Al igual que Anna Maria Ricart con «Moríos«, María Goiricelaya parte de un hecho real para despertar en el espectador cuestiones y reflexiones sobre nuestra sociedad. «Altsasu«, que llega hoy a La Abadía y estará en cartel hasta el próximo 28 de enero, toma de referencia los hechos acaecidos en la población vasca del mismo nombre en octubre de 2016. Una producción de La Dramática Errante que protagonizan Aitor Borobia, Nagore González, Ane Pikaza y Egoitz Sánchez.
Hemos charlado con la autora y directora:
“Altsasu” es una ficción basada en el caso Altsasu; en los hechos ocurridos en 2016 en la localidad navarra que da nombre a la pieza. Una recreación del caso para reflexionar sobre uno de los procesos judiciales más mediatizados y controvertidos de la historia reciente de España. La pieza nos enfrenta a nuestros prejuicios, a esa opinión que tenemos asentada. Nos invita a ponernos en los zapatos del otro para ver dónde están los límites de nuestra empatía… nos anima a debatir para ver si hay cicatrices que podemos cerrar conjuntamente o no.
Altsasu. 15 de octubre de 2016. Exterior. Noche. Puertas del Koxka. Un altercado entre vecinos del pueblo y unos visitantes, dos agentes de la guardia civil en tiempo de ocio con sus parejas. Un tobillo roto. Varias contusiones entre los participantes. Horas después: la televisión, declaraciones, la Audiencia Nacional, unos hechos tildados de terroristas, un juicio sin reconstrucción de los hechos, sentencia, prisión y cárcel. La historia de unos jóvenes, arraigados a su tierra, condenados a vivir en prisión.
María Goiricelaya toma como punto de partida los altercados vividos en la población vasca de Altsasu en 2016. Es importante destacar que Altsasu de Goiricelaya es una obra de ficción y, como tal, ha precisado de una labor de adaptación al género dramático. No obstante, se han incorporado fielmente a la trama transcripciones de algunos de los testimonios del juicio, así como recortes de prensa, medios de comunicación y contenidos de redes sociales. Un montaje que habla de la necesidad de cicatrizar heridas, pero también del papel desinformativo que juegan en los últimos años los medios de comunicación.
La obra, finalista a dos premios Max 2023 a mejor espectáculo y mejor autoría teatral, cuenta con el sello de La Dramática Errante, compañía de teatro vasca codirigida por la autora y directora María Goiricelaya y por la también actriz, ilustradora y gestora cultural Ane Pikaza. En escena, la propia Pikaza junto a Aitor Borobia, Nagore González y Egoitz Sánchez, cuatro intérpretes vascos que representan la talentosa nueva ola de profesionales de las artes escénicas en Euskadi.
Este espectáculo nace dentro del proyecto “Cicatrizar: dramaturgias para nunca más”,una propuesta internacional de creación dramatúrgica dirigida por los dramaturgos y directores José Sanchis Sinisterra y Carlos José Reyes y desarrollado en el Nuevo Teatro Fronterizo (NTF), uno de los laboratorios de dramaturgia más importantes de España.
El punto de partida de este proyecto es una de las líneas principales de investigación que desarrolla el NTF con el objetivo de promover el conocimiento y la reflexión sobre el pasado reciente, fomentando los valores de protección del derecho a la memoria, y el uso público de la historia a través de la creación dramatúrgica contemporánea. Un proyecto binacional que aúna la reflexión y la creación de diez autores jóvenes (cinco de Colombia y cinco de España) en torno a la necesaria reconciliación que los recientes y remotos conflictos civiles de ambos países deberían afrontar –y lo están haciendo– para imaginar y emprender un futuro sin rencores irrestañables.