Publicado el 28 de Noviembre de 2013
Terele Pávez
Obra: El cojo de Inishmaan
Nunca he perseguido un sueño. El sueño me ha cogido a mí
Personalidad, pasión y una desgarra-dora voz capaz de devolverle la vida a un corazón helado. Las cualidades de esta veterana de la escena son casi tan numerosas como su listado de trabajos. La musa de Álex de la Iglesia ha destacado en teatro con obras como “La Celestina” y “Lisístrata”.
Hábleme de su papel.
Es un personaje muy íntimo, una persona muy encerrada en sí misma que, al mismo tiempo, vive un amor por un ser que es como un hijo adoptado para ella. La gente de ese pueblo vive los problemas de una forma muy grande porque sus vidas son muy pequeñas.
Participó en su primer largometraje con solo 12 años. ¿Cómo imaginaba su carrera entonces?
Yo no he sido una niña como las de ahora, con sueños, no. Yo hacía ballet, me conoció Berlanga para esta película y me pareció muy bien, pero no como un sueño. Eso es algo que nunca he perseguido, el sueño me ha cogido a mí. Los sueños son una tontería, una moda. Yo soy de realidades y de que el sueño me envuelva.
¿Ha vivido cosas inesperadas a lo largo de su carrera?
¡Ah, muchas! Cada vez que te llaman para un proyecto bueno con gente maravillosa, importante y sólida me parece increíble, siempre digo ¡¡qué maravilla, no puede ser!! (risas). Es una ilusión y siempre merece la pena.
En más de 60 años de profesión, le hemos visto en infinidad de trabajos. ¿Cuál ha sido el más especial?
“La huella del crimen” con Pedro Olea. Lo que sentí con ese director, lo que trabajamos juntos y el éxito de público que tuvo, fue maravilloso. Esta película y “Los santos inocentes” son las que más compen-saciones personales me han dado. Pero cada director tiene un encanto especial y toca la fibra de alguna manera. Eso es una belleza, son momentos que quedan para uno mismo.
Y ahora, ¿qué le apetece hacer?
Algo muy intimista, más espiritual. Necesito y me apetece muchísimo coger a un personaje que tenga profundidad.