Publicado el 01 de Abril de 2014
Víctor Velasco
Obra: Ciclo José Ricardo Morales
Uno de los grandes valores de Morales es tratar temas que parecen olvidados
Háblenos de estas dos obras.
Son dos piezas breves, muy separadas en el tiempo en lo que a su composición se refiere. La primera (1967) nos invita a una reflexión sobre el impepinable paso del tiempo a través de una inquietante premisa que no desvelaré. La segunda (1995) cuestiona la credulidad casi infantil de nuestra cultura, sugiriendo una relación entre esa candidez y el rumbo de nuestra sociedad.
¿Qué sintió al finalizar su lectura?
Conocía la intención del CDN de hacer un ciclo sobre el autor y cuando me llamaron me sentí profundamente halagado. Cuando leí los textos sentí algo parecido al vértigo. O a cuando se te mete agua en los oídos. Tuve la sensación de que eran igual de necesarios que de complejos.
¿Qué grandes temas se esconden tras estas historias?
No creo en la divisón entre grandes y pequeños temas. Siempre reflexionamos sobre el mismo: nosotros mismos; el ser humano y sus infinitas ramificaciones temáticas (Dios, amor, muerte, poder, sociedad...), solo que los puntos de vista han ido transformándose con la historia. En este caso, y como no podía ser de otra manera, el autor, con su característico sentido del humor, propone temas que incumben al hombre de su tiempo: La deshumanización tecnológica o la tecnología de la deshumanización, añadiría yo; la manipulación a la que nos somete el poder; la ilusión de inmortalidad; o las consecuencias de la supremacía de la representación de la realidad sobre sobre dicha realidad. El sucedáneo y el original.
¿Qué caracteriza el teatro de José Ricardo Morales, qué autor nos vamos a encontrar?
Es un autor sorprendente, pese a que dicho atributo esté provocado por su generalizado e injustificable anonimato en nuestro país. La obra de Morales se caracteriza por su coherencia ideológica y su recurrencia temática. Para mí, uno de sus grandes valores es el de tratar temas que por estar muy presentes en nuestras vidas parecen olvidados, será porque donde hay confianza da asco. Bueno, pues él, que considera que el auténtico dramaturgo es un hacedor de enigmas, nos los recuerda. Mejor con sus propias palabras: “De tal manera, este teatro se encuentra al servicio del prójimo, en cuanto trata de representarle aquello que conviene tener presente, sea o no grato a los oídos, concuerde o no con las posiciones usuales y convencionales”.
Es la primera vez que pasa por el CDN este autor. ¿Nos hemos olvidado de muchos autores? Si pudiera, ¿a qué otro autor o autores que crea necesarios hoy rescataría usted?
Hemos olvidado a muchos autores. Y lo seguimos haciendo. También a muchos directores, actores y demás profesionales de la escena. A veces, somos nosotros los olvidados. Y otras, nos olvidamos de aquellos a los que hemos olvidado, nos olvidamos de que en algún momento también nosotros fuimos o seremos olvidados. Es tan justo e imprescindible reparar un error del pasado como lo es que no se repita en el futuro con los autores de hoy. Y eso es algo en lo que, desde el CDN, se está trabajando concienzudamente. La programación es modélica (y necesaria) en lo que a presencia de autores españoles de distintas generaciones se refiere.
¿Qué exigen unos textos como éstos a los actores?
Compromiso y elocuencia para transmitirlos. Y mucha valentía para convivir con su naturaleza paradójica.
¿Por qué estamos en deuda con un autor como José Ricardo Morales?
Estamos en deuda con su teatro, no solo por su condición de exiliado, sino por lo abundante, lo desconocido y lo importante de su producción a lo largo de los últimos cincuenta años. Uno de sus grandes valores es el de tratar temas que por estar muy presentes en nuestras vidas parecen olvidados.
¿A qué nos enfrenta cada uno de estos textos, brevemente qué nos cuentan?
“Las horas contadas” es una especie de entretenido memento mori del S. XX. En “La corrupción..” el autor apela a la puesta en duda de algunos dogmas de nuestra sociedad. No los cuestionamos porque están en nuestra cultura, y por tanto en nuestro pensamiento, y eso hace que los consideremos veraces por naturaleza. O lo que es lo mismo: La tele no siempre dice la verdad.
¿Por qué no debemos perdernos “Las horas contadas” y “La corrupción al alcance de todos”?
Porque hay que conocer a José Ricardo Morales. Y porque hemos intentado acercar los textos a la sensibilidad del espectador de hoy. Que lo hayamos conseguido o no, es opinión del espectador de hoy.