Vive el amor con mucha intensidad y públicamente.

¿Algún otro destacable?

Sí, el de una profesora un tanto abertzale vasca que vive bajo la opresión de sus propias ideas. ¡Su evolución es totalmente radical! pero, aunque prefiero no desvelar nada más de ella, sí puedo decir que necesita amor... del físico, también… (risas). Liberación general, vaya.

Cecilia, usted tiene siete roles. ¿Con cuáles disfruta de manera especial?

CECILIA: Con Amaia, una mujer bilbaína a la que le gusta mucho la comida, como buena vasca. Aparece en escena junto a su marido en fiestas de Bilbao y después de visita en Andalucía, así que son disfrutones. Parece tradicional, pero no lo es tanto… (risas). También interpreto a una reportera que da su punto de vista sobre lo que está pasando en ‘Noticias vascas de alcance’. Y María Luisa, de San Lucar de Barrameda, quien se autodefine como una mujer sencilla, curiosita, elemental y con sus cuatro Estrellas Michelín. Es maravillosa, ¡disfruto mucho interpretándola!

¿Qué hay del resto?

Está Begoña, la madre de un niño de una ikastola superprotectora, con un poco de “raspe”, pero comprensiva; Conchi, una mujer no muy culta, casada desde hace 34 años, 7 meses y 3 días que está un poco cansada de su marido, ama de casa y algo ‘marujilla’; Cristina, una azafata un poco bipolar; y la madre de Mª del Mar, que es una mujer andaluza, alegre y preocupada por la nueva relación que ha comenzado su hija.

Uno de los momentos que más carcajadas destatan con sus interpretaciones es...

REBECA: ¡Creo que el de la liberación máxima de la profesora nacionalista! (risas).

CECILIA: Me gusta mucho cuando se ríen con Maria Luisa, cuando camino de un lado al otro del escenario de manera despreocupada. También con un par de frases de la madre de Mª Mar, que parece muy recatada pero... ¡¡las suelta fuertes!! (risas).

¿Cómo son Rebeca y Cecilia fuera de los focos?

CECILIA: Me gusta mucho el periodo de ensayos, en familia, cuando hay un mes y pico por delante para hacer, probar y descartar. Soy ‘curranta-curranta’, ¡eso sí lo tengo claro!

REBECA: Me considero una persona cercana, sencilla, entusiasta y positiva. Como actriz soy muy trabajadora, algo obsesiva y un poco lenta… es decir, que los resultados los obtengo muy poco a poco, ¡o por lo menos eso es lo que yo siento...!