El director Fernando Soto da un giro a una de las obras más representativas de nuestro teatro costumbrista y lo presenta en su versión más lúdica y actual. Un Mihura al más puro estilo del clown que nos llega más fresco, picante, ácido e irónico que nunca en las interpretaciones de un trío de ases de la comedia: Fernando Cayo, Pepa Rus y Javi Coll. La versión de Rubén Tejerina acerca a nuestro 2016 esta desternillante obra que podremos disfrutar al aire libre en la terraza del Galileo. Podremos disfrutar de este montaje en la terraza del Teatro Galileo del 13 de julio al 31 de agosto.
ALFREDO –FERNANDO CAYO– es un soltero que trabaja de administrativo y se cree todo un don Juan, un ligón de esos de campeonato cuyo único objetivo en la vida es la conquista de la mujer, llámese esta Mariví, Elena o Lulú –interpretadas por Pepa Rus–. Ya ven, todo un ‘cazador’ que, incluso, se permite regalar consejos a un amigo menos ducho en eso de las artes amatorias…
Pero sus sucesivos fracasos y los éxitos de su amigo Sebastián –Javi Coll– le van a llevar a plantearse sus armas de conquista y su relación con el sexo femenino…
Un exitoso Mihura traído a la actualidad
“A media luz los tres” es un magnífico ejemplo del teatro cómico-costumbrista del siglo XX en España y una de las obras más representativas de Miguel Mihura. Escrito para la actriz Conchita Montes y estrenado en noviembre de 1953 en el Teatro de la Comedia de Madrid, fue todo un éxito que hoy conviene mirar con otros ojos.
Y eso es precisamente lo que están haciendo al alimón Rubén Tejerina y Fernando Soto, autor y director respectivamente de esta versión. “Es una comedia loca traída a nuestro hoy. Al leer estos textos hoy en día lo hacemos con otra mentalidad y nos chocan ciertas cosas de estructura del texto, de formas de contar, hay textos de estos autores que se pueden interpretar como machistas, incluso se dice a veces que son misóginos”, nos cuenta Soto, y añade: “Yo le doy la vuelta a todo eso, lo miro con más ironía. Lo que intentamos es acercar el estilo al ritmo que tenemos hoy, al que podemos ver en las sitcom televisivas, en el teatro contemporáneo. Estamos haciendo el trabajo a partir del ritmo de los clowns, que a mí me gusta mucho”.
De esta manera, lo que nos espera en la terraza del Galileo, al aire libre, en la noche madrileña y mientras cenamos o tomamos una copa, es un espectáculo “que sea muy rítmico. Cuento con dos músicos en directo, una orquestina, Desvarietés, y he intentado conservar ese olor a los 50 pero llevado a una cierta atemporalidad. Y, sobre todo, estamos jugando con una metateatralidad donde se ve la costura y la arquitectura del teatro, de la comedia, del payaso. Queremos hacer un espectáculo fresco, picante, ácido, irónico en el que la gente lo pase bien”, apunta el director.
Quizás hayan pasado más de 50 años desde su estreno, pero Mihura usa la comedia y el absurdo para retratar una sociedad que, aunque nos pese, no difiere mucho de la actual…