Revista teatros

 Ha sido en la última década pieza imprescindible en los montajes teatrales de nuestro país, tanto que era fácil encontrarse con etiquetas como “la reina Midas” o “la reina británica” del teatro español. No en vano Tamzin Townsend ha trabajado con los mejores –Maribel Verdú, Carmelo Gómez, José Luis Patiño, Luis Merlo…– y ha firmado éxitos como “El método Grönholm”, “Un dios salvaje”, “Días de vino y rosas” o “Tócala otra vez, Sam”. Ahora estrena en Madrid este seductor duelo entre Freud y C.S. Lewis.

Después de “Tomás Moro, una utopía” repite con UNIR Teatro. ¿Qué tenía de especial este nuevo proyecto que le proponían?

Es un montaje totalmente opuesto, solo dos actores en escena. Además el texto es simplemente genial.

Cuando lee el texto, ¿qué es lo primero que se le cruza por la mente?

Cuando estás ante un buen texto, la primera vez que lo lees, la imaginación se dispara y vas visualizando el montaje. Esto me paso al leer “La sesión final de Freud”.

3 de septiembre de 1939. ¿Qué se cuece en el número 20 de Maresfied Gardens Hampstead? ¿Qué es “La última sesión de Freud”, de qué habla?

Es el encuentro de dos personas tremendament importantes con dos opiniones totalmente diferentes con respecto a su forma de ver el mundo  y con unas personalidades arrolladoras en un momento muy concreto de la historia universal, el estallido de la II Guerra Mundial.

Háblenos un poquito de cada uno de los personajes. ¿Cómo afronta cada uno de ellos este encuentro?

Lo que más me interesa no son los personajes históricos si no los personajes dramáticos que el autor enfrenta y sobre todo el momento vital en el que están cada uno.

Por un lado tenemos a un Frued, enfermo, desencantado, en el final de su vida pero con unas ansias tremendas por seguir buscando respuestas. Por el otro un C.S Lewis más joven, a punto de alcanzar su cima profesional, con unas profundas y solidas convicciones religiosas. Los ponemos uno frente al otro y el duelo está servido.

¿Qué tiene esta obra que pueda enganchar al público del año 2015?

Habla de temas que nos interesan como la búsqueda de respuestas, la necesidad por comprender en un duelo dialectico lleno de ingenio y de sentido del humor. Es un ejemplo de dialogo constructivo, algo de lo que últimamente andamos escasos.

¿Podría definirnos en una frase a sus actores, a Helio Pedregal y Eleazar Ortiz?

Helio Pedregal es generoso, apasionado e implicado.

Eleazar Ortiz es pura fuerza, presencia y elegancia.

Es un placer trabajar con ellos.

“Reina Midas”, “reina británica del teatro español”, “convierte en éxito las obras que toca”. ¿Qué es lo más impresionante que ha leído nunca sobre usted?

Reina Midas”, “reina británica del teatro español”, “convierte en éxito las obras que toca”. Esto que me acabas de decir es muy duro. Implica muchas expectativas. En una carrera de 25 años hay de todo.

Su madre era actriz y creo que ese fue también su primer impulso. ¿Cómo acabó detrás en vez de sobre el escenario?

Siempre me ha fascinado la idea de que hay alguien detrás de cada montaje moviendo los hilos y diciendo como debería ser el montaje.

Lo mejor y lo peor de dirigir…

Lo mejor el proceso de ensayos. Ese micromundo que se crea entre actores y directores en el que se juega, se investiga y sobre todo nos divertimos.

Lo peor, los nervios de la noche del estreno y los críticos.

¿Qué hay que hacer para llegar a ser una directora a la altura de Tamzin Townsend?

Trabajar mucho. Dedicar mucho tiempo a tu profesión. Tener la suerte de que te propongan buenos textos y dar con el equipo perfecto para llevarlos a cabo. Yo siempre he concebido el teatro como un trabajo de equipo. Y nunca perder la pasión.

¿Recuerda la primera obra que dirigió? ¿Cómo fue aquella experiencia?

Dirigí Bonas Festes en Barcelona en 1992, con 22 años, fue una experiencia espectacular y siempre estaré agradecida a los 6 actores y a todo el equipo que aguanto a una niñata que no hablaba ni catalán ni español y que me trataron con tanto cariño.  Hablo de actores a la altura de Alfred Lucetti, que en paz descanse, Mingo Rafols, Asun Planas y Araceli Bruc.

Desde septiembre 2011 coordina el Grado de Artes Escénicas y Mediáticas de la Universidad Europea de Madrid. Para usted siempre ha sido muy importante la formación. ¿Nos hemos puesto en España a la altura de otros países en este aspecto?

Estamos en ello pero aún nos queda mucho por andar. Esa es una de las asignaturas pendientes de la educación de este país. Valorar las artes escénicas como se hace en otros países como Inglaterra.

¿Cuál sería la mejor noticia que podría darle 2015?

Cuando me llegue, te la cuento.