Revista teatros

 Aunque no era ni mucho menos un recién llegado, el director Ventura Pons dio a Roger Coma su gran oportunidad en 1998, cuando le ofreció́ un papel en “Carícies”. Pero ha sido sobre las tablas donde el actor catalán se ha consagrado con trabajos como “El mercader de Venecia”, “Celebración”, “Bodas de sangre” o “La vida es sueño”.

¿Usted es más de Picasso o de Dalí?

Estilísticamente soy más afín a Picasso, pero como postura ante el mundo Dalí es de una fascinación permanente.

Pero con Arrabal nunca se sabe...

Los dos personajes le permiten reconstruir su universo psicocuántico, lleno de referencias a mitologías y cientificidades muy sugerentes. Su macedonia de Dalí y Picasso está mucho más allá de las personalidades de los dos genios.

Háblenos de su particular Dalí.

Estamos ante un Dalí joven, impetuoso, impaciente de reconocimiento. Arrogante y arrollador, a veces con un gran discurso estructurado sobre el compromiso político. Afirma ser el primer pintor que predice la guerra civil. Hace de ello un concepto grandilocuente y propagandístico.

¿Qué se esconde tras el combate entre estos dos hombres?

La necesidad de reconocimiento y la gran dificultad por encontrarse si no se despojan de su egolatrismo. Es por eso una atracción magnética imposible.

Picasso y Dalí fueron grandes amigos y grandes enemigos, se amaron y se odiaron y esta obra profundiza ahí hasta la extenuación, hasta la locura. ¿Es posible otro tipo de relación entre dos genios que coinciden en el tiempo?

Preside el encuentro un enorme respeto. Por encima de todo hay una admiración indiscutible, pero los entresijos de las dos personalidades caprichosas y acostumbradas a exhibirse les situa en una imposibilidad de encontrarse si no se produjera la catarsis ritual arrabalesca del final del texto.

Arrabal ha dicho que él ya no es español, sino del exilio. ¿Qué ha hecho tan mal este país para que Arrabal no quiera volver o que nuestros jóvenes se marchen?

El exilio en Arrabal se demuestra como un motor permanente de incomodidad y por lo tanto de creatividad. Confiesa que acepta su estado de apátrida universal. Supongo que encuentra su especificidad en lo distinto, vivir en París como ex-español le confiere un título atípico y fértil. España durante su época de creación de su personalidad y estilo era invivble para él y ahora es de una insubstancialidad terrorífica.

Si le digo Pérez de la Fuente...

Es un director muy rompe-esquemas, trabaja desde una gran implicación emocional, que con un texto tan intelectual añade una profundidad necesaria. Insuflador de pasión.

¿Qué papel juegan las mujeres y musas de los artistas, Gala y Dora?

La fuente de inspiración simbólica que representan es utilizada por Arrabal para hacer avanzar la acción a través de una conexión con el mundo exterior fuera del taller. A la vez Dora Maar es el soporte de Picasso, una groupie que le ríe las gracias. • Los Dalí y Picasso de hoy serían... Dalí es Lady Gaga y Picasso, Berlusconi.

TV, cine, teatro y ahora director en internet con “Les coses grans”. ¿Qué le ofrecía este medio?

Inmediatez, mucha visibilidad, mucha libertad y la sensación de que es donde hay que exhibir las ideas. Lo precario de internet es un estímulo creativo brillante.

¿Contempla la dirección como una opción de futuro?

Sí. Completamente. La autocreación, poder controlar el máximo de ramas creativas de un proceso permite afinar la direcció que toma el concepto de partida. Les coses grans es un ejercicio de simplicidad. El humor de lo pequeño. La daliniano de la cuotidianidad.

Proyectos entre manos que puedan contarse...

Otra temporada de Les coses grans. Una obra de teatro sobre el paleolítico en otoño.

Antonio Valero es...

Un reptil, con una fuerza exterior, ósea y resisitente y con un nervio interior muy magnético y arrollador. O a veces es una mariposa. Incluso puede ser un gusano de seda. O un mamut.